Motilla del Azuer de Daimiel
Los yacimientos arqueológicos que se conocen con el topónimo de “motillas” representan uno de los tipos más singulares de asentamientos prehistóricos de la Península Ibérica, ocupando la región de La Mancha durante la Edad del Bronce entre el 2200 y el 1500 a.C. Se trata de montículos artificiales, de entre 4 a 10 mts. de altura, resultado de la destrucción de una fortificación de planta central con varias líneas amuralladas concéntricas.
Su distribución en la llanura manchega, con equidistancias de 4 a 5 kms., afecta a las vegas de los ríos y las zonas deprimidas dónde hasta momentos recientes era frecuente la existencia de lagunas y áreas palustres.
La Motilla del Azuer se encuentra situada junto al río del mismo nombre en el término municipal de Daimiel (provincia de Ciudad Real). Las especiales características de este yacimiento confieren al asentamiento del Azuer un carácter relevante dentro de la Edad del Bronce de la Península Ibérica.
Su especial configuración responde a una adaptación a las peculiares condiciones ecológicas del paisaje manchego. Durante la Edad del Bronce estos asentamientos fortificados ejercieron una importante función de gestión y control de recursos económicos. En el interior de sus recintos fortificados se protegían recursos básicos como el agua, captada del nivel freático mediante un pozo, y se realizaba el almacenamiento y procesado de cereales a gran escala, la estabulación ocasional de ganado y la producción de cerámica y otros productos artesanales.
El montículo de la fortificación, con un diámetro de unos 40 mts., está integrado por una torre, tres líneas concéntricas de murallas y un gran patio. Su núcleo central está formado por una torre de mampostería de planta cuadrada. A su interior se accede mediante rampas embutidas en estrechos pasillos.
Dentro del área fortificada se delimitan otros amplios espacios: un patio y dos grandes recintos separados por una línea de muralla intermedia. En el interior del patio, de planta trapezoidal, los habitantes del Azuer excavaron un pozo que abastecía de agua al asentamiento.
El recinto intermedio ocupa la mitad occidental de la fortificación entre la muralla intermedia y el paramento exterior del pasillo que circunda la torre. Este recinto se utilizó como zona de estabulación ocasional de ganado y como almacén de cereales (cebada y trigo).
En el interior del recinto delimitado entre las murallas exterior e intermedia se fueron construyendo a lo largo de la ocupación del yacimiento numerosos hornos de planta circular u oval con zócalos de mampostería y cubierta abovedada de barro, así como silos rectangulares para el almacenamiento de cereal.
La línea de fortificación más externa, circular y concéntrica a los sistemas de fortificación interiores, ofrece en su última fase de construcción un paramento ciclópeo de bloques de caliza.
El acceso al interior de la fortificación desde el área del poblado se realizaba a través de pasillos paralelos a las murallas.
El hábitat se sitúa al exterior de la fortificación en un radio de unos 50 mts. Las viviendas ofrecen planta oval o rectangular, con zócalos de mampostería y alzados de barro con postes embutidos.
Asociadas a las casas se documentan grandes áreas abiertas dedicadas a actividades de almacenamiento y a trabajos de producción, en las que se localizan una alta concentración de fosas y restos de hogares u hornos, así como áreas destinadas a basureros.
La necrópolis de la Motilla del Azuer coincide con el área del poblado. Los difuntos se inhumaban en posición encogida, dentro de fosas simples o en fosas revestidas por muretes de mampostería o lajas hincadas, que a veces se adosan a los muros de las casas o a los paramentos exteriores de la fortificación. Algunos niños se enterraron en el interior de vasijas. Los ajuares son escasos y poco representativos.
Modelo en 3D

























