Picota de Moratilla de los Meleros
El Rollo-Picota de Moratilla de los Meleros está ubicado en el municipio del mismo nombre, al suroeste de la provincia de Guadalajara, en la Comarca de la Alcarria. Fue levantado a comienzos del siglo XVI siguiendo las pautas estilísticas propias del plateresco renacentista.
Aún siendo el rollo y la picota cosas bien distintas en su origen, por la fuerza de las circunstancias y los hechos, la fusión de ambos elementos en un único monumento, se realizó en fecha temprana, probablemente en el curso del siglo XV. Hasta entonces, ambos elementos aparecían aislados, la picota como símbolo de justicia y lugar donde se aplicaban ciertos castigos corporales y el rollo insignia de la jurisdicción de la villa.
Las villas que podían erigir y exhibir un rollo lo hacían en virtud de algunos de estos tres mecanismos: concesión del título de Villa por el rey o señor mostrando así su capacidad de auto-jurisdicción, escrituras fundacionales de una nueva villa o su cambio de jurisdicción o nombre. Cuando ello se producía se erigía públicamente un rollo rodeado de ceremonias muy concurridas.
Estos monumentos tuvieron el momento de mayor auge durante el siglo XVI, levantándose también en otros lugares como Portugal e Iberoamérica. Después entraron en recesión en el XVII y desaparecieron en España por decreto en el XIX. En el siglo XX (1929) comenzaron a aparecer decretos que apoyaban este elemento como monumento de protección, siendo la provincia de Guadalajara la que mayor cantidad de rollos y picotas tiene en la actualidad (más de cinco docenas).
El Rollo-Picota de Moratilla se levanta sobre cuatro gradas circulares concéntricas, formadas por sillares de piedra. Sobre ella se asienta un gran pedestal cúbico, decorado en sus cuatro caras por figuras humanas y rematado en cornisa jónica.
Sobre el pedestal se levanta la columna de basa jónica y fuste acanalado con contracanales que ocupan la mitad de su altura. Siete piezas conforman el fuste mostrando, entre la segunda y la tercera, un arco de herradura de hierro.
El capitel es plateresco, de orden jónico, y luce en una de sus caras el relieve de una figura humana con espigas, emblema de fecundidad y desarrollo.
Por encima de él sobresalen los cuatro brazos clásicos de este tipo de monumentos. Se hallan muy mutilados, salvo uno cuyo extremo semeja la faz de un león; sin duda los cuatro mostrarían el mismo motivo decorativo.
Encima, y apilados, hay otros tres cuerpos; los dos primeros son cúbicos rematados por cornisa. El primero de ellos es de mayor envergadura y tiene sus caras decoradas por rostros diabólicos, mientras el segundo presenta decoración de bustos de angelotes. El tercero y último, de aparente forma semiesférica pero muy deteriorado, constituye el remate del monumento y presenta restos de decoración con motivos vegetales.
Picota de Moratilla de los Meleros
Picota de Moratilla de los Meleros