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Arte Rupestre Esquemático en Castilla-La Mancha

En 1784 el cura párroco de la localidad de Montoro (Córdoba), D. Francisco José López de Cárdenas, descubrió los yacimientos de Peña Escrita y La Batanera, en Fuencaliente (Ciudad Real), mientras recogía minerales para el Conde de Floridablanca. Los dibujos que realizó de las pinturas en su cuaderno de campo constituyen las primeras copias de pinturas rupestres de las que se tiene constancia en España.

A principios del s. XX reconocida ya que estas pinturas eran de época prehistórica, el abate Henry Breuil se especializó en el estudio del arte rupestre esquemático en España, recorriendo para ello toda nuestra geografía. En Castilla La Mancha los primeros estudios fueron realizados en los años 80 del s. XX por Alfonso Caballero Klink en la provincia de Ciudad Real.

El arte esquemático no es un arte figurativo en el que se represente la realidad tal cual es. Se plasma la idea que el artista, en representación de un grupo social, tiene de ellas, por lo que, a menudo, estas pinturas son difíciles de comprender. Este arte supone un profundo nivel de abstracción. Existe una gran variedad de motivos, que pueden agruparse en tres tipos básicos: los que representan a figuras humanas, conocidos como antropomorfos, las representaciones de animales o zoomorfos y otros (ídolos, motivos geométricos…), cada uno de ellos tiene, a su vez, gran cantidad de variantes.

Estos motivos han sido estudiados y tipificados por diferentes investigadores, pero la clasificación más extendida es la de Pilar Acosta, quien distingue entre antropomorfos (tipo golondrina, ancoriforme, de brazos en asa, cruciforme, tipo “Pi” griega, en “T”, “X” y doble “Y”), zoomorfos (ciervos, cabras, perros, serpientes, aves…), ídolos (triangulares, oculados, halteriformes, placa, esteliformes y segmentados) y motivos geométricos (puntos barras, ángulos, aspas, zig-zag, cruciformes, pectiformes, tectiformes y ramiformes).

Las técnicas empleadas en el arte esquemático son la pintura y el grabado. La técnica pictórica es uniforme y se realiza con tintas planas de color ocre, en sus distintas gamas (rojo, rojo oscuro, anaranjado, amarillento…). Los pigmentos se obtenían a partir arcilla rica en óxido de hierro mezclada con un excipiente orgánico tipo proteico, como huevo, leche o grasa. Las figuras representadas tienen, por lo general, pequeño tamaño y se hacían a partir de uno o varios trazos, que se aplicaban, bien con los dedos o mediante pinceles.

Debido a su algo grado de esquematismo y abstracción, el significado del arte rupestre esquemático sigue siendo un enigma. Las estaciones de pinturas rupestres esquemáticas no eran lugares de hábitat. Los yacimientos suelen aparecer próximos a los poblados, pero generalmente están bien diferenciados, por ello, debían tener una función propia.

Entre las teorías existentes están las que les consideran lugares sagrados, donde se llevarían a cabo distintos tipos de ceremonias: de carácter religioso, para practicar ritos de fertilidad o culto a los antepasados, entre otros.

La cronología es otro de los aspectos más discutidos. En las últimas décadas se han producido algunos avances que demuestran que no todos los yacimientos tienen la misma cronología. Su origen se sitúa en el Neolítico y su final en las últimas etapas de la Edad del Bronce, pudiendo incluso llegar hasta los inicios de la Edad del Hierro, estando su periodo de apogeo en el Calcolítico.

En Castilla La Mancha la mayoría de los yacimientos se fechan en el Calcolítico-Edad del Bronce y muchos de ellos están asociados a poblados de altura, aunque algunos, como La Jalbegada (Ciudad Real), podrían retrotraerse hasta el Neolítico. En las provincias de Albacete y Cuenca las pinturas esquemáticas a veces aparecen en los mismos abrigos que el arte levantino.

Las estaciones de pintura rupestre esquemática aparecen siempre en lugares situados al aire libre a donde llega la luz natural: abrigos, covachas, paredes verticales o rocas aisladas.

En Castilla La Mancha hay más de 150 yacimientos catalogados y su número se incrementa constantemente con el descubrimiento de nuevos hallazgos. Están repartidos por los sistemas montañosos, localizándose a media altura.

La zona con mayor densidad de yacimientos se sitúa en el área del Valle de Alcudia y Sierra Morena (Ciudad Real), donde se concentran en torno a 200 estaciones; seguido de la Sierra del Segura, la mayoría de ellos situados en el término de Nerpio (Albacete), con más de medio centenar; y la Serranía de Cuenca, con un núcleo destacado en Villar del Humo (Cuenca). En el resto del territorio el número de elementos es mucho menor

Los yacimientos visitables de Peña Escrita y La Batanera se encuentran en el término municipal de Fuencaliente y son uno de los conjuntos de pinturas rupestres de tipo esquemático más grande y mejor conservado de la Peninsula Ibérica 

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