Casas Colgadas
La primera noticia documental sobre las Casas Colgadas de Cuenca data del año 1481 lo que indica que existían ya en el siglo XV (Baja Edad Media).
Se trata de casas populares compuestas por varias edificaciones entramadas y solidarias comunicadas interiormente, que se encuentran en el casco antiguo de la ciudad, en el borde urbano que ofrece la Hoz del Huecar. Se denominan de ese modo por poseer una parte de ellas en voladizo, con grandes balcones asomando a la pared vertical formada por el río Huécar.
Las casas son de planta estrecha y altas, con dos o tres habitaciones en cada planta. El desnivel de terreno se aprovechaba para disponer la bodega y, una vez alcanzada la cota de la calle, se iniciaba la construcción de las distintas plantas, cuyo número variaba, aunque podían llegar a tres o cuatro.
En estas casas, las partes bajas y la cimentación se hacía con fuerte mampostería y el resto de los muros se construía de una manera más rudimentaria con entramado de madera, generalmente, sabina. Las fachadas se encalaban y los huecos, que se abrían en función de la distribución interna del edificio, se cerraban con rejas.
Generalmente, estas edificaciones se cubrían a dos aguas sobre una armadura de tijera o de par y nudillo. Las plantas presentaban una parecida distribución, determinada por la necesidad del inquilino. Los paramentos de las habitaciones principales, que solían estar en el primer piso, siempre presentaban una superficie de yeso bruñido. Todas las plantas se comunicaban por una estrecha escalera, con peldaños de madera y baldosas. También era corriente la existencia de chimeneas francesas, una en cada planta.
Las Casas Colgadas son un icono de la ciudad de Cuenca y sede del Museo Español de Arte Abstracto.
Casas Colgadas
Casas Colgadas