PALACIO DE FUENSALIDA
El Palacio de Fuensalida, edificado a finales de la primera mitad del siglo XV – hacia 1440- por encargo de don Pedro López de Ayala, primer señor de Fuensalida, es el mejor exponente palaciego del mudéjar toledano, una tipología histórica escasa en nuestro patrimonio edificado, donde se fusionan tres estilos: gótico, plateresco y mudéjar.
Se encuentra integrado en una gran manzana, de la que también forman parte el Taller del Moro y la Iglesia de Santo Tomé, que configura la fachada norte de la Plaza del Conde de la ciudad de Toledo.
El Palacio, tras pasar por distintas fases de habitación (dejó de ser residencia noble, instalándose en él un cuartel militar y últimamente vivienda para vecinos), en 1964 fue adquirido por la Dirección General de Patrimonio Artístico, Archivos y Museos que lo restauró y lo abrió al público para su visita en 1969.
En 2010 vuelve a abrir sus puertas, tras otro laborioso y exhaustivo proceso de restauración, que asimila las transformaciones sufridas a lo largo del tiempo, y que han pasado a formar parte de su personalidad, sin alterar su esencia.
Actualmente se celebran en él las sesiones plenarias del Consejo de Gobierno de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.
El edificio es de inspiración hispano-musulmana, articulado en torno a un patio interior al que se abren distintas dependencias. Su aspecto exterior es cerrado, construido con materiales pobres –tapial, ladrillo yeso y madera- a excepción de la portada.
La novedad ornamental del palacio viene dada por los motivos geométricos que desarrollan en yeso distintas versiones de tracerías góticas con motivos derivados del gótico flamígero.
Adquiere también un papel relevante en todo el edificio la carpintería policromada de las distintas estancias.
PALACIO DE FUENSALIDA
PALACIO DE FUENSALIDA