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Reconstruyendo obras de los Museos de Castilla-La Mancha

Te proponemos un reto para que conozcas las obras más representativas de los museos provinciales de nuestra región. Te animamos a reconstruirlas en el menor tiempo posible y que de paso aprendas jugando. 

Retablo de la Inmaculada Concepción Theothokopoulos, Domenikos (El Greco) | 1607-1613 |

Esta pintura, acabada el año antes de la muerte de El Greco, está considerada una de las obras cumbres del pintor Cretense y se encuentra en el Museo de Santa Cruz de Toledo

La Virgen María, vestida con túnica roja y manto azul de imponentes proporciones, aparece suspendida en una atmósfera celeste, rodeada de un coro de ángeles músicos, alzando su rostro extasiado hacia el Espíritu Santo en forma de paloma, que desciende de lo alto, en medio de un rompimiento de gloria cuajado de querubines.

La figura angélica representada bajo la Virgen sirve de unión entre la imagen mariana y el mundo terrenal, interpretado abajo, con una vista crepuscular de la ciudad de Toledo. Completan la representación diversos símbolos de las letanías marianas, entre los que destaca un gran ramo de rosas y azucenas. Imagen completa en galería de imágenes.

 

 

Caballero nº 1 Los Villares, Hoya Gonzalo | 490 a.n.e. | 

Esta escultura se encuentra en el Museo de Albacete

El jinete, que coronó un monumento funerario escalonado, es presentado como un hombre de gesto benevolente. Está ataviado con faldellín corto que cubre parte de sus muslos, los pies están calzados con altas sandalias; el torso está cruzado por correajes que sujetan las hombreras, y un ancho cinturón rodea la cintura denunciando su pertenencia a una clase aristocrática, dirigente y guerrera. Sin embargo no porta armas, la cabeza está desnuda para dejar ver el peinado con flequillo y tirabuzones que evocan las esculturas griegas arcaicas, como también la sonrisa de sus labios y los pómulos del rostro. El caballo está parado, con la testuz inclinada, ricamente adornada en la frente, en los correajes, en el bocado, y en la manta, contrastando el trabajo de detalle y de la cabeza con el esquematismo del cuerpo.

Tallado sobre un bloque de piedra de grano grueso, fue pintada con vivos colores, de los que no queda rastro. Como imagen de un poder denostado a comienzos del siglo IV a.n.e., la escultura fue abatida desfigurando el rostro del caballero, atravesado por una lanza.

 

 

El Arcángel San Miguel Bartolomé Román | Primera mitad del siglo XVII

Este pintura pertenece al Museo de Guadalajara.

De este autor de series angélicas de gran repercusión en el siglo XVII, conserva el Museo de Guadalajara tres obras atribuidas: el Arcángel San Gabriel, Tobías y el Ángel y este Arcángel San Miguel que es un buen ejemplo de la manera de componer y representar a los ángeles coronados con guirnaldas de flores y vestidos amplios, tratados en un ambiente vaporoso de este artista de la Escuela Madrileña.

 

 

Equipo Crónica | Las Meninas | 1971 |

Obra que se encuentra en el Convento de la Merced en Ciudad Real 

Múltiple realizado a modo de ninot fallero que parodia la obra homónima de Velázquez y también a Picaso y Mondrián. La obra de Velázquez ha sido un elemento clave de la producción del Equipo Crónica desde sus inicios. Cada una de las obras realizadas con esta temática es una reinterpretación de Las Meninas a partir de nuevos filtros, materiales y estilos de arte.

 

 

 

El tránsito de San Julián Giuseppe Simonelli (1650-1710). Museo de Cuenca

Esta pintura se encuentra en el Museo de Cuenca 

Pintura al óleo sobre lienzo atribuido a Giuseppe Simonelli (1650-1710), un discípulo del pintor napolitano Luca Giordano (1634-1705) que pinto techos del Palacio Real. Representa a San Julián (Burgos 1128-Cuenca 1208), el segundo obispo conquense, recibiendo la palma de santidad de manos de la Virgen María. Al lado del santo aparecen representados algunos de los atributos asociados a su iconografía más identificativa como son los cestillos de mimbre que el mismo hacía, el báculo y la mitra episcopales. Al fondo, a la izquierda, hay un paisaje donde se distinguen el convento de San Pablo (actual parador de turismo) y el antiguo puente de piedra que existió entre los siglos XVI y XIX. El rico cromatismo y el estilo reflejan la imitación del maestro.

La Verónica con la Santa Faz Theothokopoulos, Domenikos (El Greco) | 1580 c.a. 

Este cuadro se encuentra en el Museo de Santa Cruz de Toledo

El Greco representó en esta obra el paño de la Santa Faz sostenido por la Verónica, la piadosa mujer que, según la tradición, en el camino hacia el Calvario enjugó con un lienzo el sudor del rostro de Jesús, en el que quedaron plasmados milagrosamente sus rasgos. La etimología del nombre de Verónica alude a la vera icona o verdadera imagen de Cristo, convirtiéndose así en la única santa a la que se nombra por su atributo. El fondo neutro oscuro de la composición sirve para destacar las manos, el rostro y la cabeza cubierta con velo de la santa mujer y, especialmente, el paño que nos muestra con la impronta del rostro de Cristo coronado de espinas, caracterizado por su marcada frontalidad, a la manera de los iconos bizantinos.