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¿Qué es la Heráldica?

La heráldica es una de las disciplinas que auxilian a la historia y que nuestra Real Academia de la Lengua define como la ciencia del blasón y a ésta como el arte de explicar y describir los escudos de armas de cada linaje, ciudad o persona.

La palabra heráldica procede del vocablo heraldo, es decir, aquella persona que en los torneos o en las justas medievales anunciaba a un caballero, evidentemente ensalzando sus virtudes, mediante un discurso más o menos afortunado. Pues eso es en realidad la heráldica dar a conocer a una persona o un linaje, mediante la representación gráfica de algún símbolo que bien puede ser un animal, un vegetal, un ser fantástico, etc.

En un principio estos símbolos tendrán un carácter meramente personal y no va a ser hasta mediados del siglo XII, cuando comenzarán a ser hereditarios, es decir a representar a un linaje, y su uso se irá extendiendo, no solo a los caballeros sino también a clérigos y mujeres, e incluso a finales de este siglo, también a ricos-hombres, convirtiéndose de esta manera en un distintivo familiar.

Ya en el siglo XIV, la heráldica comenzará a extenderse también a los municipios, así como, a las distintas artes y oficios, apareciendo con ello los primeros emblemas de las corporaciones siendo éstos, según algunos autores, los antecedentes de las marcas comerciales modernas.

Los orígenes de la Heráldica

Los orígenes de la heráldica tal y como la conocemos hoy, deberíamos buscarlos en la Edad Media y más concretamente en el siglo XII, ante la necesidad de los caballeros, que bien entraban en combate o bien participaban en torneos, para ser reconocidos. Este reconocimiento se realizaba mediante la utilización de símbolos o figuras que estos caballeros portaban tanto en sus vestimentas como en sus escudos defensivos.

Esto no quiere decir que la utilización de estos símbolos naciera en la Edad Media, ya que desde antiguo se venían utilizando determinados distintivos, pero la diferencia radicaba en que éstos no identificaban a una persona concreta, sino que lo hacían a localidades o unidades militares. Podemos citar los casos de las tribus de Israel o el caso más conocido de las legiones romanas con su águila imperial (Fig. nº 1) por citar tan solo unos ejemplos.

 

Distintivo de las legiones Romanas. (https://store.steampowered.com/app/214950/Total_War_ROME_II_Emperor_Edition/?l=spanish.
Fig. nº 1. Distintivo de las legiones Romanas.

 

Las Cruzadas van a suponer un punto de inflexión en el empleo de los escudos de armas, por una razón fundamental; la necesidad de crear un símbolo que distinguiera a los caballeros en el campo de batalla, dada la gran cantidad de combatientes de diferentes países que se dieron cita en este evento. Si bien el símbolo común era la cruz, cada una de las unidades que formaban ese ejército, comandadas por nobles o reyes europeos, establecieron sus propios símbolos con el fin de distinguirse de los demás.
Con la aparición de esta costumbre, surgió la necesidad de establecer una serie de normas que regularan y unificaran tanto su uso, como la forma y lugar en que debían colocarse estos símbolos, apareciendo de este modo lo que hoy conocemos como heráldica.
En la actualidad todos los escudos tienen la consideración de Bien de Interés Cultural (BIC) según la Ley de Patrimonio Histórico Español de 1985.

¿Cómo leer un escudo?

Antes de adentrarnos en la descripción y propiedad de algunos de los escudos de armas que aún se conservan en Almagro, nos ha parecido interesante recordar ciertas nociones básicas de heráldica, que nos permitan por un lado diferenciar las distintas partes que componen un blasón y por otro conocer lo que significan muchas de las figuras o símbolos que aparecen en estos escudos de armas, de manera que cuando paseemos por algunas de nuestras localidades y nos encontremos ante una portada que contiene un escudo de armas sepamos lo que estamos viendo en realidad.

Lo primero que nos llama la atención es en el propio escudo, que evidentemente es la parte principal y donde se van a representar las piezas o las figuras que van a componer las armas del linaje o linajes que se quieren representar. Este espacio en heráldica se denomina boca, y puede representar un linaje o varios por lo que el escudo puede ser completo o estar dividido tanto de forma regular como irregular.

Cada una de las partes en las que está dividida la boca recibe el nombre de cuarteles, numerándose de izquierda a derecha y de arriba abajo (Fig. nº 2). De tal forma que se pueden representar en los cuarteles 1 y 3 las armas paternas o bien las armas del esposo (caso de escudos matrimoniales); mientras que en los cuarteles 2 y 4 se representarían las armas maternas o las armas de la esposa.

Fig. nº 2: División de un escudo en cuarteles.
Fig. nº 2: División de un escudo en cuarteles.

 

Un ejemplo lo podemos contemplar en Almagro en el escudo del Comendador Mayor de la Orden de Calatrava, y fundador del Convento de la Asunción, D. Gutierre de Padilla en la fachada de una casa situada en la calle Elvira. Como podemos observar, es un escudo cuartelado en cruz y en los cuarteles 1 y 3 encontraríamos las armas paternas correspondientes a D. Sancho de Padilla y Sarmiento, señor de Mejorada (cuartel nº 1 armas de padilla; cuartel nº 3 armas de Sarmiento). Mientras que en los cuarteles 2 y 4, encontraríamos las armas maternas correspondientes a Dª María de Sandoval y Coello (cuartel nº 2, armas de Sandoval; cuartel nº 4 armas de Coello) (Fig. nº 3). 

 

Fig. nº 3 Representación de las armas familiares. Comendador mayor de la orden de calatrava D. Gutierre de Padilla (J. Alcaide)
Fig. nº 3 Representación de las armas familiares. Comendador mayor de la orden de calatrava D. Gutierre de Padilla (J. Alcaide)

 

Lo siguiente que nos llama la atención es la parte superior del escudo, a la que se denomina Timbre, y es la que nos va a indicar si el propietario del escudo pertenece o no a la nobleza. Este atributo va a venir representado por un yelmo o una corona y según las ranuras que presente el yelmo o la forma que tenga la corona nos indicará el rango que el propietario del escudo posee dentro del estamento nobiliario.

En este punto nos gustaría hacer constar el error, que comúnmente se viene cometiendo con la interpretación de la bastardía en un escudo de armas. A diferencia de la creencia popular que piensa que esta se representa por la inclinación del escudo de armas, debemos indicar que donde está representada es en la posición a la que mira el yelmo o casco. Si éste está representado mirando hacia la derecha de la vista del espectador, nos estará indicando la bastardía del propietario del mismo.

La inclinación del escudo solo indica una moda en la forma de representarlo, muy común en países como Alemania y que evidentemente nada tiene que ver con la representación de la naturaleza del poseedor.

En algunas ocasiones, en la parte superior del yelmo que corona ese escudo de armas, se colocan una serie de piezas tanto naturales como artificiales, que siempre miraran al frente, y que no representan ningún matiz hereditario, sino que tan solo son simples adornos, que en heráldica se conocen con el nombre de cimeras. Este tipo de adornos son poco utilizados en la heráldica española.

Otro tipo de adorno que aparece con más frecuencia es el formado por hojas de acanto o plumajes, que partiendo del casco rodean al escudo y que en heráldica reciben el nombre de Lambrequines. Este tipo de adorno jamás puede ser utilizado, cuando en lugar del casco utilizamos en el timbre una corona.

En el caso de los eclesiásticos, el timbre será distinto al utilizado por la jerarquía nobiliaria, aunque algunos de ellos si procedan de familias nobles. En el timbre de los escudos pertenecientes a los eclesiásticos se situará un capelo o sombrero del cual prenderán unos cordones que llevarán adosadas una serie de borlas. Tanto el color del capelo, cordones y borlas como el número de borlas con que finaliza la serie, nos indicará la jerarquía que el clérigo ostenta dentro del estatus eclesiástico.

Otro de los elementos que nos pueden llamar la atención, son esas figuras que aparecen junto a algunos escudos abrazándolos o bien en posición de querer sujetarlos. Estas figuras van a recibir en heráldica un nombre distinto en función del tipo de figura de la que se trate. Si las figuras que sujetan el escudo son figuras humanas van a recibir el nombre de tenantes. Si por el contrario son figuras de animales recibirán el nombre de soportes y si las figuras representadas son celestiales, vegetales u otras distintas a las anteriores van a recibir el nombre de sostenes.

También podemos encontrar en la parte trasera de alguno de estos escudos (en heráldica se denomina acolado) representadas cruces de las distintas órdenes militares, que evidentemente nos indicará que el propietario de ese blasón estará en posesión del hábito de alguna de ellas. 

La heráldica almagreña

Almagro ha tenido un desarrollo a lo largo de su historia, completamente distinto a los demás pueblos de su comarca. A nuestro juicio dos van a ser los acontecimientos más importantes que van a condicionar el desarrollo posterior de la ciudad. 

El primero de ellos, va a ser la decisión que tomaron los maestres de la Orden Militar de Calatrava, a mediados del siglo XIII, de trasladar su sede a esta localidad, ubicándola en los terrenos que en parte hoy ocupa el Museo Nacional de Teatro y convirtiendo a Almagro no solo en su residencia personal, sino en el centro de sus transacciones comerciales.

El segundo, consecuencia del anterior, será la decisión de la corona española, que se iniciará entre los años 1488-1499 y culminará con la bula del papa Sixto V en 1523, de anexionarse los maestrazgos de las ordenes de Calatrava, Santiago y Alcántara convirtiendo a Almagro definitivamente en la sede de la administración de estos maestrazgos.

Estos dos acontecimientos traerán consigo el establecimiento en la ciudad de una gran cantidad de gentes procedentes de numerosos puntos, tanto de la geografía nacional como de otros puntos de Europa, que se van a dedicar principalmente a la gestión de negocios, tales como el cobro de impuestos, compra-venta de ganado, gestión de pastos, etc.

También se establecerán en la localidad familias de judíos ricos, que, huyendo del recién creado tribunal de la Inquisición, buscarán la protección del maestre calatravo, enfrentado en esos momentos con la reina Isabel de Castilla.

La población comenzará a aumentar y extenderse extramuros del núcleo medieval creando nuevos barrios, apareciendo en cada uno de ellos su ermita, normalmente costeada con limosnas aportadas por los propios vecinos, que albergará al santo o virgen protectora del mismo.

Algunos de estos nuevos pobladores, que se asentarán en el núcleo urbano, serán miembros de la nobleza, o comenzarán a conseguir títulos nobiliarios, otros en cambio serán ricos-hombres y no faltarán tampoco clérigos de alto rango y como no caballeros pertenecientes a las distintas órdenes militares. 

Muchos de ellos decidirán adornar las portadas de sus casas o sus lugares de enterramiento en capillas de iglesias y monasterios, con sus escudos de armas, algunos de los cuales han llegado hasta nosotros en un estado de conservación variable. Otros por el contrario desgraciadamente se han perdido para siempre. 

Almagro cuenta con numerosos ejemplos, tanto de heráldica nobiliaria como eclesiástica o caballeros pertenecientes a alguna orden militar, en las distintas portadas que adornan su casco histórico. Como ejemplos de heráldica eclesiástica podemos citar el escudo existente en la plaza de Santo Domingo perteneciente al protonotario don Diego de Villarreal, miembro de una de las familias más influyentes que existieron en la localidad. (Fig. nº 4).

 

Fig. nº 4: Protonotario D. Diego de Villarreal (J. Alcaide)
Fig. nº 4: Protonotario D. Diego de Villarreal (J. Alcaide)

 

Otro ejemplo lo encontramos en la capilla existente en el interior del Palacio de los Condes de Valdeparaíso y corresponde a don Manuel Arias y Porres, obispo de Sevilla, Gobernador supremo del Consejo de Castilla y tío de la primera marquesa de Añavete. (Fig. nº 5).

 

Fig. nº 5: Escudo de armas del obispo D. Manuel Arias y Porres (J. Alcaide)
Fig. nº 5: Escudo de armas del obispo D. Manuel Arias y Porres (J. Alcaide)

 

Debemos indicar que este capelo con las tres borlas es compartido por dos elementos de la jerarquía eclesiástica los protonotarios y los obispos, diferenciándose solamente tanto en el color del capelo como el de los cordones y borlas. En el caso de los obispos todos los elementos se representan en color verde, mientras que los protonotarios utilizan el purpura para el capelo y el rojo para cordones y borlas.

La heráldica nobiliaria la encontramos muy bien representada en dos portadas, por un lado, la portada del palacio de los Condes de Valdeparaíso que contiene los escudos de don Andrés Antonio de Rozas y doña María de las Virtudes Arias, primeros marqueses de Añavete (Fig. nº 6). El segundo ejemplo lo encontramos en la portada del monasterio de la Encarnación con un magnífico escudo perteneciente al II Conde de Valdeparaíso, como patrono que fue de este convento de monjas de Santo Domingo. 

 

Fig. nº 6: Fachada del Palacio de los Condes de Valdeparaiso (J. Alcaide)
Fig. nº 6: Fachada del Palacio de los Condes de Valdeparaiso (J. Alcaide)

 

Las órdenes militares también están representadas en la heráldica almagreña, como no podía ser de otra manera, con escudos de caballeros pertenecientes a la Orden de Calatrava como el ya comentado, don Andrés Antonio de Rozas marqués de Añavete (Fig. nº 8). La Orden de Santiago está representada por el primer marqués de Torremejía don Gaspar Osorio Mejía (Fig. nº 9), y la de San Juan por el ya comentado don Manuel Arias y Porres.

 

Fig. nº 8: Escudo de armas de D. Andrés Antonio de Rozas (J. Alcaide)
Fig. nº 8: Escudo de armas de D. Andrés Antonio de Rozas (J. Alcaide)

 

Fig. nº 9: Escudo de armas del marqués de Torremejía (J. Alcaide)
Fig. nº 9: Escudo de armas del marqués de Torremejía (J. Alcaide)

 

Por último, como ejemplo de la heráldica perteneciente a familias de ricos-hombres no pertenecientes a la nobleza, podemos citar los casos de las portadas de las familias Zúñiga (Fig. nº 10) y Strozzi (Fig. nº 11), la primera de ellas perteneciente a descendientes de los duques de Béjar, correspondiendo la segunda a una familia florentina afincada en Almagro.    

 

Fig. nº 10: Fachada de la casa de la familia Zúñiga (J. Alcaide)
Fig. nº 10: Fachada de la casa de la familia Zúñiga (J. Alcaide)

 

Fig. nº 11: Fachada de la casa de la familia Strozzi (J. Alcaide)
Fig. nº 11: Fachada de la casa de la familia Strozzi (J. Alcaide)

 

 

Autor : Javier Alcaide Azcona
Ingeniero Técnico de Minas


 

Comentarios: 1

Anónimo el Sáb, 15/07/2023 - 12:06

Muy interesante artículo basado en el libro
"Blasones y Linajes de Almagro" , referente para guías turísticas y aquellas personas interesadas en heráldica e historia de Almagro.

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