Durante las excavaciones que se realizaban en el año 1986, en el interior del oppidum ibero visitable de Fuente de la Mota (Barchín del Hoyo, Cuenca), en una zona muy próxima una estructura que había sido interpretada como horno metalúrgico, Jesús A.G. encontró un pequeño y muy fino disco de plomo, de unos 6 cm de diámetro, con extrañas rayas en ambas caras. Una vez limpio el disco se comprobó que presentaba dos inscripciones, una en cada cara, ambas escritas en espiral desde el exterior hacia el interior. En la cara exterior, la principal, el texto está en griego, mientras que en la cara interior el texto está escrito en latín –sintácticamente incorrecto-.
La lectura de los dos textos permitió identificar rápida y directamente el objeto, se trataba de una “defixio” (que significa embrujamiento, necromancia; también del verbo “defigere”, fijar, establecer, inmovilizar, atar, encantar), una tablilla de maldición o maldición simplemente, que hoy puede ser contemplada en una de las vitrinas del Museo de Cuenca (nº inventario AA87/01/01), y si se visita el yacimiento arqueológico se verá el espacio en el que fue encontrada y en el Centro de Recepción de Visitantes del yacimiento una excelente reproducción.
Las tabellae defixionum son pequeñas tablillas, generalmente láminas rectangulares de plomo –metal mágico e infernal por excelencia, pesado y frío como los muertos, vinculado a Saturno-, aunque a veces se han documentado otros soportes, como papiro, cobre, estaño, cerámica y piedra, en las que fueron trazándose fórmulas mágicas, signos mágicos, figuras de los invocados y de los invocantes, y aun las de las mismas victimas contra las que se dirigía el conjuro. Generalmente los textos están escritos en una sola cara, en una sola lengua y con los renglones horizontales, lo que hace del ejemplar de Fuente de la Mota una pieza excepcional.
El texto en griego es sobrecogedor: “Por mí y por los míos a los (dioses) del Hades doy, entrego a Nicias y a Time y los demás a los que justamente maldije”. Y el texto en latín no lo es menos: “Por mí, por los míos (entrego) maldecidos (y) ligados a los (dioses) infernales, maldecidos (y) ligados a los (dioses) infernales a Time y Nicias y a los demás a los que con razón maldije antes. Por mí, por los míos, a Time, a Nician, a Nician”.
Los principales dioses infernales grecorromanos eran Cronos o Saturno, Hécate, Hades o Plutón, Deméter o Ceres, Perséfone o Proserpina, Hermes o Mercurio.
El tipo, forma, inclinación y profundidad de las grafías indican que las dos inscripciones fueron realizadas por la misma mano, una persona que hablaba y escribía mejor en griego que en latín. La tablilla es un encargo realizado al momento en la misma ciudadela ibera, en un año situado entre el siglo I a.C. y el siglo I d.C. (quizás en época augustea c. 27 a.C-14 d.C. a partir de la paleografía), y es un buen ejemplo de la magia de la época. Además, la escasa profundidad de las inscripciones indica que las mismas se hicieron con el plomo en frío, de ahí la dificultad en la identificación de las letras escritas.
Una vez acabada la maldición fue doblada sobre sí misma y cerrada por un clavillo. Así, si las personas maldecidas veían la pieza, no entenderían nada al no saber leer lo escrito y no se enterarían de que lo habían sido, porque de ser conocedores de tal hecho rápidamente hubiesen hecho una contramaldición.
El hallazgo de la tablilla denota la importancia del yacimiento y de que en el asentamiento debió existir algo que activara o ayudara a conseguir lo escrito, que Nicias y Time –posiblemente originarios de Grecia o de la zona oriental grecoparlante del Imperio Romano- llegaran al Hades, muy posiblemente un santuario ibero más antiguo, puesto que donde se encontró desdoblada no hay pozo, cisterna, tumba…, alguno, y tampoco se está en las proximidades de un anfiteatro ni de un circo.
La reexcavación del yacimiento ha permitido conocer el estrato del que procede la pieza, un nivel arqueológico de color grisáceo ceniciento que se extiende entorno a la plaza principal de la ciudadela y llegaba hasta el lienzo Este de la muralla, bajo el nivel vegetal superficial.
Se trata del último nivel de ocupación del asentamiento de Fuente de la Mota, cuando, tras la violenta destrucción del poblado ibero anterior, se reconstruye el poblado con una calidad constructiva inferior y sobre los escombros existentes allanados. Ahora se modifican algunos espacios públicos, como la calle que discurre Este-Oeste junto al lienzo Norte de la muralla en la que se construye una casa de una sola estancia, y privados.
Correspondientes a ese nivel arqueológico se han recuperado fragmentos de cerámica ibérica (algunos decorados con pintura), cerámica común romana, dos fragmentos de terra sigillata, uno presenta un sello con forma de planta de pie, correspondiente a un plato manufacturado en Arezzo, en el taller de Cayo Neo Atius, entre los años 5 y 30 d.C. (agradecemos a J.L Fuentes Sánchez la identificación del taller), un fragmento de una lucerna romana de época republicana y un fragmento de cerámica calena. Con esta escasa información es difícil saber si estamos ante un nivel ibero-romano o bien ya hispano-romano.
En un lugar no lejano a Barchín del Hoyo, en la localidad de Enguídanos (Cuenca), se hallaron otras tablillas de maldición, que actualmente no se conservan porque fueron fundidas para hacer balas. En el resto de la Península Ibérica se conocen unas 18: en Fernán Núñez (Córdoba), Casa Bermeja (Málaga), Santiponce (Sevilla), Écija (Sevilla), Mengíbar (Jaén), Tarifa (Cádiz), Alcacer do Sal (Portugal), Sagunto (Valencia), Mérida (Badajoz), Lugo (Lugo), Val d’Uxo (Castellón) y Ampurias (Girona).
Desconocemos si las almas de Nicias y Time se consumen en el Hades con los dioses infernales, lo que sí es cierto es que la maldición sigue vigente y activa después de dos milenios, desde el momento en el que se pudo volver a leer.
Más información de Barchín del Hoyo AQUí
Bibliografia
Curbera, J.B.; Sierra Delage, M. y Velázquez, I (1999): “A bilingual curse tablet from Barchín del Hoyo (Cuenca, Spain)”. Zeitschrift für Papyrologie und Epigraphik, nº 125: 279–283.
Ribeiro, A. (2006): “As "tabella defixionum" características e propósitos”. Revista Portuguesa de Arqueologia, nº 9 (2): 239-258.
Velázquez, I. y Curbera, J.B. (1999): “El plomo de Barchín del Hoyo”. Patrimonio y Vida, nº I. Actas Jornadas sobre Patrimonio en la Manchuela conquense: 37-38 y 78.
Autor:Antonio Madrigal
Barchín del Hoyo. Arqueólogo
Sergio el Mar, 18/01/2022 - 17:02
Buenas tardes, sabría Ud. decirme de donde toma tal nombre esta localidad?
Eduardo "El Edu" el Jue, 13/10/2022 - 20:16
De la época árabe: De la palabra Bir (pozo) y de Az Aín ( ojo o manantial) así sería al Bir az Aín (el Pozo del manantial) después con el uso del andalusí , el ladino y el castellano antiguo se fué trasformando en Al Birazain, AlBarzaín, AlBarzhin, Barbachin y Barchin su nombre actual. Es conocida la localidad por sus abundantes pozos, norias y manantiales ( el Ojo del Campo, por ej.); así como otras localidades cuya raíz es BIR son conocidas por la misma razón... tales como Barbate, Borbotó, Barbastro, etc....
Un Saludo
Luz el Mar, 18/04/2023 - 12:33
He leído en algún sitio que Barchín significa barco pequeño y se llamo así al pueblo por su orografía en forma de barco donde está enclavado este municipio. En un principio se llamó Barchín La Real si no estoy confundida. Saludos.
Antonio el Lun, 08/07/2024 - 08:26
En Barchín del Hoyo, por ahora no hay catalogado ningún sentamiento andalusí.
Jesús el Dom, 03/09/2023 - 19:24
Hay algún/os apellido/s autóctono/s de este pueblo o zona?
Muchas gracias.
Antonio el Lun, 08/07/2024 - 11:19
Los apellidos más numerosos en Barchín del Hoyo son Santiago, Conderana, Cerrillo, Ayuso...