Las últimas excavaciones de la fortaleza de Isso, en Hellín (Albacete), evidencian que es un edificio andalusí de carácter estatal con torres hexagonales del siglo XII. Durante lacampaña realizada a lo largo del mes de agosto de 2022, se ha continuado con los trabajos de excavación iniciados en 2021 en diferentes puntos de la antigua fortaleza de Isso, con el fin de intentar responder a los numerosos interrogantes que plantea un edificio tan enigmático como este, debido en gran medida, a que no se han conservado documentos escritos medievales que hagan referencia al mismo. Las incógnitas se pueden resumir en ¿Quién ordenó su construcción? ¿En qué momento de la historia? y ¿Con qué finalidad?
Para ello, se han excavado los siguientes espacios:
1) El patio de la casa particular nº 6 de la calle del Castillo. Está situado intramuros, anexo a la torre y lienzos de muralla del ángulo noreste de la fortaleza.
2) El patio delantero de una casa particular situada intramuros, al fondo de la calle del Castillo.
3) El interior de las dos grandes torres cristianas que hay en el ángulo suroeste de la fortaleza y que flanqueaban la puerta mudéjar descubierta en 2021.
4) El huerto particular que se extiende anexo al frente occidental de la fortaleza.
5) Un solar particular abierto a la calle de la Fuente. Está situado extramuros, anexo al tramo central de la muralla norte.
De los cinco espacios en los que se ha actuado, hemos seleccionado los dos primeros, pues son los que han aportado mayor información a la hora de conocer la evolución histórica de la fortaleza y su función.
Espacio 1. Corresponde al patio y establo de una humilde casa que debió de construirse en el s. XVIII o comienzos del XIX, y que se habitó prácticamente hasta nuestros días. Los restos medievales descubiertos en este sector confirman que la fortaleza era de planta cuadrangular con grandes torreones de esquina.
Tanto en la muralla como en las dependencias que se le adosan por su interior, se aprecian diversas reformas que se pueden remontar a época plenomedieval, y que son susceptibles de ser agrupadas, básicamente, en dos fases constructivas.
A la fase más antigua se remonta la construcción de un torreón de planta hexagonal irregular, obra de mampostería encofrada con argamasa (tapial de calicanto), lo que le da una solidez mucho mayor que la que presentan los lienzos de muralla adyacentes. En una fase posterior, la torre hexagonal fue envuelta por un forro de tapial calicastrado que la transformó en una estructura de planta cuadrada.
Los dos lienzos de muralla que se adosan al torreón y forman el ángulo nororiental de la fortaleza también presentan las dos fases constructivas que analizamos en el torreón.
Anexas a la cara interna de las defensas hay otras dos estructuras, que podrían ser escaleras para subir al adarve o camino de ronda: la más septentrional se adosa al torreón y la otra al extremo sur del tramo oriental de la muralla. Ambas están fabricadas mediante calicanto encofrado.
Las dos fases constructivas que hemos descrito en relación a la muralla también se aprecian claramente en las estructuras que hay adosadas a la cara interna de la muralla de la fortaleza, lo que no significa que tengamos pruebas para establecer, con seguridad, una correlación cronológica entre ellas.
La fase más antigua está conformada por cinco espacios yuxtapuestos de planta rectangular, separados por muros: cuatro de ellos se presentan adosados al lienzo de muralla oriental, mientras que el quinto parece ser el inicio de otra batería que, de este a oeste, se apoyaría en la muralla septentrional. Están delimitados por muros hechos con grandes lascas de la arenisca tomada con un barro anaranjado. La roca natural sirvió de base para la construcción de la muralla fundacional y las estructuras que delimitan estos espacios o estancias, así como de los pavimentos constatados. Los muros están enlucidos con una argamasa de tono rosáceo y están solados igualmente con mortero de cal. Los ángulos interiores de estos espacios, están rematados de forma redondeada, lo que nos hace pensar que estamos ante almacenes o silos, hipótesis que también está apoyada precisamente por el hecho de que las paredes estén toscamente enlucidas con el basto mortero descrito, y no con yeso.
El espacio más meridional ha podido ser excavado en su totalidad, incluido el muro que lo cerraba por el oeste, en el que precisamente estaba practicada la puerta de acceso al mismo. En su frente sur se hallaban dos trojes o almacenes para grano: el más occidental es de planta rectangular, mientras que el oriental presenta planta en L. Los trojes estaban delimitados por unos tabiques fabricados mediante tablas de cañizo enlucidas con yeso. El tabique que los separaba del resto de la estancia estaba armado mediante cinco pies derechos o postes de madera, todos ellos conformados por rollizos de sección circular, menos el del extremo oriental, que era un listón de sección cuadrangular. Estos pies derechos, de los que solo restan los negativos en el yeso que los recubría, estaban liados con sogas de cáñamo o de esparto, con el fin de permitir que la masa agarrara mejor a la madera.
La segunda fase de estas dependencias consistió en la sobreelevación de los suelos, por encima de los antiguos; la demolición de algunos de los muros que separaban las dependencias y su sustitución por otros de trazado algo diferente. En otros casos, los muros nuevos fueron reconstruidos sobre los antiguos. Como base para el enlucido de las estructuras de la segunda fase se emplearon numerosos fragmentos de tinaja, que seguramente son restos de las que antes de la reforma ocupaban estos espacios, lo que es una prueba más de que se trataba básicamente de almacenes.
Las cerámicas recuperadas bajo los suelos de la segunda fase están permitiendo comprobar que dicha reforma tuvo lugar en algún momento entre fines del siglo XII y mediados del siglo XIII; es decir, entre época almohade (1172-1228) y el protectorado castellano (1243-1264).
Espacio 2. Se ha realizado en el patio de entrada a una de las casas tradicionales, que corresponde al sector central de la antigua fortaleza, justo al norte del patio de la Casa de los Valcárcel. Aquí se han puesto al descubierto varios muros de mampostería tomada con un mortero de barro anaranjado; un aparejo que, tanto en este sector como en el del ángulo antes descrito, corresponde a las estructuras más antiguas. También se han localizado reformas posteriores que redistribuyeron el espacio anterior. Aunque todavía desconocemos la función de los espacios delimitados por dichos muros, salvo uno que por su ancho parece ser una calle articuladora desde el posible patio central de la fortaleza hacia la parte norte del recinto, sí que hemos podido excavar estratos correspondientes a los aportes que se hicieron para nivelar la superficie del cerro inmediatamente antes de proceder a la construcción de las estructuras exhumadas, por lo que estamos ante una información clave para poder datarlas y extrapolar esta información a la totalidad de la fortaleza. A falta de completar el estudio detallado de las cerámicas recuperadas en dicho estrato, podemos afirmar que estaríamos en una horquilla cronológica que, de manera amplia, podemos situar entre fines del siglo XI y mediados del XII, lo que corresponde básicamente al período almorávide (1090-1146). Mediante los análisis de los materiales cerámicos que estamos llevando a cabo actualmente, pretendemos precisar la adscripción cronológica de los mismos dentro de esa fase histórica o, incluso, si habría que adelantarla a época taifa final o atrasarla al periodo mardanisí (1147-1172). Para cualquiera de esos momentos históricos encontramos argumentos que justificarían la edificación de una fortaleza como la que nos ocupa.
Conclusiones. La información obtenida en la presente campaña arqueológica nos permite descartar completamente que la fortaleza fundacional sea de época cristiana, ya que la estratigrafía que se le vincula es andalusí; por lo tanto, podemos descartar que en origen estemos ante un castillo feudal edificado por algún señor castellano o por alguna orden militar. Esta adscripción cronológica no excluye que, tras la conquista cristiana de mediados del siglo XIII, no se hicieran importantes reformas, como la puerta mudéjar descubierta en la campaña de 2021.
La regularidad de la planta de la fortaleza, la presencia en sus esquinas de torres hexagonales y la buena calidad del edificio, permiten afirmar que se trata de una fortaleza estatal y, por consiguiente, que no fue diseñada por las comunidades campesinas para su autodefensa. Su “anómala” ubicación en el llano, podría explicarse por su función como depósito de productos agrícolas (granero), lo que no excluye que tuviera otros usos de carácter defensivo y estratégico.
La coyuntura política del periodo al que, de manera general, podemos atribuir la fortaleza, favorece las interpretaciones propuestas. A partir de la conquista cristiana de Toledo en 1085, la inestabilidad de los musulmanes en la submeseta sur aumentó de manera exponencial, como lo demuestran las incursiones del Cid por el sur del reino de Valencia y la conquista cristiana de Aledo en 1086. Los almorávides se hicieron con el control de estas tierras a partir de 1090, pero desplegaron una intensa campaña de fortificación de ciudades y fronteras, para cuyo fin incluso crearon impuestos específicos. Finalmente, las tierras de Isso formaron parte de los extensos dominios de Ibn Mardanis (1147-1171), el famoso Rey Lobo, quien tuvo que hacer frente no solo a la amenaza cristiana sino también, sobre todo, a la del imperio almohade, contra el que se enfrentó militarmente durante los 25 años que duró su gobierno. Aunque, con los datos de que ahora disponemos, nos inclinamos por creer que la fortaleza de Isso se fundó en época almorávide, no podemos excluir la posibilidad de que se edificara por orden de Ibn Mardanis, por lo que será preciso reunir más datos y continuar procesando la información para determinar con mayor exactitud su adscripción histórica.
La fortaleza de Isso viene siendo estudiada en el marco de un proyecto de investigación autorizado y financiado por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, así como por el Ayuntamiento de Hellín, por parte de la Escuela de Estudios Árabes de Granada del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, bajo la dirección del Dr. Julio Navarro Palazón, Investigador Científico de la Escuela de Estudios Árabes de Granada (C.S.I.C.), y cuenta con la participación de un nutrido grupo de especialistas en diversas disciplinas pertenecientes a las siguientes instituciones: Universidad de Murcia (UMU), Universidad Católica de Murcia (UCAM), Universidad Miguel Hernández de Elche (UMH) y Archivo Municipal de Hellín.
Autor: Dr. Julio Navarro Palazón.
Escuela de Estudios Árabes de Granada (C.S.I.C.). Investigador Científico (C.S.I.C.).
José Luis Muñoz el Mié, 12/06/2024 - 21:02
Mi Abuelo José Muñoz Fajardo era deI Isso, quiero saber más cosas de familia, gracias