Iglesia de la Asunción de Nuestra Señora de Nombela
Repasando brevemente la historia de la iglesia de la Asunción de Nuestra Señora de Nombela (Toledo), ésta se menciona ya en 1576 y de ella se dice que era muy buena, con buenos ornamentos y que tenía aneja a la iglesia de Pelahustán.
En 1865 se llevó a cabo una reparación no detallada, que, probablemente, se tuvo que centrar en las cubiertas. No obstante, en 1883, Manuel Aliaga, cura ecónomo de la parroquial, alertaba al arzobispado del peligro de ruina inminente del templo y la urgencia de su reparación, aviso repetido en 1903 por el párroco Carlos Camarón, que hacía hincapié en el mal estado de las cubiertas.
Entre 1903 y 1912, hubo de producirse la visita del Conde de Cedillo a Nombela, que recoge en su Catálogo Monumental de la Provincia de Toledo. El autor pudo contemplar las cubiertas originales, desaparecidas en un momento impreciso, y las describe de este modo: “Alfarjes o techos de pino, de limas mohamares con lacería aplicada. Los importantes y verdaderamente artísticos son dos, de los que uno cubre la nave central de la iglesia, y otro la capilla mayor…”.
Entre los años 2007 y 2011 se han acometido obras de acondicionamiento de la cubierta, y en las columnas, arcos, coro y suelo de la iglesia, que incluyó el picado del revoco existente para corregir los problemas de humedades del templo.
Por tanto, se puede afirmar que la iglesia se construyó a lo largo del siglo XVI. Tiene planta rectangular de tres naves, siendo la central de mayor altura, divididas en cuatro tramos por pilares y arcos de medio punto en los dos primeros y apuntados en los dos siguientes. El primer tramo se corresponde con el presbiterio, cuadrado y separado por un arco triunfal del resto. El cabecero es poligonal de tres lados.
Se cubre con un falso techo, sustituto de los primitivos alfarjes, hundidos hace décadas. El coro, situado a los pies del templo, carga sobre tres columnas de piedra.
Sobresale el retablo plateresco, de mediados del siglo XVI y autor desconocido. En él se relatan pasajes de la vida de Cristo, y en las calles figuran varias tallas de santos. En el centro destaca la talla de la Asunción de Nuestra Señora, obra del escultor nombelano José Zazo y Mayo (Nombela, 1716). El zócalo del retablo se adorna con una azulejería talaverana fechada en 1567.
De su exterior son destacables las dos portadas: La localizada al sur se compone de un arco carpanel abocinado, con decoración de hojas en una de las arquivoltas y capitelillos en las otras dos. Está enmarcada por pilastras rematadas por pináculos góticos y divididas en varios tramos por molduras resaltadas. Sobre ella, decoración isabelina de forma estrellada con rosetas, que ocupa el rectángulo entre los pináculos y la cornisa que los une. La portada norte es semejante, aunque menos decorada, con arco de medio punto, ménsulas y doseletes.
Las fachadas norte y sur dan a sendos atrios utilizados hasta el siglo XIX como camposanto.
Corona la fachada una pequeña espadaña realizada en ladrillo que alberga una pequeña campana.
En el ángulo que se abre entre la torre y la fachada oeste de la iglesia se encuentra adosada la capilla de San Antonio, sobre lo que fue el antiguo baptisterio.
Destaca también al exterior el volumen de la sacristía, edificada en 1595, con fábrica de aparejo toledano, sillares bien labrados en las esquinas y línea de imposta entre los pisos.
Presenta buenas rejas de forja en sus ventanales.
La torre, que alza sus tres cuerpos en el ángulo noroeste del inmueble, es de mampostería y sillería. En el cuerpo superior, y en cada uno de los lados, hay una pareja de arcos de medio punto para las campanas. Corona la torre en el norte una imposta con exornas de bolas.
Además, en el interior del templo existe un rico mobiliario que queda recogido en el Acuerdo de 02/05/2023 de declaración como Bien de Interés Cultural con categoría de monumento de esta iglesia.
Iglesia de la Asunción de Nuestra Señora de Nombela
Iglesia de la Asunción de Nuestra Señora de Nombela