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Los Danzantes y Mayordomos de Méntrida, son sin duda una de las singularidades más emblemáticas de esta localidad; un verdadero rasgo distintivo identitario, estrechamente relacionado con tradiciones que arrancan de sus propias leyendas marianas.

La manifestación cultural de danza, música, dichos (poesías) y rituales, que realizan los Danzantes y Mayordomos de Méntrida, hunde sus raíces en la Antigüedad. Si bien, los primeros documentos históricos que se conservan y acreditan esta ceremonia de Danzantes, cargada de religiosidad popular, datan del siglo XVI. Desde entonces, se ha transmitido de generación en generación, convirtiéndose esta expresión cultural en un elemento de identidad inequívoco para su población.


Origen histórico de los Danzantes y Mayordomos de Méntrida

Méntrida es un municipio situado al norte de la provincia de Toledo, perteneciente a la comarca de Torrijos. La población se crea en 1085 por Alfonso VI perteneciendo a la corona hasta 1180 en el que Alfonso VIII dona el castillo del Alamín (al que estaba vinculado Méntrida), al Arzobispado de Toledo. En 1436 se convierte en señorío de Álvaro de Luna y de su esposa Juana Pimentel quien fundaría el Mayorazgo de Luna a favor de su hija, María de Luna, casada con Iñigo López de Mendoza, segundo duque del Infantado. En 1486 se le concede el título de Villa, aunque permaneció vinculada al señorío del Duque del Infantado hasta el siglo XIX.
Según Juan Manuel Magán, los Danzantes de Méntrida están estrechamente relacionados con la leyenda de la aparición a la Virgen de la Natividad en la Dehesa de Berciana hacia 1270. E igualmente, vinculada también a la devoción a la Virgen, pervive una soldadesca que escolta y agasaja a la Patrona, como una suerte de guardia de honor, los Mayordomos. 

Queda acreditada documentalmente desde el siglo XVII, la actuación de Danzantes en distintas festividades de San Sebastián (20 de enero) y, posteriormente, de San Juan (24 de junio), asociadas a sus respectivas cofradías. En ese siglo, tras la fusión de la Cofradía de San Sebastián y la de la Caridad, comienzan a actuar Danzantes también en la festividad de La Natividad del 8 de septiembre. Con el paso del tiempo, decaen las dos primeras celebraciones y se van vinculando los Danzantes a la romería del 25 de abril, San Marcos, que rememora la aparición de la Virgen de la Natividad en el Monte de Berciana. En los libros de cuentas municipales, constan las gratificaciones abonadas a los Danzantes en la romería de San Marcos desde el siglo XVIII de forma discontinua, siendo regulares ya desde el siglo XIX.  
Sin duda, asistimos a la consolidación de esta tradición mentridana que, vinculada a la religiosidad popular, gira entorno a la Virgen de la Natividad. 

 

Danzantes con traje de enagüillas realizando saltos. Méntrida, Toledo. Fotografía de Alberto Mayoral.
Danzantes con traje de enagüillas realizando saltos. Méntrida, Toledo. Fotografía de Alberto Mayoral.


El origen de la Mayordomía, según la leyenda, se vincula a un conflicto de intereses entre el Concejo de Méntrida y la ciudad de Segovia respecto a la titularidad de la Dehesa Berciana y su delimitación. La Mayordomía se instituyó para evitar el robo de la Virgen en la Romería que se celebraba en el Monte Berciano. En este contexto surgió la cofradía de San Juan Bautista, que será la encargada de formar la soldadesca que acompañe y escolte a la venerada imagen en su jornada romera. Ello explica el nombre de Mayordomos, aunque popularmente se les conoce desde el siglo XIX como Sargentos.

Los Danzantes
 
El grupo de los Danzantes está compuesto actualmente por once miembros: los ocho Danzantes, el alcalde –o maestro de la danza– y los dos instrumentistas, antaño eran jóvenes, algunos incluso casados, pero desde hace aproximadamente un siglo, los Danzantes son muchachos de entre diez y doce años.

Como el maestro e instrumentistas, los Danzantes son voluntarios. La Hermandad tiene actualmente un libro en el que se registran las solicitudes, al objeto de prever con la debida antelación quiénes formarán el grupo en los años sucesivos. Por regla general, los Danzantes actúan dos o tres años seguidos; los instrumentistas se van turnando y renovando, al igual que los maestros. Todos son cofrades de la Hermandad de la Virgen y, por lo general, vecinos del pueblo. 

Su actuación no comporta retribución ninguna; los propios Danzantes organizan una rifa y los beneficios que obtienen, junto con las propinas que recaban en los ranchos el día de la Romería y las que reciben por las calles del pueblo en la mañana del día 26 de abril, lo reparten equitativamente. 

Tradicionalmente, la participación en el grupo de Danzantes se reservaba a los varones, dada la prohibición taxativa del estamento eclesiástico a la presencia de mujeres en este tipo de actividades. En la actualidad continúan siendo solamente niños. Hay un debate abierto en la sociedad mentridana sobre la posible participación de las niñas en las danzas y rituales.

 Todas las indumentarias de Danzantes, músicos y Mayordomos se confeccionan de forma artesanal, se utilizan cada año, y se ajustan si es necesario a las medidas de los nuevos componentes. Son confeccionadas por mujeres mayores que siguen la tradición de sus madres o abuelas. A la hora de vestir a los Danzantes, se requieren también manos expertas porque es necesario que todas las prendas encajen correctamente para que los Danzantes se muevan adecuadamente.

 

Danzantes de Méntrida con traje de gala, interpretando la danza de palotea. Fotografía de Teresa Ortiz
Danzantes de Méntrida con traje de gala, interpretando la danza de palotea. Fotografía de Teresa Ortiz


La vestimenta ha evolucionado pasando de ser Danzantes de librea, a convertirse en Danzantes de enagüillas. Tal y como lo demuestra la pintura de la representación de una romería de los años postreros del siglo XVII, del Camarín de la Ermita de la Virgen, donde vemos a la cuadrilla de Danzantes ataviados con libreas, un traje de gala que reyes y nobles de más alto rango hacían vestir a los criados. 

No hay constancia del momento en el que se adoptó el traje de enaguas que visten hoy, aunque su uso se remonta al menos al siglo XIX. En este traje predomina el color blanco con complementos (mantón, banda, escarapelas, pajarita, adornos de pasamanería en chorreras y puñetas, gorros, arcos y borlas) en rojo si es Traje de Campo, o en azul, si es Traje de Gala. El de color rojo se utiliza en la romería del 25 de abril y en azul en el resto de actuaciones. Los colores aparecen claramente asociados a la iconografía cristiana, representando respetivamente la pureza, el sacrificio o la divinidad. 

El traje de enaguas se compone de una camisa de algodón de manga larga, que se adorna con una chorrera, guarnecida con broches decorados con motivos alegóricos, y sendos puños en las bocamangas, ajustada en el cuello con una pajarita de raso; unos amplios pololos de algodón, con encajes en los bordes de las perneras; unas medias de perlé caladas; tres enaguas de algodón o de batista superpuestas, rematadas con primorosos encajes (principalmente, la cimera), bien almidonadas, para dar un vuelo amplio y vistoso; y unas alpargatas, que se sujetan trenzando dos cintas; todo ello, de color blanco.

Cada danzante porta una banda de raso cruzada del hombro derecho a la cadera izquierda, sujeta con una escarapela. Un mantón de seda con flecos, bordado en tonos vivos y prendido a la enagua exterior, sobre la que pende a modo de mandil. Dos pares de escarapelas ajustadas a la camisa, a la altura de los codos, y a las rodillas. Finalmente, se tocan con un gorro globular, en forma de tiara, dispuesta sobre una ancha banda circular. La copa del gorro va recubierta con tiras de papel de seda rizadas. 

Maestro o alcalde de la Danza 

El Maestro o alcalde de la Danza dirige el grupo de Danzantes. Se encarga de enseñar los pasos, mudanzas y alardes de las distintas danzas al grupo, y dirige los ensayos previos, que suelen comenzar el 25 de marzo, un mes antes de la romería. 

Por atuendo viste un amplio blusón estampado (flores rojas, para el día de la Romería; flores azules, para el resto de las funciones), fruncido a la altura de la cintura, y unos pantalones bombachos hasta la rodilla, con medias caladas; calza alpargatas, todo blanco, al igual que la camisa que lleva bajo el blusón, e igualmente porta escarapelas en codos y rodillas. Como distintivo porta una larga vara adornada de manera similar a los arcos de los Danzantes, que va moviendo de manera incesante, guiando a los Danzantes mientras ejecutan sus danzas.

 

Maestro de danza dirigiendo procesión de danzantes ataviados con traje de campo. Fotografía de Teresa Ortiz.
Maestro de danza dirigiendo procesión de danzantes ataviados con traje de campo. Fotografía de Teresa Ortiz.

 

Los Músicos

Actualmente dos instrumentistas acompañan las danzas, el dulzaina y el redoblante. Intervienen a dúo en las funciones de los Danzantes, a las órdenes del alcalde de la danza, quien les da la entrada en la ejecución de las diferentes melodías.

Visten al estilo de los dulzaineros y redoblantes castellanos tradicionales. Traje sobrio, y elegante; se compone de chaquetilla y calzón de paño negro, que sujeta un fajín (rojo, para la Romería; azul, en las demás fiestas), camisa blanca con lazo y chorrera; medias caladas, blancas, y alpargatas negras. Van tocados con sombrero de teja, de fieltro negro, con borlas. Como único adorno, llevan un alfiler prendido en la chorrera.

 

Instrumentistas al fondo con traje tradicional acompañando procesión de danzantes. Fotografía de Alberto Mayoral.
Instrumentistas al fondo con traje tradicional acompañando procesión de danzantes. Fotografía de Alberto Mayoral.

 

Los Mayordomos 
 
La composición actual de los Mayordomos es similar a las soldadescas rituales castellanas barrocas; al frente del grupo hay un capitán, a cuyo mando se encuentra un alférez y una docena de soldados, cuatro de los cuales tienen a su cargo marcar el ritmo de la marcha procesional a los sones de tambores y cornetas. Completan la formación los mochilleres, que cumplen la función de pajes del capitán y del alférez que es quien realiza los bandeos. 

En la actualidad, los Mayordomos van armados con sables, pero en su devenir histórico se han utilizado otro tipo de armas, como picas, alabardas y arcabuces. El empleo de alabardas reforzaba el carácter de escolta y guardia de la Virgen; y el uso de arcabuces o trabucos tenía su justificación en la realización de las salvas de honor, efectuadas durante los bandeos que realiza el alférez.

Existen escasos datos históricos sobre la indumentaria tradicional de la Mayordomía. Los sargentos adoptaron para uniformarse el traje de chaqueta, usando como único distintivo un sencillo galón prendido en los laterales del pantalón, dorado para el día de San Marcos y la Función de Mayo, y blanco para el resto.

 

5.	Parada de Mayordomos armados con sables y tocados con sombrero de tres picos. Fotografía de Alberto Mayoral.
Parada de Mayordomos armados con sables y tocados con sombrero de tres picos. Fotografía de Alberto Mayoral.


En 1991 se comenzó a utilizar la vestimenta que imita la de la Mayordomía retratada en el Camarín de la Virgen, aunque con algunas variaciones. Todos van tocados con sombrero de fieltro de tres picos y visten casaca sobre camisa blanca, calzón y medias, calzando zapatos negros de lengüeta. La casaca es morada, salvo la de los oficiales, que es de color verde; el calzón, negro, sujeto con cinturón ancho de cuero, con broche dorado adornado con la efigie de la Virgen en su trono; y las medias, blancas.


Intervención de Danzantes y Mayordomos en Fiestas y eventos:.    

Fiesta de la aparición de la Virgen
Fiesta del voto de la Romería el 25 de abril, conocida como fiestas de San Marcos, aunque se celebra la aparición de la Virgen en la dehesa Berciana. Son las fiestas más importantes de Méntrida donde Danzantes y Mayordomos, actúan desplegando todo su repertorio de bailes y rituales.

 

Danzantes de Méntrida interpretando alarde de “Los Puentes”. Fotografía de Alberto Mayoral.
Danzantes de Méntrida interpretando alarde de “Los Puentes”. Fotografía de Alberto Mayoral.


Comienzan la víspera del 24 de abril a las 8 de la mañana realizando diferentes recorridos con castañuelas y la Diana, en ropa de calle anunciando las fiestas, realizando un ensayo. de danzas ante el santuario, con ofrenda floral. Por la tarde procesión desde el santuario al templo parroquial, trasladando a la Virgen. Se realiza la danza de la Marcha Real en la puerta y el alférez realiza el bandeo, al tiempo que los sargentos saludan respetuosamente, sable en pecho. En el trayecto se realiza el baile de Procesión, concluyendo el mismo cuando la Virgen accede a la iglesia parroquial. Finaliza el día con una comitiva municipal (la Justicia) y la Hermandad con los Danzantes y Mayordomos en la plaza realizando una muestra de danzas, alardes y dichos. 

 

Danzantes de Méntrida con traje de gala en procesión. Fotografía de Alberto Mayoral.
Danzantes de Méntrida con traje de gala en procesión. Fotografía de Alberto Mayoral.


El 25 es la gran Romería Berciana, muy populosa. Se traslada a la Virgen desde la iglesia a la ermita, dando comienzo, el baile de la Procesión sin descanso, hasta la plaza Chica. Allí primera estación, primera salva y primer bandeo de la bandera. Los Danzantes efectuarán una danza de paloteo (el Medio Baile). Continua la procesión hasta la fuente del Pinote, o ermita de San Ildefonso (hoy desaparecida) donde se produce la segunda salva y la danza de la Valmojá. En el puente Berciana se produce la tercera salva y, tras el himno nacional, continua el baile de la Procesión hasta la ermita. 

En la explanada Misa de campaña, tras la que introduce a la imagen en el interior de le ermita. Acompañada de nuevo por el baile de Procesión, la última salva de la mañana y el último bandeo.

A continuación, de nuevo una muestra que da paso a la comida, según la tradición, por ranchos (lugares para familias y grupos). 
A las 7 de la tarde la procesión con la Virgen de la Natividad, regresa al pueblo y tras la primera salva, se inicia de nuevo el baile de Procesión. Se repiten las paradas y rituales hasta llegar a la iglesia parroquial, aproximadamente a las 22 horas. 

El 26 de abril, San Marquitos, vuelve la Virgen a la ermita. Se interpreta el baile de Castañuelas. El 27 de abril, San Marcazos con misa de acción de gracias que cierra la fiesta. Los Danzantes asisten vestidos de calle, los Mayordomos con sus trajes. 

Otras fiestas en las que participan Danzantes y Mayordomos, con algunas diferencias entre ellas: Función de Mayo, procesión de Corpus Christi, Semana Santa, Fiestas de Septiembre y Fiesta del Vino  

Danzas, músicas, dichos y rituales de los Danzantes

Según Juan Manuel Magán, el repertorio de los Danzantes se conoce desde el siglo XIX, manteniéndose prácticamente sin variaciones hasta hoy. 

En Méntrida, los danzantes ejecutan hasta once variaciones de bailes, dentro de la siguiente clasificación: danzas ambulatorias, danzas de paloteo, que denominan paloteas, danza del Cordón, los puentes y los pinos, que no son propiamente danzas, sino que, son la culminación de ciertas danzas, y era costumbre realizarlo en numerosas comarcas de la Península Ibérica.

Danzantes y Mayordomos de Méntrida en procesión. Romería de la Virgen de la Natividad. Fotografía de Alberto Mayoral.
Danzantes y Mayordomos de Méntrida en procesión. Romería de la Virgen de la Natividad. Fotografía de Alberto Mayoral.Danzantes y Mayordomos de Méntrida en procesión. Romería de la Virgen de la Natividad. Fotografía de Alberto Mayoral.


Danzas Ambulatorias con Castañuelas

Una única danza ambulatoria que es la que se realiza al son de las castañuelas que tocan los ocho danzantes, en las procesiones y el día de la víspera en la Diana.

El cortejo de danzantes ocupa un lugar preeminente en las procesiones, situándose por delante de su carroza, de la que les separan el presidente de la Hermandad, portando el cetro, acompañado de las camareras de la Virgen, el capitán y alférez de la Mayordomía, con sus correspondientes banderas, los mochilleres y los músicos de la danza. 

Esta danza conlleva una sobria coreografía. Discurre el grupo haciendo calle, en fila de a dos, y va desplazándose monótonamente, repitiendo unos pasos cadenciosos a base de ligeros saltos a una pierna, imprimiendo un grácil movimiento de cintura, en forma de leves giros acompasados, al pisar ambos pies sobre el terreno.

Danzas de Paloteas

Distintos autores como Julio Caro Baroja, Aurelio Capmany y otros consideran que las danzas de palos son posiblemente la evolución de las de espadas, cambiando simplemente los útiles, como consecuencia de la peligrosidad. En el marco de las procesiones de Méntrida, se ejecutan en diferentes momentos las cuatro paloteas del repertorio: la Marcha Real, el Medio Baile, la Valmojá y la Habanera.

La palotea de la Marcha Real, en Méntrida, se realiza a los sones de una melodía tomada de los compases iniciales del himno nacional, a los que se añaden algunas variaciones que se van reiterando a lo largo de la canción, acompasando las paloteas al ritmo que marca el redoblante y la dulzaina. Se baila a las puertas del santuario de la Virgen y del templo parroquial cuando la imagen de la Patrona sale a la calle, al inicio de las procesiones, a modo de saludo inicial.

Esta danza conlleva una coreografía muy simple, basada en agrupamientos de los danzantes en paralelo, formando calle, con diferentes desplazamientos al paso, para mudar la disposición de las dos filas transitando de una situación transversal a otra longitudinal, respecto de la carrera procesional, hasta completar cuatro lazos. 

Por otra parte, coincidiendo con las diferentes salvas que, a lo largo del trayecto procesional, tributa a la Virgen su Mayordomía, el grupo de danzantes, ejecuta las otras tres paloteas: el Medio Baile, la Valmojá y la Habanera.


Otras danzas y alardes de las muestras

Al margen de las procesiones, el grupo de danzantes realiza una muestra de danzas y alardes en dos ocasiones, en escenarios diferentes: la tarde de la víspera, el 24 de abril, en la plaza del Ayuntamiento, y al mediodía del día 25, en plena Romería, en la explanada de la Vega, en la Dehesa de Berciana.

 

9.	Danzantes de Méntrida realizando alarde de “Los Pinos” dirigidos por maestro de danza. Fotografía de Alberto Mayoral
Danzantes de Méntrida realizando alarde de “Los Pinos” dirigidos por maestro de danza. Fotografía de Alberto Mayoral


 
El programa de la muestra de los danzantes comienza con la recitación de los dichos, para dar paso después a una serie de danzas que se inician con el baile de Arcos o Entrada (los niños utilizaban unos palos curvados, hoy son rectos, que toman con ambas manos por los extremos, forrados de papel multicolor.  Se prosigue con las danzas de Paloteas (la Habanera, la Valmojá y el Medio Baile), siguiendo el criterio del Alcalde de la danza, que decide cuántas se bailan y en qué orden; a continuación, tiene lugar los siguientes alardes: Puentes, Pinos y el baile del Cordón.

 

  • Los Puentes: ocho danzantes por parejas, ocupando cuatro vértices de un amplio cuadrado. Cada pareja, enfrentados, se agarran de ambas manos y realizan a pies juntos unos ligeros movimientos de cadera, agitando sus enaguas con garbo, hasta escuchar un toque seco del tambor, que marca el momento en que se desplazan sobre el terreno sin soltarse de las manos, cruzándose en diagonal y saltando en el centro una de las parejas haciendo un puente para que, la otra, pase por debajo. Este lazo se efectúa cuatro veces.
  • Los Pinos: se realizan en dos partes; en la primera se forman dos torres o pinos, con cuatro danzantes, precedidas ambas por un preludio ejecutado por parejas, con las manos apoyadas en la cadera. A continuación, se forman las dos torres, tres danzantes por cada torre se agarran de espaldas con los brazos a la altura de los codos; así colocados, reciben al cuarto danzante que, ayudado por el alcalde de la danza, se embute cabeza abajo en el hueco entre las espaldas de sus tres compañeros, elevando al máximo sus piernas y pies hacia el cielo. La segunda parte consiste en la formación de un solo pino, con intervención de siete de los ocho danzantes. Para iniciar la construcción, se suben a hombros tres de los danzantes más menudos sobre otros tantos compañeros. Para finalizar, el alcalde de la danza eleva al danzante más pequeño hasta colocarle con la cabeza embutida en el eje de la estructura y las piernas y pies erguidos. 
  • Baile del Cordón: se colocan los danzantes en círculo en torno a un mástil blanco de tres metros de altura, sujetando cada uno con ambas manos el extremo de la cinta que van a tejer, de modo que la parte final de la misma queda por delante de cada danzante; en esta posición, realizan sobre el terreno sucesivos giros de cadera, en unos breves compases, terminado cada uno de los cuales hacen un giro completo, saltando en el aire. Se repite este previo dos veces, mientras suena la música de los Puentes.

 
 

 Danzantes interpretando “Baile del Cordón”. Fotografía de Teresa Ortiz.
 Danzantes interpretando “Baile del Cordón”. Fotografía de Teresa Ortiz.

 

Dichos

El recitado de los dichos se realiza previamente a las muestras, que se hacen en dos momentos: el día de la víspera, 24 de abril y en la Romería Berciana del día 25, San Marcos. Se efectúa por turno, comenzando el maestro de la danza. Hasta su finalización, el grupo permanece formado haciendo calle, de frente al cuadro de la Virgen, que preside simbólicamente el acto en manos del párroco.

Los dichos son poemas en honor a la Virgen; se trata de cuartetas de versos octosílabos, en los cuales se alude a las tradiciones que se han ido fraguando a partir de la legendaria aparición de la Virgen en Berciana, en 1270. La declamación de los dichos se amolda a un inmemorial soniquete, que ayuda a memorizar los versos y aporta una sonoridad inconfundible, muy peculiar. 

Cada danzante, para elaborar sus dichos, pide ayuda a algún familiar u otra persona que sabe que tiene facilidad para componer los dichos; el danzante le dice lo que quiere que salga, alusiones a él, a algún miembro de su familia o algún acontecimiento personal o social; incluso a veces incluye algún poema que dijo en su día su abuelo, su hermano u otro familiar.

Alardes y rituales de los Mayordomos

En las procesiones: siempre que la Mayordomía acompaña a la Virgen en procesión, realiza la ceremonia de rendirle honores, llevando el sable al pecho, tanto en la salida como en la entrada a cualquier templo. Antes de iniciar la marcha, cada cual ocupa su lugar: los sargentos, flanqueando la carroza; capitán, alférez y mochilleres, cubriendo el frente; y tambores y cornetas, escoltando la trasera. El bandeo y las salvas se realizan a la entrada y la salida de la Virgen de su santuario y de la ermita de Berciana. 
En las muestras: según usos de las milicias concejiles medievales, se instauró en el siglo XVII la costumbre de realizar, el día antes de la romería, una parada en la plaza pública ante las autoridades. Tras el desfile ante las autoridades locales, de acuerdo con las antiguas etiquetas castrenses, el alférez procedía al bandeo de la denominada “bandera de combate”, que en Méntrida siempre se llamó “bandera a guerra”. El acto tenía como objeto rendir honores a la autoridad a la Virgen de la Natividad. 

 

Bandeo con mayordomos rindiendo honores a la Virgen. Fotografía de Alberto Mayoral.
Bandeo con mayordomos rindiendo honores a la Virgen. Fotografía de Alberto Mayoral.


Con esta doble función de parada militar y rendición de honores, la muestra ha perdurado hasta nuestros días. Actualmente, la muestra se realiza completa en dos ocasiones. la Víspera (24 de abril), una vez concluida la procesión, tiene lugar en la plaza del Ayuntamiento. Y, probablemente desde 1734 en la explanada ermita de Berciana, el día de la Romería, una vez concluida la misa de campaña y tras dejar a la Virgen en su ermita. 


Sin duda, tras la consecución de la declaración de BIC, los Danzantes y Mayordomos de Méntrida, obtendrán una mayor visibilidad y respaldo institucional, ayudando a mantener viva esta tradición y asegurando su continuidad. 

 

Fuentes principales: Juan Manuel Magán, Ayuntamiento de Méntrida y de declaración Bien de Interés Cultural, como Bien Inmaterial.

Comentarios: 1

amelia el Sáb, 10/09/2022 - 18:48

precioso

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