CONFERENCIA “El mundo rural en época hispanorromana en la provincia de Cuenca”
Miguel ángel Valero Tévar
Profesor titular de Arqueología e Historia Antigua de la Universidad de Castilla La Mancha
- Jueves, 24 de ABRIL de 2025
- Hora 17:30
- Lugar: Sala de conferencias SEGÓBRIGA del MUSEO DE CUENCA (C/ Obispo Valero, 12)
Sin duda, una de las etapas históricas más apasionantes en las que una sociedad heterogénea busca una clara resignificación identitaria es la Antigüedad tardía. La identidad de los habitantes de esta época y por extensión de las grandes villae tardorromanas era diversa y en constante evolución, compuesta por influencias romanas, locales y bárbaras. Aunque la élite buscaba preservar su romanidad, tanto el contacto con las poblaciones locales y otras gentes procedentes de diversas áreas geográficas, como las transformaciones políticas y religiosas propias de la época dieron lugar a un complejo mosaico de identidades en el que coexistían tradiciones romanas y nuevas influencias. Los grandes complejos rurales tardoantiguos se convirtieron en testigos de la transformación de la identidad, reflejando tanto el legado romano como los cambios que llevarían a la formación de las culturas altomedievales.
De este modo, será en estos momentos, cuando una sociedad mutante realiza múltiples acciones que buscan la mejor adaptación y respuesta a los cambios que sucesivamente se van produciendo como procesos de interacción cultural, política, religiosa y social.
Todas estas actividades tienen un reflejo en el registro arqueológico al que no siempre se le ha prestado la atención necesaria en los yacimientos, opacada por los descubrimientos de excepcionales mosaicos, a los que la bibliografía española, sí les ha prestado una atención destacada.
Pero en los territorios de la Hispania de las postrimerías del Imperio, gracias a los últimos trabajos de investigación se vislumbra algo de luz sobre una época que tradicionalmente había estado asociada a una elocuente falta de evidencias que no fuesen los estudios musivos. Este conocimiento permite comprobar cómo en los territorios del interior de la Península Ibérica, en la entonces denominada provincia Carthaginensis y en concreto, los coincidentes con el actual espacio ocupado por la provincia de Cuenca, se aprecia un aumento de las poblaciones rurales en forma de grandes villae, pero además también se han documentado otras realidades de ocupación rústica como los vici, pagi, fundi, castella, tuguria, etc. Las villae monumentales, aparecen ligadas a las extensas y excedentarias zonas de producción agrícola, junto a una importante cabaña ganadera que se movía probablemente por los diversos praedia que los domini poseían. En estos grandes complejos de carácter residencial se conjuga el concepto de otium et negotium y son reflejo del poder y la identidad de sus propietarios y de la extensión de sus fundi.
En este contexto cobra especial relevancia la villa de Noheda resulta un fiel reflejo de la realidad imperante en esa época. La historia del yacimiento, es la historia de los intereses económicos de la sociedad que los habitó, así como de las circunstancias políticas, ideológicas y económicas que confluyeron en sus fases de uso. De este modo, por un lado, la construcción de un conjunto de aedificia que monumentalizan el complejo rural a partir del siglo IV, y en especial determinadas estancias, constituyen una acción llena de simbolismo que pretende transmitir un mensaje con una alta carga ideológica y propagandística. Pero, por otro lado, en la fase final de la Antigüedad tardía, tras el abandono de estos complejos, las antiguas estancias ricamente ornamentadas servirán a los nuevos moradores como espacios de hábitat adaptados a las nuevas necesidades, así como fuente de recursos para la supervivencia.
Y es que en estos grandes complejos rurales no solo importa las dimensiones y magnificencia de los edificios, sino que también resulta crucial, la superficie y recursos que se pueden obtener en el fundus. Por ello, conocer el marco geográfico en el que se inserta una determinada cultura constituye un requisito crucial para el estudio y comprensión de la misma. La interacción entre el hombre y el medio físico en el que habita es constante a lo largo de la historia. Así, el entendimiento de cómo era el ecosistema circundante a cualquier yacimiento resulta un punto de partida fundamental para explicar y comprender el comportamiento humano en el pasado.
De este modo en la etapa álgida del complejo se evidencia un interés por lo moradores por aprovechar intensamente el terreno circundante. Se promueve un aumento de tierras de cultivo y pastoreo con el fin de otorgar al complejo rural ese espíritu excedentario característico de esta etapa, al tiempo que se extrae del bosque el soporte maderero necesario para la construcción de edificios o herramientas de uso doméstico. En un segundo momento de uso, entre los siglos V y VI, se percibe cómo en pocas generaciones las formas de vivir en el ámbito rural cambian significativamente, adaptándose el lugar al nuevo modo de vida austero de los habitantes del yacimiento en su etapa final. Y se puede decir que una vez evacuadas la villae por los domini y pasada su época de esplendor, siguen siendo focos de atracción para los residentes del territorio, y en ningún caso supone el denominado “final de las villae” si no que más bien indica la realidad que describe la enunciación, “la villa después de la villa”.
CONFERENCIA “El mundo rural en época hispanorromana en la provincia de Cuenca”
CONFERENCIA “El mundo rural en época hispanorromana en la provincia de Cuenca”