Historia de la Feria de Albacete
La existencia de la Feria de Albacete arranca en la Edad Media. El dato lo sabemos de forma indirecta ya que en 1325 don Juan Manuel ordena trasladar a Chinchilla las ferias que cada año se solían hacer en Albacete. A mitad del siglo XV ya existen referencias documentales a la calle de la Feria, lo que nos sitúa su emplazamiento. Pero los datos son escasos, debemos esperar hasta el siglo XVI, en concreto hasta 1542, para tener constancia de la celebración de una feria, que parece recuperada. Al año siguiente, el 25 de agosto de 1543, el concejo señala el lugar donde se establecerá, que ocupará desde los alrededores de la calle de la Feria hasta la plaza Mayor.
En cualquier caso, serán los frailes del convento franciscano instalado en Los Llanos, los que, aprovechando la romería a la patrona, consoliden la Feria. Para ello, solicitaron en 1683 al rey Carlos II facultad para que los días siete, ocho y nueve de septiembre, fechas en que se celebra la fiesta de Nuestra Señora de los Llanos, todos los que vinieren a vender sus mercancías sean exentos de pagar impuestos en atención a las limosnas que estos entregarían para sustento del convento.
El ayuntamiento de Albacete deseoso de recuperar su antigua Feria, aprovechó la ayuda aportada a Felipe V en la Guerra de Sucesión, el regalo de los diez caballos, para solicitar al rey el privilegio de su celebración. Este fue concedido el 10 de marzo de 1710. Tras años de tensión con los frailes, en 1783 se aprobó por parte del ayuntamiento erigir en las eras de Santa Catalina, al final de la calle de la Feria, el edificio oficial con los planos del maestro Josef Ximénez.
El crecimiento de la villa de Albacete a lo largo del siglo XIX repercutió en la economía, el desarrollo social y demográfico, por lo que a lo largo de esta centuria el edificio fue ampliado en varias ocasiones. Y así seguimos hasta que en el siglo XX la feria se transformó, pasando de la Cuerda ganadera a su versión lúdica y de promoción turística. El 1 de septiembre de 2008 la Feria de Albacete fue declarada de Interés Turístico Internacional.