Iglesia parroquial de Romancos

La iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Romancos (pedanía de Brihuega) se construyó en época de bonanza económica y claras perspectivas de paz y crecimiento, entre finales del siglo XV y principios del XVI, una vez concluida la tarea reunificadora de la Península Ibérica por parte de los Reyes Católicos.

Se trata de un edificio clasificado como de tipo catedralicio perteneciente al primer Renacimiento alcarreño. Para su construcción se derribó casi por completo un edificio románico anterior y se comenzó a levantar éste, que consiguió ver alzados los muros, pilares, capiteles y techumbres de los tres primeros tramos antes de 1530.

Financiado inicialmente por el arzobispado de Toledo, acabaría costeándose por los propios vecinos de la villa, a partir de 1586, cuando Romancos adquirió su villazgo independiente.

El exterior posee un aspecto de masa contundente con muros cerrados, elevados, de mampostería cuidada y sillares en las esquinas. Su cabecera aparece sobre elevada con respecto al resto del templo, cubriéndose la nave central a dos aguas y a cuatro aguas la cabecera (Capilla Mayor), todas ellas con teja curva. Su decoración es plateresca con detalles mudéjares propios de la época.

En la esquina noreste se alza la torre-campanario, de cuatro tramos, construida en dos etapas. Una ventana alta con arco semicircular se abre en el cuerpo inferior de la torre, correspondiendo al brazo norte del crucero. En la parte alta se sitúa el campanario con seis vanos de arquería semicircular.

La puerta principal se abre en el muro norte, siendo de arco conopial, con arquivoltas ilustradas con dientes de león y en el centro de la clave aparece tallado un perro, símbolo de fidelidad. Exornándola fuera del arco anterior aparecen enormes hojas talladas, como cardinas vigorosas. La obra es de finales del XV o principios del XVI.

Los pies del templo se sitúa en el muro de poniente, donde se abre otra puerta más pequeña, de piedra tallada, con arco trilobulado levemente rebajado, datando de principios del XVI.

El interior se divide en tres naves y es de planta rectangular. Consta de dos etapas constructivas, la primera y más antigua comprende los tres primeros tramos del templo, datados de finales del XV o principios del XVI, y una segunda más moderna, fechada a finales del XVI y correspondiente con la cabecera del templo.

La parte más antigua (los tres primeros tramos de las tres naves) están separados por enormes pilares que rematan en amplios collarines tallados de los que surgen los arcos apuntados. Aún quedan visibles los grandes basamentos de los pilares, en las que sorprende su decoración a base de cabezas de clavo o puntas de diamante, de origen mudéjar.

La parte más moderna (la cabecera) mantiene estructuras renacentistas y manieristas. Está formada por el crucero a modo de presbiterio y la Capilla Mayor donde se ubica el Altar Mayor. En estos espacios aparecen limpios pilares sosteniendo los arcos semicirculares y bóvedas de crucería de piedra (más elaborada la del crucero).

El anterior retablo del Altar Mayor procedía de la iglesia de Villaescusa de Palositos y ofrecía una estructura manierista de maderas doradas, una colección de tablas entre las que destaca un San Sebastián de violenta anatomía romanista, y algunos santos y padres de la Iglesia. Recientemente (2023) ha sido sustituido por uno nuevo, de estilo también manierista, presidido por la titular del templo (la Virgen de la Asunción), flanqueada por San José y el Niño y un santo dominico, coronado su ático el grupo escultórico del Calvario y una Gloria Celestial.

En la cabecera de la nave del evangelio, aparece la pila bautismal de estilo románico, adornando su copa pétrea una cenefa de gallones muy sencillos.

Por último, el coro se sitúa en alto, a los pies del templo, cubriendo las tres naves del primer tramo. Es sostenido por una serie de enormes vigas, de una pieza, en madera de nogal, talladas en pleno siglo XVI, mostrando una abigarrada serie de figuras, cabezas, roleos, símbolos y figuras mitológicas.