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Yeserías mudéjares del Archivo Histórico Provincial de Toledo

Originariamente, la Sala Mudéjar fue parte de uno de los salones de la casa grande de la familia Barroso, que luego paso a los Niño. A finales del siglo XVI, estas propiedades fueron donadas a las madres dominicas que construyeron un convento dedicado a Jesús y María. Más tarde, en el siglo XVII, se edificó una iglesia contigua que implicó la remodelación del espacio mudéjar, ocultando todo vestigio de la anterior decoración, incluso el derribo de una de las alcobas del antiguo palacio.  Este edificio está situado en una de las zonas arqueológicamente más ricas de la ciudad de Toledo y con evidentes conexiones arquitectónicas y artísticas con otros edificios cercanos como el Convento de Santa Clara, la Casa de Mesa o el mismo Taller del Moro.
En 1984 el Ministerio de Cultura adquirió el convento para su rehabilitación como sede del Archivo Histórico Provincial de Toledo. El Archivo Histórico Provincial de Toledo se trasladó a esta nueva sede desde el edificio del Miradero en mayo de 1992. 
 
Desde la época en que todavía vivían en el actual Archivo Histórico de Toledo las dominicas, se conocía un medio arco mudéjar y algunos pequeños restos de yeserías. Después de pasar el edificio a ser archivo, en 1997, se realizaron algunas catas que descubrieron yeserías más completas, especialmente un friso con heráldica que permitió datar todo el conjunto a mediados del siglo XIV, contemporáneas, por ejemplo, del Taller del Moro o de la Casa de Mesa. Pero hubo que esperar hasta 2016 para que el Ministerio de Cultura y Deporte, a través del Instituto del Patrimonio Cultural de España, se decidiera a descubrir todas las yeserías del recinto. Además de completar los ya conocidos friso media ventana, descubrieron yeserías y pinturas en una de las alcobas laterales, un espectacular arco y pinturas en el techo, 
incluyendo abundantes textos escritos que no han podido ser descifrados. Además, quedó clara la historia arquitectónica del espacio, que podría resumir así:
 

•    A principios del s. XIV se construye un salón de lujo al estilo morisco, con una alcoba a cada extremo y portada mirando al patio, a mayor gloria de la familia Barroso. Los escudos descubiertos en el friso, que corresponden al matrimonio formado por Fernán Pérez Barroso (II señor de Parla) y Mencía García de Sotomayor, avalan esta cronología, junto con otros indicios.

•    A principios del XVII este salón, junto con el resto de la casa, pasa a formar parte del recién fundado Convento de Jesús y María. La nueva comunidad decidió construir su iglesia en las antiguas cuadras, situadas justo al lado, y para ello sacrifican una de las alcobas; la restauración ha recuperado el perfil del arco que daba paso a esta alcoba desaparecida. Mientras se construía la iglesia, esta sala hizo las funciones de capilla conventual, con una puerta que permitía el acceso de los fieles desde el actual callejón de Jesús y María. El dintel de esta antigua puerta todavía puede verse desde la misma calle. Una vez terminada la iglesia (actual Sala de Exposiciones), la Sala Mudéjar se convirtió probablemente en Sala Capitular.

•    En algún momento indeterminado, las monjas decidieron tapar todas las yeserías y pinturas, no sabemos si por motivos litúrgicos o sanitarios. Nótese que solo las taparon, no las destruyeron. Además, y tampoco sabemos el momento, se hicieron nuevas puertas y ventanas que, esta vez sí, implicaron la destrucción de las anteriores, de las que solo sobrevivió el medio arco ya mencionado. Con eso, y algunos retoques, queda configurado el espacio actual.

•    Además, hay que añadir la presencia, hasta ahora desconocida, de una cripta en lo que fue el presbiterio de la capilla. Los arqueólogos han descubierto ahí restos de enterramientos e incluso alguna inscripción con el nombre de una abadesa del siglo XVIII. Hay que decir que, al marcharse la comunidad de monjas en 1992, se llevaron lo que ellas consideraban su pequeño cementerio, que todavía hoy puede verse claramente en el patio, pero es evidente que no recordaban que existiese esta cripta.

 A finales de 2016 terminó esta última intervención, en este vídeo puede verse el proceso de descubrimiento y rehabilitación. Gracias a tod@s l@s que hacen posible la conservación preventiva y la restauración de nuestro patrimonio. 

Mas información y reserva de la visita AQUÍ  o en el correo ahp.toledo@jccm.es

Fuente. Archivo Histórico Provincial de Toledo