Hospital de Santa Cruz de Toledo

El antiguo Hospital de Santa Cruz de Toledo es una construcción del siglo XVI, que en la actualidad funciona como Museo Provincial. Fue fundado por el cardenal D. Pedro González de Mendoza para centralizar la asistencia a niños huérfanos y desamparados de la ciudad.

Se edificó en dos fases, la primera protagonizada por Enrique y Antón Egas (1504-1514), levantándose el hospital y el primer claustro; la segunda fase ocupó el segundo tercio del siglo XVI, interviniendo Alonso de Covarrubias, que construyó la fachada, el patio principal (o sureste) de dos alturas, así como su magnífica escalera de tres tramos.

La estructura supuso una auténtica innovación, con la introducción en España de una nueva tipología de hospitales renacentistas de influencia italiana, del que este edificio es un ejemplo. Tiene planta de cruz griega, inscrita en un rectángulo, con cuatro grandes crujías de dos pisos de alzada cada una y sótanos en su lado de levante. Estas crujías daban a los cuatro patios, de los que dos se realizaron por completo. En ellas se ubicaban las salas de enfermería convergentes a un centro donde se encontraba el altar para que todos los enfermos, desde sus camas, pudieran seguir los oficios. Los techos interiores se cubren con unas estructuras de madera con casetones de estilo renacentista (siglo XVI). La madera tiene función tanto decorativa como utilitaria.

La fachada se sitúa en el lado sur, siendo de gran tamaño y constando de dos tipos de cantería, una irregular y pequeña y otra formada por piedras regulares de mayor tamaño.

La portada principal, situada asimétricamente respecto al eje central de la fachada, es de estilo plateresco y en ella intervino el arquitecto Alonso de Covarribias. Es adintelada con el entablamento flanqueado por peudocolumnas pareadas, con hornacinas, doseletes y decoración grutesca en los fustes. El frontón es clásico de vuelta redonda. Sostiene el entablamento con otro cuerpo. A ambos lados de la puerta se abren dos ventanas, de composición simétrica, con orden bulboso y edículos con el emblema de Mendoza. El último cuerpo es posterior, de estilo manierista.

En lo que respecta a la decoración el conjunto es una simbiosis de la tradición mudéjar y el arte flamenco o gótico tardío, imperante a finales del siglo XV y durante el siglo XVI en Toledo.