En el año 2012, en el trascurso de los trabajos de control y seguimiento arqueológico realizados a los pies del cerro de Alarcos, con motivo de la instalación de un colector relacionado con la ampliación de la Estación Depuradora de Aguas Residuales de Ciudad Real, se produjo el hallazgo de una necrópolis de incineración de época ibérica, en la llanura de inundación del río Guadiana (Gómez Laguna y Obregón, 2012 y 2013).
Entre los diferentes enterramientos identificados en esa intervención arqueológica destacaba un túmulo de mampostería, de forma cuadrangular con las esquinas redondeadas, en cuyo interior pudieron recuperarse los restos óseos cremados de un varón, de unos 20-30 años de edad, junto con un rico ajuar compuesto por una fíbula de La Tène I y una hebilla de cinturón de bronce, dos puntas de lanza y una manija de escudo de hierro, 453 astrágalos de ovicápridos quemados y una falcata (García Huerta et al. 2018: 46-49). La espada apareció partida en dos fragmentos y en muy mal estado de conservación, debido a los procesos de corrosión del hierro que habían actuado sobre la pieza a lo largo de los más de dos mil años que llevaba enterrada.
Los trabajos iniciales de limpieza de la corrosión superficial y consolidación de la falcata, acometidos en el año 2013, permitieron descubrir la gran riqueza decorativa que presentaba tanto la hoja como la empuñadura, realizada a base de damasquino de hilo de plata. Dada su relevancia, tanto la falcata como el resto de objetos procedentes de esta sepultura pasaron a formar parte de la exposición permanente del Museo de Ciudad Real.
Sin embargo, y pese al relativo poco tiempo que llevaba expuesta en el museo, la falcata sufrió una serie de alteraciones provocadas por la existencia de focos de corrosión activos que afectaban gravemente a su estado de conservación, haciéndola peligrar estructuralmente. Esta circunstancia ha motivado una nueva intervención de urgencia a un arma que, debido a su singularidad, resulta, a todas luces, de excepcional interés para el patrimonio castellano-manchego.
Descripción de la falcata
En el momento de su descubrimiento, la espada apareció partida en dos, aproximadamente por el tercio distal de la hoja, además de no conservar ni la punta ni parte de la empuñadura. Los dos fragmentos conservados fueron unidos durante el tratamiento de restauración al que fue sometida en el año 2013, procediéndose además a la restitución volumétrica de las partes desaparecidas con la finalidad de facilitar su lectura. El fragmento mayor presentaba la caracteística dobladura en ángulo producida por un esfuerzo deformante, provocado por la inutilización intencionada que sufrió la falcata durante el ritual funerario practicado por los oretanos, previamente a su enterramiento en la sepultura.
La hoja presenta la forma y características típicas de este tipo de armas: un filo principal de perfil en “s”, un filo dorsal secundario reducido a la punta y profundas acanaladuras paralelas al dorso, que surcan longitudinalmente ambas caras. Además, exhibe un complejo y rico programa decorativo realizado a base de damasquinado de hilo de plata, en el que se representan motivos geométricos, vegetales y zoomorfos que, aunque no se han conservado en su totalidad, llegaron a extenderse por buena parte de la superficie de ambas caras de la falcata (García Huerta et al. 2018: 155-156).
1.Falta la punta de la hoja. Se le practicó una restitución volumétrica durante la restauración.
2.Falta el remate de la empuñadura. Se le practicó una restitución volumétrica durante la restauración.
3.El peso es una vez restaurada y con las consiguientes reintegraciones.
Por lo que respecta a la empuñadura, esta conserva una parte original que permite reconocer la forma estilizada de una cabeza de caballo, habiéndose conservado dos de los remaches que permitirían la fijación de las cachas, que serían de hueso o madera; además de la guarda lateral, del tipo de barra maciza, decorada con una cabeza de felino con sus fauces abiertas, similar a otras falcatas aparecidas en la zona de Córdoba-Granada (Quesada 1997: 100, fig. 43 y 101 y ss.). Es de desatacar el buen estado de conservación de la decoración damasquinada, tanto de la guarda basal como de las dos cartelas (una por cada cara), presentando como motivos decorativos espirales enlazadas, grecas, palmetas de cuenco estilizadas y olas encrespadas (García Huerta et al 2018: 47 y 156).
Estudios diagnósticos
Los trabajos de restauración comenzaron con la realización de un estudio diagnóstico que permitiese valorar el estado de conservación inicial que presentaba la pieza. Para tal fin, se han llevado a cabo una serie de estudios preliminares que han determinado la composición del material metálico, los tipos de alteraciones y corrosión, así como los productos empleados en tratamientos anteriores.
Como se ha mencionado anteriormente, la falcata contaba con una intervención previa acometida a su ingreso en el Museo de Ciudad Real, cuando se realizaron tratamientos de limpieza y protección superficial, la unión de los dos fragmentos en que apareció partida la hoja, así como varias reintegraciones volumétricas de las partes no conservadas.
En cuanto al estado de conservación, a simple vista se podían apreciar varias alteraciones que afectaban de manera generalizada a la totalidad de la pieza. Fundamentalmente, se trataba de focos de corrosión activa que estaban provocando levantamiento de estratos metálicos superficiales, ampollas de corrosión, desprendimiento de fragmentos y laminación metálica interna que generaba inestabilidad estructural.
Dado el estado de fragilidad que presentaba la espada, y con el objetivo de poder determinar el tratamiento más adecuado para su intervención, se ha realizado una toma de micromuestras de las diversas alteraciones presentes, para su posterior análisis y estudio. Dichos trabajos han sido realizados por el laboratorio SECYR de la Universidad Autónoma de Madrid, mediante el empleo de diversas técnicas analíticas: Micro Raman, DRX-P, SEM-EDX y FTIR.
Los resultados obtenidos han determinado que los productos de corrosión activa estaban compuestos principalmente por la presencia de cloruros, oxihidroxidos y, en menor medida, sulfatos de hierro. Por otro lado, se ha podido identificar los materiales empleados en su restauración anterior, que corresponden a un polímero acrílico y a una cera microcristalina. Asimismo, se ha podido determinar que la plata empleada en la decoración presenta una gran pureza, por lo tanto, es maleable y favorece su manejabilidad para la realización del damasquinado ornamental.
Trabajos de restauración
Tras los estudios y la documentación inicial, se ha procedido a los trabajos de restauración de la pieza. En primer lugar, se han engasado, con gasa de algodón hidrófilo y Paraloid B-72 al 3% en acetona, las zonas con riesgo de desprendimiento, para evitar su caída y deslocalización. A su vez, se han protegido, con papel japonés y Paraloid B-72 diluido al 3% en acetona, las áreas vulnerables que presentaban decoración con damasquinado de plata. Seguidamente, se han numerado, clasificado y ubicado en un croquis todos los fragmentos de metal desprendidos, tanto del anverso como del reverso de la falcata.
A continuación, se ha procedido a la retirada de los productos de corrosión a través de una limpieza mecánica en seco con micromotor, empleando diversas fresas de corindón y acero. Posteriormente, se han eliminado las capas de protección pertenecientes a la primera restauración, utilizándose White Spirit para el recubrimiento de la cera microcristalina y acetona para la resina acrílica. Esta limpieza se ha efectuado tanto en la falcata como en los fragmentos desprendidos de ella, permitiendo reconocer algunas nuevas zonas decoradas en la hoja, que siguen el mismo patrón decorativo documentado y descrito anteriormente.
Tras la limpieza mecánica y posterior desengrasado con alcohol se ha realizado el tratamiento de pasivación del metal, mediante la inmersión de la falcata en ácido tánico al 3% en agua desmineralizada. Seguidamente, se ha aplicado una capa de resina acrílica Paraloid B-72 al 3% en acetona, para aislar el metal del oxígeno y la humedad. Una vez estabilizado el metal, se ha procedido a la adhesión de los 68 fragmentos desprendidos entre anverso y reverso. Utilizándose adhesivo epoxi para la unión de los mismos a la falcata.
Por último, tras el curado de la resina epoxidica, se ha matizado el color que presentaban las reintegraciones volumétricas de la anterior restauración para facilitar la lectura general de la pieza. Para ello se ha aplicado un color base a las reintegraciones, con pigmentos acrílicos, que se asemeja al color del metal, pero que a su vez permite su discernibilidad.
Conclusiones
La falcata es el arma ibérica más representativa, siendo común su aparición en ajuares funerarios del Sureste peninsular y Alta Andalucía. Tradicionalmente, su presencia en las sepulturas ha servido para reconocer el estatus social de la persona enterrada. Aunque se conocen más ejemplares de falcatas con decoración damasquinada en otros ámbitos peninsulares (Quesada 1997: 116), la de Alarcos es el primer y único ejemplar documentado en la provincia de Ciudad Real, de ahí su excepcionalidad. A esto hay que añadir el hecho de que haya aparecido en contexto arqueológico, formando parte del ajuar de una rica sepultura de una de las tres necrópolis del oppidum de Alarcos conocidas hasta la fecha. Esta circunstancia acrecienta el valor histórico y documental de la falcata, al permitir realizar una serie de estudios que van más allá de los tecnológicos o tipológicos, y que no son posibles con piezas aparecidas fuera de contexto. En este sentido, la realización de analíticas a los restos óseos de la persona enterrada o el poder conocer los índices de riqueza de la tumba, gracias a la recuperación del resto de los elementos de ajuar, permiten realizar interpretaciones sociales y económicas que ayudan a profundizar, en último término, en el conocimiento de la sociedad oretana.
Por último, con la presente intervención se ha conseguido consolidar una pieza excepcional del patrimonio arqueológico castellano-manchego, que ya puede volver a contemplarse en todo su esplendor en la exposición permanente del Museo de Ciudad Real, junto con el resto del ajuar procedente de esta sepultura de Alarcos.
Autores:
J. IGNACIO DE LA TORRE ECHÁVARRI (Director del Museo de Ciudad Real-Convento de La Merced)
ISABEL ANGULO BUJANDA (Restauradora de Bienes Culturales)
Para saber más
GABALDÓN, M. (2003): “LA FALCATA DE ALMEDINILLA (CÓRDOBA)”, PIEZA DEL MES, Ciclo 2003 Las armas: defensa, prestigio y poder.
GARCÍA HUERTA, Mª R., MORALES HERVÁS, J. y RODRÍGUEZ GONZÁLEZ, D. (2018): De la muerte a la eternidad: la necrópolis ibérica de Alarcos (Ciudad Real). Ed. Síntesis, Madrid.
GÓMEZ LAGUNA, A.J., OBREGÓN PENIS, T. y GARRIDO RESINO, G. (2012): Informe Hallazgo de seguimiento Necrópolis Segunda Edad del hierro. Proyecto de ampliación de la EDAR de Ciudad Real y colectores. Colector de Poblete hasta la EDAR de Ciudad Real, Informe Administrativo, Toledo.
GÓMEZ LAGUNA, A.J., OBREGÓN PENIS, T. y GARRIDO RESINO, G. (2013): Informe final del seguimiento y control arqueológico del Tramo 2. Proyecto de ampliación de la EDAR de Ciudad Real y colectores. Colector de Poblete hasta la EDAR de Ciudad Real, Informe Administrativo, Toledo.
LORRIO, A.J., ROVISA, S. y GAGO, F. (1999): “Una falcata damasquinada procedente de la Plana de Utiel (Valencia): estudio tipológico, tecnológico y restauración”; Lvcentvm XVII-XVIII, 1998-1999, pág. 149-161.
QUESADA SANZ, F. (1997): El armamento ibérico. Estudio tipológico, geográfico, funcional, social y simbólico de las armas en la Cultura Ibérica (siglos VI-I a.C.). 2 vols. Monographies Instrumentum, 3. Ed. Monique Mergoil, Montagnac, 1997.
QUESADA SANZ, F. (2018): “¿Qué podemos preguntar a las armas antiguas? El caso de la iberia prerromana”; en PI CORRALES, M. de P. y CANTERA MONTENEGRO, J. (Dir.): Armamento y equipo para la guerra, pág. 19-
Virginia Perez el Mié, 26/05/2021 - 14:01
Gracias!! por poner a nuestro alcance esta valiosa informacion, con la cual,. no solo se pone de manifiesto el avance de los estudios arqueologicos e investigadores de nuestros profesionales, sino también nos ayuda a valorar y conocer mejor nuestro pasado,y nuestro patrimonio poniendo en valor toda la cultura que rodea nuestra Historia y de la cual a veces somos ignorantes.
Me ha parecido maravillo poder disfrutar de todo ello, es una puerta al conocimiento de nuestra tierra. Gracias de nuevo!! Un saludo Virginia
Anónimo el Dom, 30/05/2021 - 21:12
Extraordinario trabajo