Introducción
Las cuevas-bodega son un tipo de construcción subterránea que se puede hallar en todo el territorio peninsular —y de muy diversa cronología—. Aunque el ser humano las ha utilizado con muchos fines, uno de los principales ha sido la maduración y conservación del vino. Esto es debido a que en su interior, independientemente de las condiciones climáticas externas, la temperatura se mantiene prácticamente constante a lo largo de todo el año.
Como hemos mencionado, estos elementos no son un caso excepcional de Camarena y Méntrida, sino que se pueden localizar en zonas que presentan un clima cálido y seco o en regiones con cambios bruscos de temperatura. Además, su construcción se encuentra supeditada a los materiales geológicos y al tipo de suelo de la zona en la que se excaven, que, en su mayoría, por las facilidades que ofrecen, son conglomerados arenosos.
El paso del tiempo, entre otros factores, ha hecho que algunas de las estructuras hayan llegado hasta hoy en mal estado de conservación o incluso hayan desaparecido. Por esta razón, se ha diseñado un proyecto encaminado principalmente a la documentación y conservación de estas cuevas, un ejemplo más de la arquitectura tradicional de la provincia de Toledo. Por otro lado, sus particularidades hacen que sea posible tanto su revalorización como su empleo como espacios para iniciativas de carácter cultural y de empleabilidad, todo ello ligado a la promoción de los caldos de la Denominación de Origen Méntrida. Con esto se pretende crear un punto de interés educativo, cultural y divulgativo que será un elemento clave para el desarrollo de los municipios.
En lo que se refiere a la faceta cultural y pedagógica, estos yacimientos podrán transformarse, mediante recursos como actividades culturales y didácticas o visitas guiadas, en un punto de referencia para los centros educativos tanto de sus municipios como de la comarca. También pueden atraer a las localidades potenciales visitantes interesados en el ámbito cultural, enológico y etnológico.
Para llevar a cabo los objetivos anteriores, es imprescindible el estudio histórico y arqueológico de estos bienes inmuebles y su musealización. Su correcta puesta en valor permitirá ampliar el conocimiento de la historia local, de los vinos que integran la denominación de origen y establecer un referente en conservación patrimonial para los municipios vecinos poseedores también de un gran número de cuevas-bodega. En el caso de Camarena, estas son de propiedad privada y su virtualización supone una oportunidad para que el resto de la ciudadanía puedan disfrutarlas. En cambio, en el cerro del Castillejo de Méntrida se está desarrollando un proyecto de musealización in situ y varias de las cuevas —en manos municipales— se podrán visitar físicamente.
Descripción de los trabajos
Camarena, de la tinaja a internet
Camarena cuenta con un vasto conjunto de galerías subterráneas que recorren gran parte de su entramado urbano. En origen, estas cuevas —aquellas ubicadas en el casco histórico— podrían haber seguido un trazado de forma reticular, de manera que estuvieran comunicadas entre sí conformando una red, tal y como apunta el historiador local Daniel Cristóbal Morell. Sin embargo, con el paso del tiempo este entramado se habría ampliado por la construcción de galerías por parte de particulares en el subsuelo de sus parcelas. Por este motivo, la red inicial se terminaría convirtiendo en un conglomerado de distintos elementos, en el que convivirían las cuevas principales que formaban parte de esa retícula más antigua con las nuevas infraestructuras privadas.
Por desgracia, la datación de los periodos en los que se excavaron tanto el entramado principal como las estructuras particulares se desconoce. No existe ningún documento que certifique con exactitud estas obras. Se sabe que poseen una antigüedad superior a los 450 años. No obstante, debido al incendio producido en el Archivo Municipal de Camarena en 1595, se perdió documentación que podía haber resultado útil para establecer una cronología anterior al siglo XVI. Sin embargo, existe una ínfima información posterior a este siglo que aluda a estas infraestructuras subterráneas. Entre esta se puede encontrar una mención directa a ellas en algún documento de inicios del siglo XVII, en el cual se especifica lo siguiente: «(…) a los forasteros pueda llevar de cada aroba un quarto y no mas y les a de ayudar a cargar y liar y sacarlo de las cuebas donde se midiere (…)».
Indistintamente de la cronología exacta en la que fueron realizadas, es conveniente señalar la importancia que desde un punto de vista patrimonial tienen estas galerías para el término municipal de Camarena y todos aquellos lugares que cuentan con este tipo de cuevas. En este caso concreto, las que se han conservado hasta la actualidad se hallan en su mayoría en un muy buen estado de conservación.
El conjunto de cuevas-bodega de Camarena son de titularidad privada y se encuentran bajo viviendas familiares u otro tipo de edificios de uso particular, por lo que su visibilidad está supeditada a los propietarios de estos inmuebles.
Para evitar mayores pérdidas sobre este patrimonio, en 2017 se decidió realizar un inventario que recopilase la mayor cantidad de información posible sobre estas. Un total de veintinueve se conservan en la actualidad, mientras que diecisiete más han desaparecido en las últimas dos décadas.
Para tratar de divulgar y difundir este patrimonio se recurrió a la documentación tridimensional en tres cuevas ubicadas en las calles Era Alta 36, Chozas 43 y Artesa 6, propiedades de las familias García Saco, Menéndez Agudo y González López respectivamente. Esta digitalización se pudo hacer a partir de técnicas fotogramétricas y su resultado permite visualizar las galerías en su estado original a través de vídeos que recorren sus trazados. Además, se usó una plataforma especializada en el almacenaje de este tipo de contenidos, llamada Sketchfab, gracias a la cual se puede disfrutar de las estructuras a través de un visor virtual creado para tal fin.
[Nota: los enlaces para su visualización en Youtube y Sketchfab se encuentran al final de este apartado]
Los trabajos en Camarena han tenido continuidad en 2021 con la documentación y excavación arqueológica de una nueva cueva-bodega desconocida hasta el momento y que, tras la borrasca Filomena, salió a la luz tras derrumbarse una parte de la galería en un solar de la calle María 11. Aunque esta estructura continúa en fase de estudio, se puede adelantar que, tipológicamente, se corresponde con las otras documentadas en el resto del municipio. En este caso, no obstante, la cueva se localiza en la manzana que ocupaba la zona rústica del antiguo convento de la Concepción, que perteneció a la Orden de los Mínimos. La parcela donde se ha encontrado la estructura subterránea pudo formar parte del área de huertos y bodegas del propio convento.
Hay que tener en cuenta que esta galería discurre también por el inmueble situado en el número 9 de la misma calle, propiedad de la familia Corazón Ardura. Estos vecinos aportaron valiosa información en cuanto al año en que su abuelo, Vicente Ardura Romo, la descubrió y la documentó. Fue en la década de los setenta del siglo pasado cuando este camarenero, con grandes nociones de topografía, realizó el levantamiento de la infraestructura que transcurre bajo su vivienda y la totalidad de la cueva bajo las casas y calle vecinas. Esto nos ha permitido saber las dimensiones de esta en aquellos años y poder compararlo con los trabajos llevados a cabo.
Actualmente, el proyecto está en fase de estudio; pronto se podrán ofrecer todos los resultados de este, así como el material arqueológico recuperado.
Enlaces a las cuevas de Camarena:
Youtube:
- Cueva Camarena (Toledo) 1. Calle Era Alta, 36:
- Cueva Camarena (Toledo) 2. Calle Chozas, 43:
- Cueva Camarena (Toledo) 3. Calle Artesa, 6:
Sketchfab, colección cuevas: https://sketchfab.com/proyectoenki/collections/cuevas-de-camarena
Cueva Camarena (Toledo) 1. Calle Era Alta, 36
Cueva Camarena (Toledo) 2. Calle Chozas, 43
Cueva Camarena (Toledo) 3. Calle Artesa, 6
Méntrida, vinos al abrigo de los cerros
El cerro del Castillejo se emplaza en el extremo sur del casco histórico de la localidad. Hace varias décadas, el espacio se encontraba separado del conjunto urbano por un arroyo, pero actualmente este se halla canalizado, de modo que se ha transformado el espacio colindante y se ha introducido en el área urbana del municipio. De hecho, el crecimiento de la localidad en los últimos años ha llevado a la construcción en los lados del cerro, lo que ha dejado únicamente el área donde se localizan las estructuras subterráneas liberada de construcciones. Del conjunto de las once cuevas-bodega que se ubican en el lugar, nueve de ellas son de titularidad privada y dos han pasado a ser propiedad municipal con el tiempo. Es precisamente sobre estas dos últimas en las que se ha realizado la intervención arqueológica y en la actualidad se está trabajando en su musealización.
La singularidad de estos bienes, el apoyo del ayuntamiento y el interés y aprecio de los mentridanos por su patrimonio local han posibilitado que la intervención realizada obtenga resultados positivos en cada una de las fases por las que ha ido trascurriendo.
A pesar de que estas cuevas presentan algunas diferencias entre ellas, de manera general todas poseen una estructura alargada y en línea recta, a lo largo de la cual existen hornacinas para situar grandes tinajas, y un número variable de respiraderos (entre uno y cinco) con impresionantes tapas piramidales graníticas o cónicas de ladrillo y mortero de cal. Han sido construidas en la propia tierra, con refuerzos de ladrillo en las áreas de las entradas o cercanas a los respiraderos, únicos puntos donde eran necesarios debido a la adecuada composición del terreno.
En cuanto al contexto histórico de las cuevas y sus utilizaciones todavía queda por seguir investigando. La documentación del Archivo Municipal de Méntrida únicamente ha permitido constatar la existencia de estas estructuras del cerro del Castillejo a comienzos del siglo XVIII, ya que los documentos más antiguos del consistorio no van más atrás de esta fecha. No obstante, se está continuando en la actualidad con la consulta en otros archivos para encontrar una referencia del origen de las cuevas, ya que seguramente cuenten con algunos siglos más de antigüedad. En cambio, las utilizaciones que han tenido a lo largo del tiempo sí han quedado más claras. En un principio, parece que, gracias a la adecuada temperatura, se conservaba el vino en el interior de las tinajas especialmente durante el verano, cuando el calor puede echar a perder dicho producto. Posteriormente, con la introducción de los métodos industriales en la vitivinicultura, se dejó de tratar el vino de esta manera tradicional y se empleó el interior de las cuevas para cultivos de champiñón, actividad que se ha realizado a lo largo del siglo pasado. Sin embargo, finalmente este uso también se abandonó, por lo que este patrimonio entró en un declive progresivo y posterior abandono, con utilizaciones únicamente por colectivos como las peñas en las fiestas locales.
Nuestro proyecto de documentación y revaloración se ha dividido en tres fases diferentes y en la actualidad es la tercera la que se está ejecutando. La primera de ellas supuso un proceso de documentación, limpieza y excavación arqueológica. En la segunda fase la actuación consistió en la recuperación de los accesos a las cuevas-bodega, ya que uno de ellos estaba parcialmente arruinado por el desplome de un muro y el consecuente fracaso de la bóveda que lo sostenía. Además de la rehabilitación de dichos elementos, el arquitecto del proyecto, Eugenio Díaz Alonso, diseñó y realizó la construcción de una rampa que permite el acceso a personas con problemas de movilidad. También se han mejorado las condiciones de los drenajes recuperando el antiguo saneamiento natural hacia el cauce del arroyo. Tal como se ha apuntado, actualmente el proyecto está avanzando en su tercera fase: la musealización. Se estima que para otoño del presente año se pueda disfrutar de estas impresionantes cuevas-bodega.
Autores:
Ángela Crespo Fraguas, Sergio Isabel Ludeña y Miguel Ángel Díaz Moreno
Arqueólogos profesionales. Codirectores del proyecto
Colaboradores:
María Quejigo, Rafael Caballero, Isabel Delgado, Daniel Cristóbal, Tomás Estepa, Antonio Sánchez, Jesús de la Fuente, Máximo Lapeña y Daniel Heras.
Colectivo de investigación:
Cota 667. Arqueología y Patrimonio
Luis Alejandro… el Vie, 30/07/2021 - 14:40
Ub trabajo espectacular. Enhorabuena