Castilla- La Mancha conserva a lo largo de su amplio territorio un conjunto de palacios o “casas grandes” que, aun hoy en día, son testimonio tangible de un rico pasado histórico. Edificaciones asperjadas por los distintos cascos antiguos de áreas rurales o urbanas, donde conviven con otros monumentos religiosos, civiles, defensivos, etc. demostrando en sus fachadas e interiores, el poder que tuvieron en un momento dado las familias o instituciones que promovieron su construcción. 

Te acercamos en esta ocasión a cinco palacios singulares, cuatro de ellos ubicados en zonas rurales y uno en urbana, que forman parte del rico patrimonio de nuestra región, un patrimonio de todos.

Palacio Casa Consistorial de Villarobledo (Albacete) 

En la parte noroccidental de la provincia encontramos la “muy noble y leal ciudad” de Villarrobledo, en la conocida comarca de La Mancha Alta albaceteña. 
El edificio que hoy ocupa el propio ayuntamiento de Villarrobledo es una de las obras más destacadas de arquitectura civil renacentista del siglo XVI.  Se cree que fue concebida para dar cabida al Pósito y a la Audiencia de la villa, no obstante, se especula con la posibilidad de que en origen fuera una casa-palacio del Marqués de Villena.  

De planta rectangular, las diferentes dependencias aparecen organizadas de forma funcional, en torno a un elegante patio porticado en sillares regulares, con arcos simples apoyados sobre pilares de sección cuadrada. 
En el exterior, la fachada principal está realizada en piedra de sillería, compuesta por una doble arquería renacentista de arcos de medio punto con seis vanos en cada altura, la inferior apoyada sobre columnas toscanas y la superior sobre jónicas, enmarcada entre dos machones. Los arcos, las enjutas y el pretil superior, aparecen decorados con molduras geométricas. 

En heráldica destacan a la izquierda, un escudo de la villa, inserto en un templete esquinado que apoya en una cornisa sobre ménsulas, flanqueado por pilastras corintias que soportan un entablamento con frontón partido y pirámide en el centro. A la derecha, bajo el reloj, el escudo municipal, coronado por la inscripción S.P.V.R. (El Senado y el pueblo de Villa-Robledo.). 

Remata la fachada un ático con frontón partido, en cuyo centro aparecen las armas reales de los Austrias con el collar de la Orden del Toisón de Oro, insignia de las altas dignidades. La portada está rematada con pirámides herrerianas y un magnífico reloj de sol en piedra.

Palacio del Marqués de Santa Cruz . Viso del Marqués (Ciudad Real) 

El Palacio de Marqués de Santa Cruz es un sorprendente edificio renacentista situado en La Mancha, cuya visita nunca deja indiferente. Su construcción en la ciudadrealeña localidad de El Viso del Marqués, obedece a la iniciativa personal de D. Álvaro de Bazán, primer marqués de Santa Cruz, gran estratega naval del siglo XVI y Capitán General del Mar Océano en época de Felipe II.  

Sus largas estancias en Italia le permitieron conocer en profundidad el Renacimiento, por lo que para el palacio que mandó levantar en El Viso del Marqués, punto estratégico entre Madrid y las bases de sus escuadras (Cádiz, Lisboa y Cartagena), contó con arquitectos y pintores de procedencia italiana.
Edificio de claro estilo renacentista, fue construido entre los años 1562 y 1588 por orden del propio don Álvaro Bazán, bajo la dirección de Giovanni Castello, El Bergamesco. Su austero aspecto exterior no guarda relación con la riqueza artística del interior, con un patio porticado típicamente manierista y dos plantas unidas por una impresionante escalera de dos ramales. 

En el conjunto destacan sus magníficas pinturas al fresco, casi 8000 m2 que decoran la mayoría de sus salas, las dos galerías y la escalera, y que fueron realizadas por un amplio grupo de pintores vinculados al Escorial, dirigidos por Cesare Arbasía y los hermanos Juan Bautista y Esteban Peroli. Estaban destinadas a crear un espacio erigido a la mayor gloria de su dueño, exaltando sus virtudes militares y enalteciendo su linaje. El programa iconográfico se completa con trampantojos, pinturas que simulaban puertas, columnas y otros elementos decorativos y arquitectónicos.

Completa la decoración interior del palacio una serie de esculturas de inspiración clásica, como son los dioses y héroes mitológicos como Marte y Hércules (situados en el descanso de las escaleras), junto a otras figuras como las estatuas sepulcrales de Alonso de Bazán y su esposa María de Figueroa, únicos ejemplos de escultura funeraria española, perteneciente al primer tercio del siglo XVII.

El palacio, con el devenir de su historia, ha tenido varios usos hasta que en el año 1948 la familia de los Marqueses de Santa Cruz lo arrendó a la Marina Española, y ésta lo restauró y acondicionó para ser Museo y posteriormente para Archivo-General de la Marina.

Casa Palacio de los Molina. Las Pedroñeras (Cuenca) 

Las Pedroñeras, localidad conquense emplazada en la comarca de La Mancha, formó parte del señorío de Villena hasta finales del siglo XV, momento en el que los Reyes Católicos le conceden el título de Villa de Realengo, en reconocimiento por el apoyo firme dado durante la guerra civil a la causa de Isabel la Católica frente a Juana La Beltraneja. 

Desde entonces la villa, al diversificar sus actividades económicas, va incrementando paulatinamente su patrimonio histórico y artístico, destacando en el conjunto la arquitectura civil de grandes casas solariegas, que nos recuerda en su planta y alzado el tipo de edificaciones manchegas concebidas para dar cabida a las tareas agrícolas en las que basaban su construcción. 

La Casa Palacio de los Molina es una buena muestra del patrimonio arquitectónico civil de la localidad, se levantó en el siglo XVIII y tiene adosada la llamada ermita del Cristo, así como diferentes dependencias de carácter agrícola. Se trata de un edificio de planta básicamente rectangular e irregular, adaptado a la manzana en que se encuentra, con dos alturas. 

Destaca en su encalada fachada la portada, de dos cuerpos con puerta adintelada y enmarcada por un baquetón continuo entre columnas toscanas que soportan un friso clásico, con triglifos y metopas. Sobre él se abre un balcón, flanqueado por columnas y pilastras jónicas, coronado por una arco rebajado y rematado por pináculos. En el piso superior también destaca la presencia de una rejería de estilo rococó en los ocho balcones que presenta a la calle. El interior se dispone alrededor de un patio cuadrangular, con pies derechos en piedra. 

Palacio del Infantado de Guadalajara (Guadalajara) 

El palacio del Infantado, ubicado en la ciudad de Guadalajara, es un edificio civil de estilo gótico isabelino con elementos renacentistas que fue mandado construir por Íñigo López de Mendoza y Luna, con trazas de Juan Guas, a finales del siglo XV, si bien fue muy reformado a fines del siglo XVI.
Su estilo es absolutamente hispano, aunque parte de la decoración y estructura de balcones o portadas son de corte gótico de tradición flamenca, otros muchos elementos decorativos y la disposición de vanos en la fachada, pertenecen al arte mudéjar.

Destacan la fachada principal y el patio de los Leones, ambos realizados en piedra caliza de Tamajón. La fachada principal, orientada a poniente, es una de las joyas del arte gótico civil. Los elementos decorativos más destacados son unas puntas de diamante en toda la fachada; la última planta, que corona la fachada, presenta una galería corrida de balcones y garitones alternados. La puerta principal de entrada al edificio se encuentra en esta fachada, pero descentrada, situada en el extremo izquierdo, correspondiéndose con el patio interior. Está flanqueada por dos gruesas columnas cilíndricas que presentan en su intermedio sendos collarines de cordones entretejidos.

El patio de los Leones, precedido por un zaguán, es de forma rectangular, se compone de doble arquería superpuesta, formada de arcos conopiales mixtilíneos en la galería baja; en la galería superior se encuentran arcos similares con un par de entrantes laterales que se complican y quiebran aún más. Las columnas que sostienen la arquería son de orden toscano.

Actualmente el edificio alberga el Museo Provincial de Guadalajara, donde se depositan los restos arqueológicos encontrados en la provincia.

Palacio del Castañar. Mazarambroz (Toledo) 

En la toledana localidad de Mazarambroz encontramos el Palacio del Castañar, enclavado en la finca del mismo nombre, cuyo origen se encuentra en la repoblación del siglo XII.  

Este palacio de estilo ecléctico y corte historicista, es diseño del arquitecto madrileño Joaquín Saldaña, autor de numerosos palacetes de la nobleza de la Villa y Corte en el primer tercio del siglo XX.  El Castañar se levantó entre 1904 y 1909, siguiendo el ejemplo del castillo escocés de Abbotsford House. El alzado consta de tres alturas, con sillares regulares en granito y numerosos ventanales. Las cubiertas son de pizarra, con una inclinación muy acusada, y ofrecen un gran contraste lumínico con la piedra que conforma terrazas, torres, garitas, etc.

El acceso de ingreso se sitúa en el cuerpo central, formado por un arco de medio punto, moldurado por baquetones y arquivoltas. La parte superior aparece dominada por una gran balconada. En ambos extremos de la fachada se localizan dos cuerpos rematados con testero escalonado.

La fachada sur tiene un esquema constructivo más armónico y homogéneo que la norte, formado principalmente por tres cuerpos, uno central y dos laterales. El central se divide en dos plantas, la planta inferior, con sección semicircular, avanza hacia el jardín, y la plana superior queda conformada por una gran terraza, y rematada por frontón.
En el exterior, dos grandes jardines: uno frente a su fachada principal, de influencia francesa y numerosas decoraciones, y el otro, frente a fachada sur, de influencia italiana y con diversas fuentes y estanques. Actualmente el palacio y la finca son de titularidad privada.