LA HUELLA INCIERTA. Una retrospectiva de miradas obligadas
La presente exposición retrospectiva celebra cuatro décadas de un recorrido artístico marcado por la exploración de lo esencial, lo humilde y lo profundamente reflexivo. A través de la pintura y la escultura, esta muestra reúne obras que encuentran su fuerza en lo matérico, lo cotidiano y lo lentamente elaborado, conectando con la esencia del arte íntimamente pobre, con la influencia evidente de los maestros del Dadá, o de los pintores olvidados, con una búsqueda constante de significado en lo aparentemente insignificante.
La añoranza por la poética de los Materiales
En este cuerpo de trabajo, los materiales desempeñan un papel central. Elementos humildes y encontrados —maderas desgastadas, telas ásperas, pigmentos naturales y objetos desechados— se transforman en narrativas visuales y escultóricas que interrogan la relación entre el tiempo, la materia y la creación. Estas obras no buscan lo grandilocuente; más bien, invitan al espectador a una contemplación íntima y profunda, a descubrir la belleza oculta en lo residual y lo modesto.
El desarrollo de cada obra responde a un proceso deliberado y pausado, donde el tiempo no es solo un marco, sino un colaborador esencial. Este enfoque refleja un compromiso con la meditación estética y la elaboración consciente, donde cada decisión —un trazo, una textura, una forma— surge como resultado de una profunda reflexión y un diálogo constante con los materiales.
La exposición pone de relieve la coexistencia de la pintura y la escultura en una práctica que se mueve entre lo bidimensional y lo tridimensional, desdibujando las fronteras entre ambas disciplinas. Las superficies pictóricas adquieren densidad y corporeidad, mientras que las esculturas dialogan con el espacio y la luz, evocando paisajes interiores y exteriores que trascienden lo meramente físico.
Estas cuatro décadas de trabajo representan una trayectoria hacia la simplificación y la esencia, un camino donde lo superfluo ha sido depurado para dejar espacio a lo fundamental. Este enfoque conecta con una sensibilidad que valora la imperfección, lo incompleto y lo transitorio, como reflejo de la propia experiencia humana.
Invitación al Espectador
La retrospectiva no solo ofrece un recorrido por la evolución técnica y conceptual del autor, sino que también invita al espectador a reflexionar sobre su propia relación con el tiempo, los materiales y la memoria. Es un espacio donde las obras no imponen, sino que sugieren; no declaran, sino que invitan a una conversación abierta y personal.
Este recorrido de más de 40 años es más que una celebración de logros; es un testimonio de una práctica artística comprometida con lo esencial, con el acto de crear como un diálogo entre el artista, los materiales y la pauperidad del mundo. Una invitación a mirar más allá de lo evidente, a descubrir la profundidad en lo humilde y a encontrar en lo simple una fuente inagotable de significado, a hacer posible la visibilización de aquello que la obstinación de la rutina mantiene silenciado en el devenir del mundo.
LA HUELLA INCIERTA. Una retrospectiva de miradas obligadas
LA HUELLA INCIERTA. Una retrospectiva de miradas obligadas