Monasterio de San Juan de los Reyes de Toledo

El monasterio de San Juan de los Reyes, formado por la iglesia y el claustro, es un cenobio de Toledo perteneciente a la Orden Franciscana, que fue construido bajo el patrocinio de la reina Isabel I de Castilla. El convento conmemora la victoria en 1476, de los Reyes Católicos sobre el rey Alfonso V de Portugal en la Batalla de Toro, así como los logros y el programa político de aquellos. También se pensó, en un primer momento, que sirviera de lugar de enterramiento para estos monarcas. Su construcción fue encargada a los arquitectos Juan Guas y su discípulo Enrique Egas y al escultor y decorador flamenco Egas Cueman.

La iglesia se terminó en 1495 y corresponde plenamente al estilo del gótico-isabelino, también conocido como gótico toledano o hispano-flamenco (último periodo del gótico); es de una sola nave, con capillas entre los contrafuertes con pináculos goticistas, coro alto en los pies sobre la bóveda que sirve de vestíbulo, y altar elevado sobre gradas. Destaca las capillas hornacinas existentes en los laterales de la nave, el cimborrio octogonal en la cabecera y el crucero que es excesivamente grande. El espacio interior está perfectamente jerarquizado, con una zona dedicada a la corona (con verja, hoy desaparecida) separada del pueblo.

El claustro lo comienza Juan Guas durante el último decenio del siglo XV, se interrumpe su ejecución cuando éste fallece, y lo terminan Antón y Enrique Egas. La reina Isabel no llegó a verlo terminado ya que habia fallecido años antes como lo atestigua un epígrafe que recurre todo el perímetro. Es de planta cuadrada y tiene dos alturas:

1) Las galerías del piso inferior están cubiertas por bóvedas de crucería y arcos apuntados separando sus tramos. Los ventanales, abiertos al jardín, son abocinados, divididos por finos maineles, con tracería gótica en la parte superior. Las puertas de acceso al claustro se cierran con distintos arcos (medio punto, polilobulados, rebajados o mixtilíneos) y se decoran con hojarasca, formando un conjunto de formas y tamaños típicos del estilo gótico-isabelino. Conjuntos escultóricos, compuestos por estatuas de personajes eclesiásticos, bajo dosel y peana, se sitúan en los entibados de los arcos y filigranas con decoración vegetal y zoomórfica enmarcan los paños de las paredes a modo de alfiz.

2) El piso superior está formado por galerías de paredes lisas en sus lados interiores y por arcos conopiales que dan al exterior (patio). Éstas se cubren con un artesonado mudéjar policromado, decorado con motivos geométricos. En las esquinas de la galería aparecen unos arcos rebajados, a modo de adorno y sin función arquitectónica alguna, sobre los que se disponen dos leones enfrentados y tumbados, sosteniendo los escudos de los Reinos de España. En esos arcos se puede leer el emblema de los Reyes Católicos: "Monta tanto".

En el siglo XVI, entre 1526 y 1534, se construyó otro gran claustro simétrico al anterior y de estilo plateresco, conocido como Claustro del Rey y que desapareció, tras un incendio, en la Guerra de Independencia. También, en este periodo (1808-1814), el claustro que hoy podemos contemplar sufrió grandes desperfectos, durante la Guerra de la Independencia, por lo que fue necesario acometer su restauración integral que se inició el 2 de mayo de 1883, dirigida por el ilustre arquitecto Arturo Mélida. Posteriormente tras la Guerra Civil Española fue necesaria otra restauración, terminando al fin en 1954.

El exterior del edificio posee dos portadas, la del oeste y la del norte que da a una gran plazoleta. Una crestería de piedra recorre su perímetro (tanto de la iglesia como del claustro). En sus muros se pueden ver las cadenas que simbolizan la liberación de los cautivos cristianos de la campaña de la Guerra de Granada (1482-1492) contra los musulmanes.