Iglesia de Santa Quiteria de Elche de la Sierra

La iglesia de Santa Quiteria de Elche de la Sierra es un templo neoclásico construido según planos del arquitecto Francisco Pérez Rodríguez entre 1783 Y 1788. Es de planta de cruz latina, de tipo jesuítico, de una sola nave flanqueada por capillas laterales cubiertas con cúpula y unidas entre si, cabecera plana, crucero y coro en alto a los pies sobre un arco rebajado.

La nave consta de cuatro tramos. Se cubre con bóveda de cañón con fajones y lunetos, descansando ésta sobre un entablamento contínuo que se apoya a su vez sobre pilastras cajeadas de estilo corintio. Los arcos de medio punto dan paso a las capillas laterales.

En el centro del crucero se alza la cúpula con linterna. En los angulos de la cabecera existen sendas dependencias cuadradas, una sacristía y otra que hace las funciones de trastero.

Todo el interior de la iglesia, desde el punto de vista ornamental, es de una desnudez propia del estilo neoclásico acentuada con el enlucido que la recubre.

En el exterior del templo se da una combinación de volúmenes, con los cuerpos más bajos pertenecientes a las capillas laterales, en tanto que sobresalen en altura, las dos torres que aparecen en sus pies y el cimborrio que cubre el crucero. Este último tiene forma octogonal, realizado en ladrillo, con óculos ovalados en sus paredes laterales; se cubre con teja curva con buhardillas alternas y pináculo en el cenit compuesto de bola, veleta y cruz.

La fachada principal está situada en los pies, franqueada por dos torres (citadas anteriormente) y entre ellas un gran espacio central que acoge la puerta principal adintelada y rematada con frontón curvo. Encima de ésta se encuentra una ventana que ilumina el coro, y todo este espacio culmina con un gran fronton triangular con oculo central.

Las torres son de planta cuadrada, alzadas sobre basamentos, de tres cuerpos separados por impostas, paramentos lisos y se rematan por chapiteles de pizarra.

El templo tiene otra entrada abierta en la fachada norte a la calle de Antonio Machado. Se trata de una portada sencilla, sobreelevada con respecto al nivel de la calle y descentrada con respecto a esta fachada. Está realizada en piedra, inscrita en una fachada que consta de un alto zócalo de sillería con paramentos superiores realizados en sillarejo con refuerzo de sillares en las esquinas.