El Diccionario de la lengua española define a la minería como el arte de laborear las minas y a las minas como la excavación que se hace para extraer un mineral, ya sea metálico o no metálico.
Actualmente existen en Castilla-La Mancha 270 explotaciones mineras activas, lo que supone el 10,15% de las explotaciones a nivel nacional y un 4,49% del empleo. Se producen áridos, fundamentalmente arcillas, yesos y otros productos minerales.
En el pasado, la minería fue una actividad fundamental que proporcionaba importantes materias primas, metales y minerales, necesarios para la economía y la supervivencia de la población, tales como el plomo, la plata, el oro, el cinc, el cinabrio, el yeso, o la sal, por citar algunos.
Como testimonio de aquellas labores ha quedado en nuestra región un rico patrimonio minero-industrial de gran valor, formado por yacimientos arqueológicos, salinas, canteras, castilletes, restos de maquinaría y edificaciones. Algunos de ellos han alcanzado la categoría de Patrimonio Mundial (Minas de Almadén, Ciudad Real), Bien de Interés Cultural (La Bienvenida Ciudad Real), Bien de Interés Patrimonial (Cerco de Buitrones, Almadenejos, Ciudad Real) o están considerados como yacimientos visitables: minas de lapis specularis en Cuenca, Ciudad de Vascos en Toledo, salinas de Guadalajara o canteras de Piédrola en Ciudad Real.
Aunque la minería está atestiguada en el territorio que hoy ocupa Castilla-La Mancha desde tiempos prehistóricos, será en época romana cuando adquiera una relevancia especial con la puesta en marcha de numerosas explotaciones para la extracción de metales y minerales, fundamentalmente plomo, plata, mercurio y yeso -lapis specularis-. Testimonio de ello son los yacimientos de La Bienvenida en Ciudad Real y las minas de lapis specularis en la provincia de Cuenca.
Durante la Edad Media la extracción minera continuó en nuestra región, aunque con menos fuerza que en la etapa anterior. Así, en el yacimiento visitable de la Ciudad de Vascos (Navalmoralejo, Toledo) se han documentado restos que evidencian el trabajo de metales preciosos procedentes de las minas cercanas.
A principios del siglo XIII corresponden los primeros documentos conocidos en torno a la explotación de la sal en las Salinas de San Juan en Guadalajara. Este mineral era fundamental para la alimentación humana y animal.
De la Edad Moderna, siglos XV-XVIII, contamos con la interesante cantera de Piédrola en Ciudad Real, que proporcionaba materia prima para la elaboración de útiles empleados en distintas actividades económicas. Será también durante estos siglos, con el descubrimiento de América, cuando la explotación del cinabrio de las Minas de Almadén adquiera verdadero protagonismo por la exportación del mercurio para el trabajo de las minas en el nuevo continente. Este conjunto minero ha continuado su actividad extractiva hasta bien avanzado el siglo XX.
1.-La explotación del plomo, la plata, y el mercurio en la antigüedad: La Bienvenida (Almodóvar del Campo, Ciudad Real)
El yacimiento de la Bienvenida, o Sisapo como se le conocía en época romana, está considerado como un Bien de Interés Cultural con la categoría de zona arqueológica desde 1992.
Situado en el sector centro-occidental del Valle de Alcudia. Se trata de una ciudad antigua, que tuvo su origen en el Bronce Final, perviviendo en época ibérica y romana, momento éste último en el que se convirtió en la capital minera más afamada de la Antigüedad debido a la explotación de cinabrio, el “oro rojo”, procedente de las minas de Almadén, además de las minas de plomo y plata, muy abundantes en la en el Valle de Alcudia y Sierra Morena. Asentada sobre un volcán basáltico, La Bienvenida presenta una posición estratégica para el control de las rutas de comunicación y la gestión de los espacios mineros del valle.
En el yacimiento se distinguen las siguientes partes:
a) Zona urbana: en el centro del mismo destaca una gran casa, conocida como "domus de las Columnas Rojas". De planta cuadrada, esta vivienda fechada entre los siglos I al III d.C. se articula en torno a un patio columnado (peristylum), al que se abren distintas estancias, entre las que destacan el comedor (triclinium), habitaciones de uso privado (cubicula) y una estancia de recepción, todos ellos provistos de elegantes mosaicos y coloridas decoraciones pictóricas en sus muros.
b) Murallas de época prerromana y romana. La construcción más antigua se corresponde con una muralla de bastiones. La segunda fase constructiva está representada por una obra de casamatas, muy resistente, que aflora en el flanco oriental de la ciudad, fechada a mediados del siglo II a. C.
c) Necrópolis: el hallazgo de un espacio funerario, fechado entre finales del siglo V y VI d. C, permite asegurar que existió una ocupación tardo antigua efectiva en la zona. La necrópolis de Arroyo de La Bienvenida se ubica en las inmediaciones de la pedanía de La Bienvenida con un área de excavación dividida en dos zonas, una exclusiva de enterramientos, con diez tumbas y otro espacio localizado al Oeste, con construcciones auxiliares de la necrópolis.
2.-La producción de "vídrio" romano: Minas de Lapis Specularis
El lapis specularis, conocido popularmente como espejuelo, espejillo, reluz, etc., es una variedad mineralógica del yeso, que fue extraído y explotado por los romanos en Hispania como recurso estratégico, fundamentalmente durante los siglos I y II d.C., exportándose a todo el Imperio Romano, donde se empleó a modo de vidrio de ventanas y otras aplicaciones de índole semejante.
Las minas más importantes de todo el imperio se localizaban en este territorio de la actual provincia de Cuenca, donde se conservan abundantes vestigios arqueológicos de su explotación.
Desde el punto de vista geológico, estos yacimientos se asientan sobre los terrenos de Era Terciaria de la Cuenca de Loranca, en un espacio físico con 27 complejos mineros, algunos de los cuales contabilizan sus minas por centenares, extendidos por tres regiones naturales de Castilla-La Mancha (Alcarria, Sierra y Mancha) de las provincias de Cuenca (al Sur) y Toledo (al Este), a lo largo de 6.000 Kms2.
Tal como atestigua Plinio el Viejo, el lapis specularis de Hispania se localizaba en una extensión de cien mil pasos romanos (147 km) alrededor de la ciudad de Segóbriga (Saelices, Cuenca), debiendo esta ciudad romana su fortuna a ese mineral.
Su explotación se desarrolló fundamentalmente en época aItoimperial, abandonándose a lo largo del siglo II d.C. Desde entonces hasta nuestros días apenas se realizaron trabajos extractivos en ellas, por lo que los minados romanos se mantienen prácticamente intactos, tal como fueron abandonados, localizándose numerosos indicios y registros que permiten hoy en día interpretar el modo en que su laboreo se llevó a cabo.
Las minas localizadas son siempre subterráneas, y apenas superan los 30m de profundidad. Las galerías son de sección reducida, con frecuencia menor de 1m2, aunque es muy habitual localizar cámaras que, en ocasiones, llegan a tener varios metros de altura. El acceso original a los minados se realizaba bien por pozos, o mediante socavones subhorizontales. No obstante, hoy en día, los accesos más frecuentes son los que se generan de forma natural por colapso de galerías o cámaras.
Actualmente están abiertos al público las minas de La Mora Encantada en Torrejoncillo del Rey, La Condenada y La Vidriosa en Osa de la Vega y Las Cuevas de Sanabrio de Saceda del Río en Huete, todas ellas en Cuenca.
3.- La explotación de los metales preciosos: La ciudad de Vascos (Navalmoralejo, Toledo)
La Ciudad de Vascos fue una antigua medina de Al-Andalus, que estuvo habitada entre los siglos X y XII d.C. Las excavaciones realizadas en el lugar han proporcionado algunos elementos, como escorias, martillos mineros, moldes, etc., que han puesto de manifiesto que fue un centro metalúrgico de cierta envergadura en el que se trabajaban metales, especialmente preciosos, procedentes de las minas de los cercanos Montes de Toledo.
Situada al Este del municipio de Navalmoralejo, en el paraje denominado “Las Cucañas”, posee una topografía irregular, ya que se asienta en uno de los márgenes abruptos y de litología granítica que baña el río Huso (o Uso), afluente del Tajo.
Fue una fundación omeya, de tiempos de Abd-al-Rahman III, fundada entre los años 930 y 950 d. C. Debió su fortuna por ser un enclave estratégico, ya que estaba situado en la línea fronteriza entre cristianos y musulmanes, constituida por el Tajo, y ser vadeable el río en este punto.
En la actualidad es un yacimiento visitable en el que se pueden apreciar los restos de la muralla que envuelve a la madina, una zona de topografía muy abrupta en descenso hacia una vaguada, la alcazaba levantada sobre un cerro granítico dominante, restos de dos cementerios y un arrabal.
4.- La importancia de las canteras: Piédrola (Alcázar de San Juan)
Piédrola es uno de los conjuntos arqueológicos más importantes de la comarca de La Mancha Centro, tanto en extensión territorial como cronológica. Entre los elementos culturales que lo forman destacan las canteras de piedras de molino, que ocupan más de dos kilómetros de extensión. Estas canteras estuvieron en funcionamiento, al menos, entre los siglos XV y XVIII, alcanzando su máximo esplendor en el Siglo de Oro. De hecho, casi con toda probabilidad, las muelas que daban vida a los molinos que Cervantes describe en El Quijote procedían de Piédrola, por lo que en cierto sentido también estamos ante un espacio cervantino.
La visita a este conjunto arqueológico permite comprender el trabajo que, durante siglos, realizaron los canteros en este paraje, al tiempo que nos acerca a la vida cotidiana en la España de los Austrias. Actualmente es posible visitar la que ha sido bautizada como Cantera C5, situada al norte del conjunto arqueológico. Se trata de la única cantera molinera excavada y acondicionada para la visita en Castilla-La Mancha, siendo posiblemente la más importante de la región y una de las más importantes de España.
En total se han inventariado más de 150 piezas conservadas todavía in situ. Las piedras areniscas extraídas y labradas en este lugar resultaron de vital importancia para el correcto funcionamiento de la industria agroalimentaria de la época basada en el cultivo y transformación del cereal, la vid y el olivo en pan, vino y aceite.
5. La sal de la vida: Salinas de la Sal (Saelices de la Sal, Guadalajara)
El origen de la explotación salinera puede ser muy antiguo. Estudios sobre la cercanía de yacimientos salinos y poblados celtíberos hacen suponer que estos pueblos ya conocían y utilizaban los afloramientos de sal necesarios para la alimentación, el ganado y la forja del hierro. Este importante mineral también fue explotado y utilizado por los romanos y los árabes.
En el valle del Arroyo de la Vega, que discurre en sentido Oeste-Este por el término de Saelices de la Sal (Guadalajara), se sitúan las Salinas de San Juan, un conjunto de inmuebles destinados a la explotación salinera que consta de dos pozos o norias, cocederos y recocederos, albercas, canalizaciones y un almacén o alfolí.
Los primeros documentos relativos a la extracción de sal en este lugar se remontan a 1203, si bien las instalaciones que actualmente pueden verse se deben al impulso industrial que llevaron a cabo los Borbones en el siglo XVIII en el medio rural. En el XIX el estanco de la sal empezó a ser cuestionado y en la Revolución de 1868 «La Gloriosa» fue definitivamente abolido.
En el año 2003 estas salinas empezaron una nueva andadura con la compra, a los últimos propietarios, del Ayuntamiento de Saelices de la Sal. A partir de ahí comenzó su restauración y rehabilitación, que fue llevada a cabo en el año 2008 por el Ministerio de Cultura.
Desde 2011, se continuaron los trabajos de restauración en el Partido de Abajo mediante un convenio con la Excma. Diputación de Guadalajara; además, se comenzó la explotación artesanal de las salinas que han continuado ininterrumpidamente hasta el día de hoy.
6. La explotación del "Oro Rojo" (Cinabrio): Parque minero de Almadén (Ciudad Real)
En Almadén se localiza la mayor concentración de mercurio de la corteza terrestre. El cinabrio ha sido un mineral utilizado desde la antigüedad hasta prácticamente nuestros días, pero fue a partir de la Edad Moderna cuando adquirió mayor importancia en relación a la exportación del mercurio hasta América para ser utilizado en las minas de oro y plata en el proceso de separación y extracción del oro de las rocas o piedras en las que se encontraba. En la Edad Contemporánea los usos del mercurio se ampliaron a otros ámbitos de la ciencia y la medicina. La importancia de este metal ha llevado a calificarlo como “oro rojo”.
En el año 2002 las minas se cerraron debido a la toxicidad del mineral y a la expansión de la tecnología digital y electrónica en aparatos médicos y meteorológicos. La Unesco declaró el Parque Minero de Almadén patrimonio mundial en 2012.
El conjunto minero industrial de Almadén lo conforman tanto elementos vinculados a la extracción del cinabrio como a su transformación en mercurio, siendo algunos de ellos notable testimonio de la minería del mercurio a nivel mundial. Entre ellos destacan:
- Los hornos de alúdeles o de Bustamante del siglo XVII.
Son los únicos hornos de este tipo que se conservan restaurados en el mundo. Ubicados en el cerco de destilación (Buitrones), fueron reproducidos en las minas de Almadén en 1646 por Juan Alonso de Bustamante.
- Los Bariteles de San Andrés y San Carlos del siglo XVIII.
El baritel (o malacate) es una máquina usada en las minas para la extracción de minerales y agua. El baritel de San Andrés se encuentra en el interior de un hueco excavado en la roca de 139,31m de perímetro y una altura máxima de 13m, recubierto por una bóveda de ladrillo y piedra. Tiene un tambor en lo alto y debajo las palancas a las que se enganchaban las caballerías que lo movían.
Fue construido a principios del siglo XVIII para extraer el mineral a través del pozo San Andrés. Para moverlo hacían falta ocho mulas, que se cambiaban cada tres horas. La operación era lenta y costosa y en doce horas se podían extraer unas 40 toneladas.
Los Castilletes Metálicos de San Aquilino, San Teodoro y San Joaquín (siglos XIX y XX).
Los castilletes son estructuras situadas sobre los pozos mineros que, por su altura, destacan en el paisaje minero. En Almadén destacan los de San Aquilino, San Teodoro y San Joaquín
El castillete de San Aquilino posee una estructura metálica de principios del siglo XX, cuyos soportes están alrededor del pozo, de 16,5m de altura y una planta rectangular de 14 x 5,6m2, que sustenta las poleas guías, alineadas con el hueco pozo libre, por donde circulan los cables planos de suspensión de las jaulas que servían de acceso a personas y materiales.
El Cerco de Buitrones
Considerado como un Bien de Interés Patrimonial desde el año 2016, el Cerco de Buitrones se sitúa al norte de Almadenejos. Está compuesto por una serie de construcciones relacionadas con las labores mineras surgidas en la mitad del siglo XVIII, en torno al mercurio extraído de las cercanas minas de Vieja y Nueva Concepción.
El recinto tiene planta rectangular y está delimitado por una muralla con siete puertas, en cuyo interior se hallaban los hornos de aludeles y dos almacenes; junto a la puerta oeste se localiza la garita del portero, y al sur una estructura de planta cuadrada que se corresponde con uno de los accesos al interior de la mina de la Concepción.
El Real Hospital Minero de San Rafael (siglo XVIII).
Para paliar los problemas de accidentes y enfermedades que producían abundantes bajas entre los mineros, en 1752 se fundó en Almadén el Real Hospital de Mineros de San Rafael, que comenzó a funcionar en 1774.
Este edificio, declarado Bien de Interés Cultural con la categoría de Monumento en 1992, se rehabilitó durante el período 2000-2003. Actualmente, aloja tres salas expositoras y el archivo histórico de Minas de Almadén.
Las instalaciones mineras de interior.
El parque minero de Almadén nos permite introducirnos de lleno en una mina auténtica. En las Galerías de san Aquilino puede verse el método de excavación subterránea a lo largo de unos 100m. Esta galería comunica el pozo de San Teodoro con el pozo de San Aquilino. Inicialmente debía estar toda en roca, pero actualmente aparece con un tramo del siglo XVIII revestido de muros de mampostería y bóvedas de ladrillo. A partir de esta galería salen otras que fueron realizadas para la investigación y beneficio de algunos minerales.
Las ruinas de la Real Cárcel de Forzados (siglo XVIII).
La Real Cárcel de Forzados fue construida en 1754 por el ingeniero Silvestre Abarca. El edificio constaba de dos plantas con un gran patio en el centro, todo ello rodeado de una gran muralla. En la primera planta estaban las dependencias del personal y en la segunda las celdas de los presos. Tenía capilla y baptisterio, enfermería, botiquín y dos salas para enfermos.
Sin embargo, en 1525 ya estaba en funcionamiento la primera cárcel de Almadén. En origen se trataba de una prisión para presos comunes, pero sobre todo para presos forzados de la Corona, gitanos y esclavos. Más tarde, debido a la falta de mano de obra en las minas necesaria para para mantener el volumen de producción, comenzó a suplirse con reos condenados a trabajos forzados, esclavos y gitanos que eran acusados de ladrones sin haber cometido delito alguno, manteniéndose el trabajo de forzados hasta 1799.
Durante el siglo XIX estas instalaciones recibieron distintos usos hasta su demolición en 1969: Cárcel Provincial, campo de concentración (1939-1941) o silo-almacén de trigo del Servicio Nacional de Cereales (1941-1969). En el solar que quedó se construyó la actual Escuela de Ingeniería Minera e Industrial de Almadén.
En la actualidad estas ruinas han sido recuperadas e integradas en el edificio de la Escuela de Ingeniería Minera e Industrial, donde puede verse un pasillo central con celdas a los lados.
Pozo de San Teodoro
Construido a principios del siglo XVIII, este pozo está situado en el Cerco de San Teodoro. Mide 4,5m de diámetro y unos 500m (planta 19ª) de profundidad. Dispone de dos jaulas y de un pozo auxiliar dotado de escaleras metálicas para el acceso de personal. Hasta 1975 ha sido el pozo maestro y tenía una capacidad de extracción de unos 50 Tm/h.
En la actualidad se encuentra rehabilitado hasta una profundidad de 50m y se ha instalado un ascensor, que imita a una jaula de extracción, para el acceso de visitantes al interior de la mina.
La puerta de Carlos IV
Fue construida en 1795 para sustituir a la puerta de Carros y realzar la importancia del establecimiento minero. Su monumentalidad y belleza hicieron que fuera declarada Bien de Interés Cultural en 1992, siendo restaurada en 2004.
Sara Galán del Álamo el Sáb, 02/04/2022 - 09:35
Me ha gustado mucho el artículo que pone de manifiesto la importancia de nuestra región a lo largo de la historia. Muchos conocen las minas de Almadén (aunque no todos su relación con las américas), pero CLM ha brillado mucho durante siglos haciendo prosperar muchas civilizaciones y eso no se pone en valor.
Patricia Dana … el Mar, 05/11/2024 - 13:35
Tengo mucho interés sobre este tema por favor soy 2024 hacer nuevo informe