Iglesia del Convento Franciscano de Puente del Arzobispo
El convento de Padres Franciscanos Descalzos fue construido entre los años 1617 y 1620, costeado por el hidalgo puerteño D. Juan de Villarroel y por la villa, que sufragó los gastos con sus limosnas.
La documentación conservada señala que la iglesia del convento se estaba construyendo en 1618 y dispone que se termine en 1620.
En el Catastro de Ensenada, elaborado en 1758, se citan doce religiosos franciscanos descalzos, dos coristas y cuatro legos, todos ellos del convento de Padres Franciscanos de esta villa.
Finalizada la Guerra de la Independencia, el rey Fernando VII dispuso la vuelta a sus comunidades y conventos de los religiosos que se habían visto forzado a abandonarlas. Por ello Urbano Martín se trasladó a la localidad como guardián con algunos frailes, iniciando su vida conventual.
La destrucción del recinto conventual debe situarse en el primer cuarto del siglo XIX, cuando se produjo el abandono definitivo por parte de la comunidad religiosa y las construcciones se emplearon como casas de labor y estabulación de vacas, y la iglesia como almacén de paja y aperos.
En los años noventa del siglo XX se produjo el derribo de todas las construcciones vinculadas al convento, incluidos los restos del claustro. El terreno quedó sumido en el abandono, al igual que la iglesia, única superviviente del conjunto de edificaciones que integraban el convento.
Como consecuencia del derribo de las edificaciones se puso al descubierto una bóveda de amplias dimensiones fabricada con mampostería y ladrillo. La iglesia, de proporciones muy elevadas, tiene planta de cruz latina con una imposta interior fuertemente remarcada. Cuenta con una sola nave de tres tramos que se cubren con bóveda de cañón con arcos formeros resaltados, y un crucero sobre el que campea una cúpula sobre pechinas. El sistema constructivo emplea muros de carga de fábrica de mampostería reforzados con sillares en las esquinas, y una cubierta de rollizos y pares de madera, tabla ripia y teja cerámica curva, rematada con alero de ladrillo moldurado. Dispone de altar con ábside plano cubierto por bóveda de cañón y comunicado con el crucero mediante un arco de medio punto. A los pies de la nave se sitúa el coro por el que, a través de una puerta, se establecía la comunicación con el convento. Los huecos de sus fachadas se encuentran en su mayoría recercados con granito y el acceso a la edificación, originariamente estaba formado por un arco de ladrillo escarzano.
A los pies de la iglesia se levanta una espadaña herreriana de ladrillo con frontón y arco de medio punto. Es de destacar la gran volumetría de la edificación, sobresaliendo el cuerpo del crucero sobre el resto de la misma.
Iglesia del Convento Franciscano de Puente del Arzobispo
Iglesia del Convento Franciscano de Puente del Arzobispo