Escuela de Artes y Oficios de Toledo
La Escuela de Artes y Oficios de Toledo está situada entre las calles de Santa María la Blanca y Santa Ana, en plena Judería toledana, al oeste del casco historico, y cuya parte trasera da al río Tajo. Se trata de una construcción de finales del siglo XIX y principios del XX, que ha sido catalogada como historicista o neomedéjar con la presencia omnipresente del ladrillo.
En el conjunto de edificios y jardines que componen la Escuela hay que distinguir dos momentos muy claros. De un lado, el edificio iniciado en 1882 por Arturo Mélida y Alinari, concluido el 22 de abril de 1902 y alzado sobre el segundo claustro del monasterio de San Juan de los Reyes (destruido en la Guerra de la Independencia - la francesada-), y de otra parte, el edificio que sobre el antiguo convento de Santa Ana, situado en la parte trasera del anterior, se inicia en 1921 y se termina en 1931.
El primer edificio (el de Mélida) cuenta con una fachada que se alza a la calle de Reyes Católicos, con una entrada doble, que es la doble cara de un cubo maclado en plano, centrando una organización axial tan simple como rica. A los lados vemos los testeros de dos crujías cuyas cubiertas a dos aguas quedan ocultas por un sistema que consiste en alzar el plano de la fachada de modo que no se vea el ángulo formado por las cubiertas. Posee una vistosa composición de los cuerpos laterales, con labores en ladrillo, y el monumental escudo de los Reyes Católicos, con el águila de San Juan, todo ello en cerámica vidriada. Ladrillo, piedra, cerámica vidriada, hierro, madera y todo un elenco formal de original dibujo son los materiales empleados.
El segundo edificio es obra de Jesús Carrasco Muñoz, arquitecto de la Escuela de Artes, girando en torno a un patio central de dos plantas, la planta baja soportada por columnas de granito reutilizadas en parte y la alta con vigas de madera de pie derecho. Las aulas se disponen en torno al mismo, y la antigua iglesia conventual ha sido ocupada por el Salón de Actos donde aún se conserva en su cabecera un magnífico artesonado. El edificio destaca por un notable tratamiento de las maderas, la armonización decorativa con el edificio de Mélida y la originalidad de su fachada principal en la que el arquitecto creo un lenguaje ecléctico no copiado de modelos anteriores.
Tanto un edificio como otro están llenos de abundantes detalles decorativos, tanto en yeso como en azulejo o en hierro y otros materiales, fruto de los mejores artesanos y artistas de Toledo, consiguiendo unificar arte e industria mediante las enseñanzas que se imparten en esta Escuela de Arte y Oficios.
Escuela de Artes y Oficios de Toledo
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