La Fuente Agria es un manantial de agua de naturaleza carbónica y ferruginosa ubicado en el paseo de San Gregorio, en Puertollano (Ciudad Real) de características similares a otros que se distribuyen por la comarca volcánica del Campo de Calatrava, denominados popularmente como “aguas o fuentes agrias” por su sabor y “hervideros” por la temperatura a la que salen sus aguas y por el borboteo que provocan en su surgencia.
Conocida, al menos, desde fines del s. XIV, a principios del s. XVII se realizaron las primeras obras de canalización para su uso, que fueron modificadas y mejoradas posteriormente en varias ocasiones hasta adquirir su configuración actual, siendo hoy una de las mejores y más singulares representaciones de inmuebles de uso público que derivan de la arquitectura industrial.
El uso del agua agria de Puertollano se ha convertido en una costumbre o tradición para los habitantes de la ciudad y sus alrededores, que forma parte ya del patrimonio cultural inmaterial de Puertollano, aunando la recogida de agua agria con la reunión y la charla de los vecinos, y convirtiendo su quiosco en un punto de encuentro y símbolo de la ciudad minera.
Localización
Se encuentra ubicada en la parte central del extremo meridional del Paseo de San Gregorio, arteria principal de la población de Puertollano, que fue configurada a finales del siglo XIX y que en la actualidad se conforma como un amplio espacio ajardinado, de unos 815 m de largo por 60/120 m de ancho, en cuyos extremos se sitúan la ermita de la Virgen de Gracia, al norte, y la Casa de Baños y el mercado municipal, al sur.
Historia
Conocidos popularmente como “hervideros”, la Fuente Agria es uno de manantiales o pozos distribuidos por la comarca volcánica del Campo de Calatrava en la Provincia de Ciudad Real. Se caracterizan principalmente por ser puntos de agua de naturaleza carbónica, es decir, con burbujas de CO2, que les da aspecto de “agua hirviendo” cuya génesis se relaciona con el extinto vulcanismo de la zona y que muestran un claro rasgo termal. Existen en esta zona cerca de una veintena de surgimientos de agua con estas características que, en algunos casos, dieron lugar a la instalación de balnearios medicinales durante el siglo XIX Sus aguas suelen presentar, además del contenido en carbono, una elevada cantidad de hierro en disolución que les aporta un característico sabor, por lo que reciben el nombre de “aguas o fuentes agrias”.
Las primeras noticias que hacen referencia al manantial de agua agria de Puertollano se recogen en documentos del siglo XIV, que hoy se conservan en el Archivo Histórico Nacional.
Durante el siglo XVI se produjo un desarrollo importante de la población de Puertollano ligado a la ganadería y a la industria de paños, siendo concedido el título de villa en 1576 por parte del rey Felipe II. La actividad textil se convertirá en la principal actividad de la localidad hasta el inicio de la explotación de la cuenca hullera en época contemporánea. A partir este momento comienza la configuración urbanística de la ciudad moderna, teniendo como referencia el paseo de San Gregorio, que será el eje central de la ciudad a partir del cual se articularán los distintos espacios. Es en este momento, cuando contamos con la primera descripción del surgimiento de aguas agrias recogido en las Relaciones Topográficas de Felipe II (1575).
De finales del siglo XVII se conocen los primeros documentos bibliográficos con la publicación de un pequeño folleto del médico italiano Felipe Vizani del Águila (1685), que describe los efectos beneficiosos para la salud de la toma de agua agria puertollanera, y la obra del Doctor Alfonso Limón Montero “Espejo Cristalina de las Aguas de España” (1697), cuyo capítulo II va dedicado a las “aguas azedas de la Villa de Puertollano y de sus medicinas”, y donde menciona que las de Puertollano son las mejores y más eficaces del Campo de Calatrava y en toda España, y que se trata de una bebida habitual de los vecinos que también la usaban para amasar pan y cocer la carne, y que, por ello Puertollano era un pueblo sano, longevo y con buena salud.
Un siglo más tarde, en 1785, el Interrogatorio del Cardenal Lorenzana presenta contestaciones a la pregunta 14 señalando que la villa de Puertollano posee “singulares y famosas las aguas medicinales agrias” y que su fama de agua saludable sirve de reclamo para muchas personas de la Corte y de toda Castilla, sobre todo en verano para tomar baños.
A mediados del siglo XVIII (1753), se instaló un pozo-noria a escasos metros del manantial, lo que influyó en una disminución del aforo, calidad y propiedades medicinales del mismo, por lo que las quejas y pleitos no cesaron, llegando incluso al Real y Supremo Consejo de Castilla. A finales de este siglo se tiene noticia de la instalación de la primera estructura que sirvió de Balneario en las inmediaciones de la fuente.
En el siglo XIX, el diccionario de Pascual Madoz recoge la instalación de un edificio destinado a baños junto al surgimiento de agua agria, describiendo detalladamente los beneficios de su uso y el estado del edificio. A partir del segundo cuarto de este siglo, la Fuente Agria estuvo muy ligada a la figura de Carlos Mestre y Marzal, que fue médico-director del balneario, y en ocasiones medico titular de la población.
En la segunda mitad del siglo XIX, gracias a la mejora de las comunicaciones y las distintas conexiones con otras poblaciones que se establecieron en Puertollano, hubo mucha afluencia de visitantes que iban a tomar las aguas del Ejido. El uso del ferrocarril también fue muy relevante para la llegada de público para la toma de baños.
En 1857 don Carlos Mestre y Marzal, médico director del balneario, escribía al alcalde manifestando su preocupación por la conservación de las excepcionales aguas medicinales de Puertollano y proponiendo obras para adecuar la zona del surgimiento, aunque los problemas con el caudal del agua no terminaron. En 1861 hubo una nueva disminución del caudal de la fuente debido a las obras realizadas por Manuel Gómez en la casa de baños, por lo que el alcalde redacto el siguiente escrito: “No atreviéndome en negocio de tan alto interés a tomar por mi medida alguna, me apresuro a ponerlo en el superior conocimiento de V.S., a fin de que pueda servirse acordar el medio que crea más conveniente a remediar el indicado”.
En 1865 don Carlos Mestre y Marzal publicó su “Monografía de las aguas acido-alcalino-ferruginosa de Puertollano” recogiendo datos tomados por el Doctor Limón, y aportando otros nuevos. La fama del agua agria de Puertollano seguía creciendo.
En 1876 se llevó a cabo la construcción de un quiosco y un enrejado, siendo el encargado de la obra José Vicente Gonzalo. De la estructura de la Fuente hace descripción a finales del siglo XIX I. Hervás y Buendía en su “Diccionario histórico, geográfico, biográfico y bibliográfico de la Provincia de Ciudad Real” donde indica que primero el manantial era una simple charca, después se recogieron las aguas en un arca de madera fortalecida con piedra y cal hacia 1600. Posteriormente, en 1733, sobre esta arqueta se construyó un templete de obra que se cerró con una puerta para controlar el flujo de visitantes, colocando dos caños, uno destinado a enfermos y otro al pueblo.
Un quiosco metálico de planta octogonal se proyectó en el año 1892 para proteger la fuente de las inclemencias del tiempo. No obstante, unos pocos años después, en 1905, se realizan nuevas obras de remodelación y la fuente adquiere el aspecto con el que hoy la contemplamos, cubriendo los caños con un quiosco de hierro, pero de mayores dimensiones.
En cualquier caso, como indica J. D. Delgado Bedmar, estos quioscos de la fuente agria fueron los primeros ejemplos en el espacio urbano de Puertollano de la arquitectura de hierro, precursores de los hoy desaparecidos pabellones del paseo o los castilletes de hierro de la cuenca minera. Hoy el quiosco de la Fuente Agria es una de las mejores y más singulares representaciones de inmuebles de uso público que derivan de la arquitectura industrial. Ejemplo de ello, son abundantes las investigaciones y artículos que se han dedicado a la Fuente Agria y Casa de Baños de la ciudad minera entre las que destacan las monografías M. F. Gómez Vozmediano o F. Gascón Bueno.
En 2018 el surgimiento de agua agria de Puertollano ha sido clasificado por Instituto Geológico y Minero de España como Lugar de Interés Geológico (LIG) debido a su interés hidrogeológico y es uno de los geositios que se pueden visitar dentro del Proyecto “Geoparque Volcanes de Calatrava. Ciudad Real.”
Descripción
La construcción actual de la fuente data de 1910, cuando se realiza en cantería una fábrica octogonal con 9 filas de peldaños que, siguiendo igualmente una planta octogonal, van descendiendo de manera progresiva, rodeando por completo al surtidor que se encuentra rehundido en el terreno.
Al exterior, esta estructura queda cerrada por una serie de 8 paños de barandillas de fundición, que se acomodan a los diferentes ángulos del octógono y dejan otros ocho espacios de paso en los ejes de cada uno de sus lados. Por estos pasos, a fin de canalizar el flujo de visitantes y facilitar el acceso a la fuente a los que tienen menos movilidad, discurren hacia el surtidor cuatro barandillas similares a las del cerramiento.
El surtidor se encuentra centrado en la base, canalizándose el agua al exterior mediante una columna metálica de fundición, hueca, con cuatro caños que nacen en las bocas de otros tantos relieves de león que ocupan los espacios centrales de las cuatro caras circulares de su base.
El fuste de la columna se desarrolla como cuádruple; a media altura se disponen ocho ganchos, dos por cada una de sus cuatro columnas, de los que cuelgan las jarrillas. La columna se corona con un busto del doctor Limón Montero, uno de los primeros estudiosos de estas aguas.
Las jarrillas son unos recipientes metálicos de forma cilíndrica, realizados con hoja de lata. Similares a los botes, presentan varias particularidades que los singularizan: sus bordes están recortados formando dientes que imposibilitan el que se puedan llevar a los labios cómodamente; de la base nace un pitorro cilíndrico, rematado igualmente en una boca abierta dentada, cuya finalidad es permitir verter el agua contenida en el recipiente. Para facilitar su uso, se dispone un asa en el lateral del jarro situado a la derecha del pitorro, y no enfrentado a él, como suele ser habitual en recipientes con asas, que posibilita que éste sea asido con la mano diestra disponiendo el pitorro hacia la cara del usuario.
La construcción exterior responde al concepto de kiosco de música popularizado en España a finales del s. XIX, estando realizada mayoritariamente en carpintería metálica de fundición y roblonado, con decoraciones armadas mediante apliques de fundición y remaches.
La estructura se sustenta mediante ocho columnas de sección octogonal, más anchas en su base, en las que se diferencian sus diferentes elementos (basa, fuste y capitel) mediante la inserción de collarinos que los delimitan. Únicamente presentan decoración en el capitel, de tipo corintio, con cuatro volutas.
Como ya se ha dicho, el cerramiento al exterior de este espacio queda encomendado a una serie de paños de baranda realizados igualmente con elementos de fundición que se decoran mediante barras de cuadradillo y pletinas enlazados a través de apliques de fundición y remaches, formando figuras geométricas, alternando líneas rectas y curvas.
La cubierta está ejecutada con estructura metálica, visible desde el interior, que se cubre con placas metálicas al exterior y con tablazón de madera al interior, disponiéndose nuevamente en ocho paños que coinciden con los lados del octógono de la base.
El alero es sencillo y liso, sin decoración, destacando en él únicamente la existencia de ocho gárgolas metálicas de bulto redondo, simulando nuevamente prótomos de león, pero interpretados desde una filiación artística muy próxima a los grutescos de la decoración cerámica, dispuestas cada una de ellas sobre una de las columnas de la estructura.
Bajo el alero se dispone una cenefa metálica, también realizada con elementos de fundición, que genera un friso con alternancia de espacios cuadrados y barras verticales que imitan la secuencia artística de metopas y triglifos.
Bajo él y enlazando con las columnas que sustentan la construcción se dispone la arquería, igualmente realizada en material de fundición, desarrollándose simétricamente en cada uno de los frentes del octógono mediante sendas estructuras en forma de “S” tumbada decoradas con enlazados interiores semejando ramificaciones vegetales.
El conjunto se corona con un templete constituido por una cúpula bulbar sustentada por ocho columnillas sobre la que se dispone la aguja de la veleta con un orbe en su base.
Hoy el DOCM publica su declaración como Bien de Interés Cultural con la categoría de Monumento.
Fuentes:
Artículo basado en la incoación de la Viceconsejería de Cultura y Deportes.
Paloma el Vie, 21/04/2023 - 16:00
Me ha parecido preciosa la ciudad, lo mejor de todo la amabilidad de sus vecinos y el agua te sorprende el sabor, pero después de dos sorbos ya lo admites bien.
Javier el Dom, 05/05/2024 - 22:06
gracias por tu comentario
José Ruiz Ferrnandez el Dom, 02/07/2023 - 06:29
Me gustaria ir .
Hace 58 años.
Que no voy a mi Pueblo
Que es Puertollano
Naci . en la calle San gregorio 28.
Fecha de salida en el año 1964
Gracias
Margarita el Mié, 31/01/2024 - 20:52
Desde que tengo memoria, me encanta y lo bien que sienta siempre que paso por ahí, no falla, tengo que coger agua.
Vanessa el Vie, 06/09/2024 - 18:43
Soy de Venezuela tengo un mes qué me mude para acá y conocí la fuente agria y cada vez que voy tomo un poquito de agua de la fuente y cuándo vienen mis hijos,lo llevó a tomar el agua viernes 6 de septiembre 2024
Isabel el Sáb, 21/09/2024 - 23:45
Me fui en el 86 pero es mi pueblo donde naci me gusta sus comidas y las sigo haciendo que rico el pisto y las gachas
Anónimo el Mié, 16/10/2024 - 12:47
Me gusta mucho las fotos. Tengo muy buenas recuerdos.
Pilar el Mié, 13/11/2024 - 22:54
Tosa la familia de mi madre era de puertollano un primo hermano trabajaba en la mina y creo que tenia algun cargo se llamaba Marino Muñoz Sendasrrubias y la familia vivia en la calle del Pozo