Las excavaciones de 2017 permitieron localizar un templo de una sola nave y cabecera recta, que se adosa al edificio primigenio y se conecta con él. La iglesia estaría cubierta con una bóveda de cañón. La misma contaría con dos pórticos, uno al Norte, que se ha excavado, y otro al Sur, sin excavar, que convierte la planta en una cruz latina.

En la cabecera estaría el altar, adosado a la pared interior del testero, aunque éste al ser de mármol ha sido expoliado. El arco triunfal estaba decorado con cimacios de mármol con trifolias y existirían unas cortinas que separaban al sacerdote del resto del clero, situado en el coro. Este espacio se aislaba de la nave mediante canceles de mármol. Se han conservado las barroteras en el suelo y restos de los mismos. En la nave se disponen varios enterramientos privilegiados en sarcófagos de alabastro y granito.