Haciendo mazapán: documento del mes de diciembre de 2020
Una de las referencias navideñas más característicamente toledanas es el mazapán. Aunque este dulce se produce y comercializa durante todo el año, y tampoco es exclusivo de la Ciudad Imperial, es sin duda aquí donde alcanza cotas de popularidad difícilmente superables. Al margen de alguna que otra leyenda, parece claro su origen andalusí, y en Toledo se encuentra regulaciones sobre su fabricación desde el siglo XVI.
Nuestro documento del mes es este reportaje que la Casa Rodríguez realizó sobre la fabricación del mazapán en un pequeño establecimiento toledano que, por desgracia, no hemos podido identificar. Cualquier sugerencia al respecto será muy bienvenida. Las fotografías tampoco están fechadas, si bien puede suponerse que sean de la inmediata posguerra o quizá incluso de la década de 1930. En todo caso, nos presenta una fabricación artesana, con la presencia solo de máquinas elementales, como un molino o alguna tolva, para la preparación de la harina y la almendra en las primeras fases de fabricación. Después, solo el horno y las manos de los artesanos y artesanas.
Como se observa, todo el mundo ayudaba, incluso los niños. En general, parece que las tareas consideradas más pesadas, como la preparación de la harina, la molienda o el horneado, se las reservaban los varones, mientras que las mujeres se encargaban de dar forma a las figuras y del embalaje final, aunque lo cierto es que esta división del trabajo por géneros tampoco parece ser demasiado rígida. El caso es que la empresa parece próspera, a juzgar por el número de trabajadores y la cantidad de cajas preparadas para el transporte que se observa en algunas imágenes.
El producto final podía ser una auténtica obra de artesanía, como se aprecia en la imagen de dos grandes figuras de mazapán presentadas por dos elegantes jovencitas, en una imagen claramente publicitaria. Con estas imágenes os deseamos una muy feliz Navidad.