Posada Massó
La posada Massó de Villanueva de la Jara es un edificio situado en uno de los laterales de la Plaza Mayor del municipio. Fue construida por Juan Naranjo para ser utilizada como albergue de arrieros y caballerizas.
Se trata de una construcción popular renacentista, realizada en el siglo XVI con materiales pobres (madera, ladrillo, cal, barro y adobe). Tanto su estética como su estructura obedece a la casa manchega tradicional.
Este tipo de construcciones se caracteriza por poseer:
Cubiertas a una o dos aguas de teja curva (árabe) bajo la que se disponía un tablero de madera y entre ambos (teja y tablero), el cañizo o carrizo (mallas de cañas o paja) fijado con barro, como elemento aislante natural. Todo ello descansaba, unas veces sobre vigas de madera toscamente labradas en forma de tijeras (triángulos) y otras sobre simples troncos desbastados ligeramente inclinados para darle vuelo al tejado. Ambos sistemas se empotraban en los muros de carga.
Las paredes estaban enjalbegadas de cal y los zócalos se pintaban de añil (azul intenso); estaban realizadas en tapial (barro apisonado) de gran espesor, idóneas para protegerse de los rigores del clima. Regulaban de una manera natural la temperatura de las habitaciones, guardando el fresco en verano y el calor en el invierno.
Las habitaciones eran austeras, yuxtapuestas en muchas ocasiones, sin crujías interiores que las articulasen y situadas muchas veces a distinto nivel. Se comunicaban entre ellas de una manera directa a través de puertas con uno o dos escalones para salvar los desniveles. Los techos eran bajos, formados por troncos o vigas de madera (jácenas) unidas por bovedillas de ladrillo pintadas de cal. Los suelos estaban compuestos por baldosas de barro cocido sin pulir.
Las fachadas de las viviendas estaban constituidas por los espacios residenciales interiores (zonas nobles), con vistas a las plazas y calles principales; mientras la parte posterior se reservaba a almacenes, cuadras y bodega (áreas de trabajo). Las puertas y ventanas interiores no solían tener uniformidad en cuanto a su disposición y tamaño, apareciendo en muchas ocasiones descentradas con respecto a los ejes centrales de las habitaciones.
La cocina se situada en el piso inferior y era el gran espacio habitacional de la casa. Se articulaba en torno a un hogar para el fuego con una campana para la recogida de humos procedente de la leña quemada. A lo largo de sus paredes se abrían alacenas (despensas) con estantes, empotradas en los muros, que se cerraban por puertas de madera con celosía. A ambos lados de la chimenea, próximos al fuego, solían estar los poyales (asientos bajos corridos), adosados a las pareces de la cocina y hechos de material de obra.
Las cámaras eran grandes espacios diáfanos realizados a “hacha” (sin desbastar), situados en el piso superior, sirviendo de granero o pajar. Tenían un vano (piquera) abierto en una de las paredes que daban al patio, por donde se subía la parva (grano o paja) con la ayuda de horcas, soga y garrucha. El grano quedaba de este modo protegido de la humedad de las zonas bajas.
Las cuadras estaban situadas en planta baja, apartadas de las zonas nobles de la casa, con sus pesebres adosados a las paredes, colocados a media altura, donde comía y abrevada el ganado. Los suelos se encontraban empedrados para que no resbalasen (se abrieran) las bestias.
El corral o patio interior era la zona de desahogo del edificio, sitio donde guardar los carros, zona de paso hacia las cuadras y pajares, lugar donde se depositaba la leña bien colocada formando gavilleras y espacio donde se situaba el impluvio, con un pozo, el brocal y pilón en el centro, para la recogida de aguas de lluvia procedentes del tejado.
Descrita las generalidades de la casa manchega tradicional, las características concretas de la Posada Massó son: construcción de planta irregular, con una fachada a tres calles, un patio interior (corral) y en torno a él, las demás dependencias. Como novedad aparece una calle parcialmente cubierta, que recorre su interior comunicando la calle Nueva con la Plaza.
Su fachada principal está formada por dos alturas y un gran arco de entrada. El piso inferior está compuesto de un porche, de techo plano formado por traviesas de madera y sustentado por vigas de pie derecho y zapatas que descansan sobre unas toscas basas de piedra. En su pared interior se abren dos grandes puertas adinteladas de entrada al edificio, flanqueadas por ventanas con rejas. En su lado izquierdo, aparece una gran portada (portón) destinada al paso de carruajes, realizada en ladrillo y cubierta con un arco de medio punto, descansando sobre impostas y enmarcado en alfiz.
El piso superior está formado por una galería corrida, abierta a la plaza, con nueve huecos divididos por vigas de madera de pie derecho y zapatas recibiendo el entablamento. Posee una balaustrada (barandilla) de madera torneada que recorre toda la galería. En el lado interior se abren una serie de vanos del mismo tamaño, dispuestos de forma regular. El suelo lo compone un entarimado de madera.
Como elemento llamativo aparece un gran arco rebajado, a la altura del portón de entrada, abierto en la primera línea abarcando las dos alturas de la fachada, enmarcado en un alfiz enjalbegado de cal que apoya sobre dos columnas de piedra con capiteles toscanos y altas basas de piedra en forma de conos truncados e invertidos.
La fachada se cubre con tejadillo ligeramente inclinado compuesto por teja árabe. Como elementos decorativos aparecen el enjalbegado de sus paredes, el contorno de los vanos abiertos realizados en piedra, las columnas de piedra que sostiene el arco de entrada y la labor de herraje de las ventanas del piso inferior e interiores.
Actualmente el edificio se encuentra rehabilitado, siendo la sede de Oficina Municipal de Turismo de la localidad.
Posada Massó
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