Gran Hotel de Albacete

El Gran Hotel de Albacete se sitúa en el casco urbano de la ciudad de Albacete, en la esquina de la calle Marqués de Molins que se abre a la Plaza del Altozano.

 El edificio, obra de principios de siglo XX, es la primera y más emblemática arquitectura del salón urbano que se generó en la ciudad a partir de la llegada del ferrocarril. Es obra del arquitecto Daniel Rubio Sánchez quien lo proyectö en 1915, y su promotor fue Gabriel Lodares.

La amalgama de estilos (renacentista, gótico, plateresco) aderezados con un barniz modernista, supuso una ruptura con el concepto de posada que imperaba en la ciudad.

El edificio presenta la fachada tres calles verticales a las que corresponden las entradas, rematadas por cupulillas vidriadas con grandes linternas, una en el rincón de la plaza, otra en chaflán y otra en Marqués de Molins. Entre estas calles verticales, los lienzos de fachada se organizan – en consonancia con las calles- en una planta baja, tres cuerpos de balcones y un ático con ventanas geminadas y de perfil curvilíneo, donde se recarga la decoración con líneas sinuosas y otros adornos; un tercer lienzo igual prolonga el edificio en Marqués de Molins.

Una entrada a eje de la calle, decidida y franca, rotulada como vestíbulo, atravesaba la doble crujía paralela a esta fachada y penetraba en el patio cubierto, invernadero o jardín de invierno, rotulado simplemente como hall, bajo cúpula de vidrio. Este hall es el único espacio que afrontaba la irregularidad, ya que los demás simplemente la eludían.

A la derecha de la entrada, el comedor rectangular abarca la doble crujía y busca la máxima diafanidad sustituyendo el correspondiente muro intermedio de carga por un pilar central. A la izquierda, la cafetería que se dilataba junto a la medianera izquierda en una sala de billares y otra de recreos, accesible directamente desde el cubillo, se ceñía a la primera crujía. En la segunda, las escaleras principal y de servicio, alojan sus desarrollos, intercalándose entre ellas los aseos.

La jerarquía de las plantas queda marcada por los balcones corridos con antepechos de fábrica en el piso principal, de fundición en el segundo e individuales con herrajes en el tercero.