Iglesia parroquial de Nuestra Señora de los Olmos de Torre de Juan Abad

La iglesia parroquial de Nuestra Señora de los Olmos, en Torre de Juan Abad (Ciudad Real), está fundada sobre una pequeña capilla de planta rectangular que ya existía en 1243. Creada por la Orden de Santiago, se puede apreciar su impronta en la cruz-espada característica de los caballeros santiaguistas en los frontones del templo. 

Las trazas actuales del edificio datan del siglo XV, aunque la mayor parte de su obra es posterior, realizada en los siglos XVI y XVII, con predominio de estructuras renacentistas. Sufrió varias reformas hasta el siglo XVIII.

El exterior del templo está construido totalmente con piedra de sillería, exquisitamente labrada, constando de tres grandes volúmenes diferenciados: la torre de 21,90 mts. de altura, de dos cuerpos, orientada al W, y situada a los pies del tempo; un cuerpo intermedio formado por una nave de planta rectangular, cubierta a dos aguas; por último, la cabecera del templo, situada al E., sobresaliendo en anchura y en altura del resto del edificio, reforzada en sus ángulos por poderosos contrafuertes.

Las fachadas del templo poseen dos pórticos de entrada, el principal, orientado al mediodía, es una portada renacentista de dos cuerpos. El material de sus columnas es de roca arenisca en jaspeado precioso que aparenta ser de mármol. La otra puerta más sobria, orientada al norte, posee un sencillo arco conopial. La sacristía, al sur, se presenta como un cuerpo de menor altura añadido con posterioridad.

El interior del templo tiene actualmente un aspecto barroco, fruto de las últimas restauraciones, teniendo también varias zonas diferenciadas:

Una nave rectangular de paredes lisas y encaladas, con unas medidas aproximadamente de 24,50 mts. de longitud, 8,00 mts. de anchura, dividida en cuatro tramos, pilastras adosadas a los muros, una cornisa que recorre todo el interior y arcos de medio punto que soportan una bóveda de cañón con lunetos. A sus pies se sitúa el sotocoro con arco rebajado en parte inferior y el coro encima y un órgano barroco, situado próximo a los pies del templo, en el lado del evangelio, construido en el siglo XVIII.

A continuación, se sitúa la zona de cabecera del templo, proyectada por el maestro Juan de Arana (colaborador de Vandelvira), en la 2ª mitad del siglo XVI, que a su vez consta de dos espacios, el presbiterio y el ábside.

El presbiterio es un espacio de planta rectangular, más ancho y alto que la nave que le antecede, funcionando como un falso crucero, con brazos muy cortos, al fondo de los cuales se sitúan dos retablos de estilo barroco. Este espacio queda cubierto con una cúpula de media naranja apoyada sobre pechinas.

Adosado al presbiterio se abre un espacio absidial de tres paños con ventanas abocinadas abiertas en ellos, donde se ubica el retablo del altar mayor, en un ochavo casetonado sobre trompas aveneradas y columnas clásicas de capitel corintio. Dicho retablo es una obra manierista, realizado en 1589, en madera dorada y policromada, obra del maestro Francisco Cano. Tiene tres calles centrales y dos laterales con alternancia de frontones curvos y triangulares. En su parte superior, a manera de sobrecubierta del retablo, hay un rico artesonado de madera tallada y decorada.

De este modo, la Iglesia parroquial de Nuestra Señora de los Olmos, advocación dada en referencia a la abundancia de estos árboles durante la antigüedad alrededor de la población, en su edificación actual, conserva la fábrica material, las pinturas del presbiterio, el retablo mayor, los retablos colaterales y el órgano de Ceballos. En el conjunto de todos estos elementos podemos conocer, apreciar y estudiar la presencia e impronta de los gustos estéticos presentes en todas sus fases constructivas, desde la tradición mudéjar hasta las concepciones barrocas, pasando por el dominio de las estructuras tardo góticas y su depuración hasta formas desornamentadas, herederas de las principales escuelas renacentistas.