Cerro Calderico

El Cerro Calderico es una elevación caliza, dispuesta en sentido norte-sur, formando un monoclinal, de unos 100 mts. de altitud sobre la llanura circundante y 1.500 mts. de largo, situado junto al casco urbano de Consuegra y a unos 67 kms. de distancia al sur de la ciudad de Toledo.

Está considerado un enclave donde se han asentado diversas culturas, desde el siglo VI a.C., cuando habitaron los primeros pueblos íberos, hasta la época contemporánea con la construcción de los molinos de viento.

Los elementos arquitectónicos que destacan en él son los molinos de viento y el castillo; los molinos fueron construidos en la primera mitad del siglo XIX, conservándose doce de ellos en la actualidad de los trece que llegó a tener. Sus nombres son (de norte a sur): Bolero, Mambrino, Sancho, Mochilas, Vista Alegre, Cardeño, Alcancia, Chispas, Caballero del Verde Gabán, Rucio, Espartero y Clavileño.

El castillo de Consuegra, también conocido como de "La Muela", fue una fortaleza del siglo XI con ampliaciones y reconstrucciones del siglo XII y XIII, construido en mampostería con mortero de cal, con un núcleo central o fortaleza, donde se sitúa el complejo habitacional, rodeado por un recinto amurallado. Perteneció a la Orden de San Juan desde su donación por Alfonso VIII que la cedió mediante bula de Lucio III el 25 de agosto de 1183. La fortaleza se convertiría desde entonces en cabeza y sede de esta Orden militar y residencia de grandes priores. Con la desamortización de Mendizábal en 1836 y la pérdida de todas las posesiones de la Orden comienza su declive. Durante el siglo XIX y XX será abandonado.

En 1962 el Ayuntamiento de Consuegra adquiere el castillo y un año más tarde los molinos. En 1985 se inician las labores de restauración y en el 2008 el Gobierno de Castilla-La Mancha declara Bien de Interés Cultural, con categoría de Sitio Histórico, el Cerro de Calderico donde se encuentran estos monumentos.