Almagro es una ciudad que nace de la mano de la Orden de Calatrava hace ochocientos años. Distintos hitos van conformando su historia que han dejado su huella en calles, plazas y edificios. Piedras y tierras que nos hablan de su glorioso pasado y también de su presente y futuro vinculado al teatro y turismo.
En el primer cuarto del siglo XIII la Orden de Calatrava, tras la victoria de las Navas de Tolosa en 1212, buscará un nuevo asentamiento desde donde administrar su vasto territorio, ese lugar será Almagro, lugar en llano y bien comunicado.
Ciudad amurallada desde sus inicios, con una cerca de tierra y cuatro puertas principales abiertas en los puntos cardinales, levantará la Corte los Maestres de la Orden: los Palacios Maestrales, amplio conjunto palaciego hoy Museo Nacional del Teatro.
En esta su casa se reunirán en varias ocasiones los reyes de Castilla empezando por el mismo Alfonso X quien en 1273 llegará a Almagro para presidir Cortes con los Maestres de las Órdenes Militares en las que se dirimieron asuntos de lindes y amojonamientos territoriales y temas jurisdiccionales. Pedro I “El Cruel”, también fue agasajado por el Maestre Juan Núñez de Prado, para después llevarlo preso y condenarlo por “el Cruel” en 1355. Su majestad Juan Carlos I en 2004 sería el encargado de inaugurar el Museo Nacional del Teatro en la casa de que fuera de los Maestres Calatravos.
El 29 de abril de 1374 de Enrique II Pedro Muñiz de Godoy, recibirá el privilegio de dos ferias de tres semanas cada una, empezando la primera ocho días después del lunes de Pascua de Resurrección, y la segunda feria con la Virgen de agosto. Ferias a la que acudirían mercaderes de los distintos reinos de la Península Ibérica como leoneses, valencianos y aragoneses.
Con el Progromo de 1391, en el que se asaltaron las grandes juderías de Villarreal y Almodóvar, las familias adineradas y de mayor influencia de credo judío, acabarán recalando en la Corte Calatrava y bajo su protección verá acrecentado su influencia cada vez mayor entre los Maestres. Familias arraigadas como los Oviedo o los Villarreal, los Gutiérrez… verán como sus descendientes, judeoconversos o nuevos cristianos, aumentan sus riquezas y autoridad social, política y económica en los siglos XVI y XVII.
Almagro, como buena ciudad castellana, tiene su conquistador Diego de Almagro, Dieguito. Conquistador de Chile, Adelantado y Capitán General. Preside la Plaza Mayor.
El siglo XVI será la eclosión del Almagro como una verdadera corte, la corte carolina que verá como sus calles y plazas se llenan de bullicio y gente de distintas lenguas, pues a ella vendrán a vivir mercaderes llegados de diferentes partes de Europa como Italia, Portugal o incluso Alemania, además de los ya afianzados castellanos y valencianos.
Almagro como “cabeza de la Orden Militar de Calatrava”, ahora ya en manos de la monarquía verá como la banca Fugger asentará su empresa por medio de sus “factores” y desde aquí administrarán y velarán por la empresa de sus señores: Juan de Juren será el primero de ellos, quien construirá casa-palacio y de la que destaca su portada con una iconografía renacentista alusiva a la prosperidad, protección, fidelidad a través de imágenes mitológicas.
A este Juan de Juren y su empeño, se debe la “reconstrucción”, sobre la antigua mezquita, de la Ermita de San Blas, con una lápida fundacional que no deja lugar a duda: Al Salvador máximo, cuanto hay y también lo que es de esperar, fuera y dentro de esta capilla, Jacobo Függer y los hijos de sus hermanos dedican como testimonio de piedad y religión.
Le sigue Juan Xedler, quien a semejanza su predecesor, levantará un palacio en la calle altozano a colación de la iglesia parroquial de la Madre de Dios, donde alarifes mudéjares con su maestría en el uso del ladrillo y artistas italianos en la decoración construirán uno de los mejores palacios renacentistas, el llamado “palacio fúcares”: piedra caliza, madera y ladrillo hoy desnudo en su patio, yeserías y todo el periplo decorativo renacentista en su entrada y escalera y algunas de sus estancias (ovas y dardos, puntas de diamante, olas, grecas…)
Son años éstos que las grandes familias dedicarán sus esfuerzos en la construcción de sus casas palacio, morada en vida, pero también donde descansar eternamente con la edificación de conventos y monasterios, y de esta manera ser recordados en sus capillas funerarias: Gutierre de Padilla y el Convento de la Asunción de Calatrava-Hospital de la Misericordia, de monjas calatravas; Alonso y Mariana de Oviedo el Convento de la Concepción Bernarda de monjas de la orden de San Bernardo; Diego Lucena y Catalina Gutiérrez Convento de la Encarnación, de monjas dominicas; la familia Mera el Colegio de la Compañía de Jesús e Iglesia de San Bartolomé; Convento de Agustinos Recoletos por la familia Figueroa de agustinos recoletos, Convento de Santa Catalina de los Franciscanos Descalzos por Jerónimo de Ávila de la Cueva y Catalina de Sanabria. Añadimos a esta lista el Hospital de Santa María de los Llanos que pasaría a ser convento de franciscas y que daría pie a construir el Hospital de San Juan de Dios regentado por la orden de Hermanos de San Juan de Dios.
Hemos obviado de esta enumeración la fundación por Fernando Fernández de Córdoba y Mendoza el Monasterio de Nuestra Señora del Rosario, pues el 18 de octubre de 1574, dieron comienzo las clases en la Universidad Nuestra Señora del Rosario, germen de nuestra actual Universidad de Castilla-La Mancha, hasta su cierre definitivo en 1824 como otras tantas universidades menores en España. La diferencia de la de Almagro, es que se otorgaban los títulos de doctor a semejanza de la de Alcalá de Henares como quiso su mecenas y fundador.
No podemos olvidar, que, en estos años del siglo XVI, 1546 comienza la construcción la Iglesia de Madre de Dios, con aires catedralíceos como en el siglo XIX se decía en la disputa con Ciudad Real por la capitalidad. Gótico, Renacimiento y Barroco conviven a la par, maestros como Francisco de Luna, Enrique Egas, Alonso de Covarrubias, Juan Correa de Vivar, Nicolás de Vergara, los hermanos Perolli… ellos dejarán su huella en Almagro en estas edificaciones.
En este siglo XVI se remodelará la Plaza Mayor, su solana, aportalada y galerías públicas en dos alturas, donde vender las tiendas sus productos y desde sus “balconadas” asistir a los diferentes espectáculos que allí sucedían desde juegos de cucañas e iluminarias, obras de teatro sobre escenario (“de quita y pon”), procesiones de Semana Santa y las corridas de toros.
El año 1628, marca un antes y un después. En esta fecha, se concluye la reforma de la plaza con el derribo y la construcción posterior de las casas y tiendas que la umbría había, levantáronse a semejanza de la solana, como así aparece. La casa de los Molina verá concluida su construcción como así quedó plasmado en los contratos con carpinteros, canteros y albañiles. Pero sobre todo porque, Leonardo de Oviedo costea la construcción de un Corral de Comedias en el Mesón del Toro o de la Sangre, y más tarde Mesón de la Fruta. Allí actuarían las compañías oficiales del reino, las llamada de la Legua, y entre risas y enredos, darían vida a los personajes que nuestros grandes de la literatura imaginaron para ser representados en estos espacios. Y el de Almagro aún existe y en él se vive el teatro.
En el siglo XVII se seguirán construyendo y terminando sus casas palacio los Oviedo, los Robles Villareal, los Wessel, Castro, Zúñiga, Madrid… Más tarde, los marqueses de Añavete y Villaytre (Palacio del Conde de Valdeparaiso), marqueses de Torremejías, los Rosales, con un lenguaje y estilismo Barroco.
El siglo XVIII viene marcado por la figura del II Conde de Valdeparaiso, Juan Francisco Gaona Portocarrero y Aranda, Ministro de Hacienda y Estado con Fernando VI: el Real Cuartel de la Caballería con Juan Alejandro Núñez de la Barrera y Manuel Navacerrada; el Paseo Viejo de la Florida, lugar de paseo “para ver y ser visto”; con A. Doyle la Real Fábrica de Sargas o otros tejidos (que al final no llegó a fructificar por la calidad del agua, argüía Doyle); intentó levantar un Hospital Provincial o Casa de Expósitos, que al final se llevó Ciudad Real… Y Almagro capital de la provincia de La Mancha durante su ejercicio en el Ministerio.
El siglo XIX es un querer del pueblo de Almagro: quiso una Plaza de Toros, pues la que existía en el Santuario de Nuestra Señora de las Nieves estaba distante, la inauguró en 1845.
Quiso tener estación de ferrocarril, y lo consiguió endeudándose, viendo llegar la primera locomotora en enero de 1861, apenas trece años después de la primera línea de ferrocarril en España.
Quiso teatro, pues los corrales de comedias ya habían cerrado sus puertas a mediados del XVIII por seguridad e higiene, pero había que inculcar una serie de valores a la juventud para evitar sus desmanes como reza el proyecto de Cirilo Vara y Soria para el Teatro Principal de Almagro, y allí abrió sus puertas en 1865.
En 1873 compra la iglesia de San Agustín, no quería que desapareciera y acabara vendida como el resto del Convento tras la política desamortizadora.
Políticas de venta de bienes nacionales que afectó también a Almagro, exclaustrando y vendiendo conventos y monasterios… salvándose los oratorios e iglesias. Guerras contra los franceses, carlistas… Guerra Civil..
En 1952, el Corral de Comedias se “redescubre”, dos años después, en 1954 el 29 de mayo se reinaugura como teatro con La Hidalga del Valle, comienza Almagro y el Teatro y Almagro y el Turismo.Jornadas Universitarias de Teatro, Estudio 1 de RTVE, Festival de Teatro Clásico y el actual Festival Internacional de Teatro Clásico. En los años 80 el Museo Nacional de Teatro se traslada a Almagro, y en 2004 abre su nueva sede los antiguos Palacios Maestrales.
En 1967 Francisco Pons Sorolla, arquitecto de Ministerio de la Vivienda, rehabilita la Plaza Mayor de Almagro, en esos nuevos aires restauradores que desde Madrid se van marcando, y que en los primeros años de la década de los años 70 con Víctor Ungría Caballero continuará con la rehabilitación de numerosos edificios.
1 de agosto de 1972 en la Gazeta de Madrid se publica la Declaración de Almagro como Ciudad Conjunto Histórico Artístico. Almagro ya es turismo.
En 1979 la Reina Sofía inaugura las instalaciones del Parador Nacional sobre lo que fue el Convento de Santa Catalina de los Franciscanos Descalzos.
Almagro, hoy 2022, puede presumir de ciudad donde teatro y patrimonio conviven en una “conjunción poco frecuente de valores históricos y artísticos” como así reza su declaración de conjunto histórico artístico, que este año cumple 50 años .
Autor: Isidro Gregorio Hidalgo Herreros
Técnico Arqueólogo. Servicio Patrimonio y Arqueología. Viceconsejería Cultura y Deportes. Consejería de Educación, Cultura y Deportes
Alejandro el Lun, 25/03/2024 - 11:47
Una villa preciosa, muy buen conservado su patrimonio en la que se aprecia su rico pasado. Maravilloso Parador de Turismo que tanto su edificio y patios como su mobiliario y cuadros son verdaderas joyas. España debe luchar por hacer valer su rico Patrimonio interior, ah y culinario