La Sala de los Moros es un yacimiento arqueológico que se sitúa sobre el Cerro de Turruchel, de 908 m de altitud, en la zona oriental del término municipal de Argamasilla de Calatrava, integrada en la Sierra de Calatrava, cuya cuerda separa los términos de Argamasilla de Calatrava y Puertollano (Ciudad Real) y los valles de los ríos Tirteafuera, al norte, y Ojailén, al sur.
Se considera un yacimiento de excepcional interés de acuerdo al papel histórico que pudo desempeñar en las diferentes etapas de su desarrollo, que comprende un periodo cronológico amplio al presentar una fase prehistórica de la Edad del Bronce (y tal vez también calcolítica) y otra protohistórica de la Edad del Hierro (periodo ibérico-oretano).
Durante la Edad del Bronce fue probablemente un lugar de hábitat, del que se conservan restos de estructuras (posible recinto perimetral, aljibe rupestre, covacha) y material arqueológico (cerámicas a mano). Sus características son semejantes a la de otros yacimientos próximos de la Sierra de Calatrava, que forman un conjunto muy importante por su número y la entidad de sus restos, y que ocupan un territorio de marcado carácter estratégico de dominio de los valles del Tirteafuera y del Ojailén y de las rutas y pasos de este territorio hacia la Meseta y el Valle del Guadalquivir.
Parece posible que la construcción del edificio monumental conocido desde siglos pasados con el nombre de Sala de los Moros se produjera ya en la etapa protohistórica. Este edificio, debido a sus características y envergadura, constituye un hito evidente en el territorio, lo que le confiere un valor estratégico. En el contexto del mundo oretano ocupa una posición privilegiada dominando el territorio de explotación del valle del río Tirteafuera, donde existe un número importante de pequeños asentamientos agropecuarios situados en las tierras de la vega, y al mismo tiempo ocupa una posición intermedia entre tres grandes oppida oretanos: las antiguas ciudades de Oretum Germanorum (Cerro Domínguez, Granátula de Calatrava), Sisapo (La Bienvenida, Almodóvar del Campo) y Cerro de Alarcos (Ciudad Real).
En sí misma, la construcción principal de la Sala de los Moros reúne unas características constructivas que la convierten en un edificio monumental: ubicación privilegiada, visibilidad desde un entorno muy amplio, notables dimensiones, paramentos ciclópeos, técnica edilicia de calidad, etc… Algunos aspectos de su tipología permiten ponerla en relación con los recintos fortificados y torres de época ibérica, mientras que otros permiten encontrar analogías con la arquitectura funeraria monumental de la Protohistoria. Debido a todo ello podemos considerar que se trata de un edificio bastante singular, tanto a nivel provincial como regional e incluso dentro de la Arqueología de la Península Ibérica.
El yacimiento es muy conocido a nivel científico y popular, debido a la entidad de sus restos principales. Aparece citado en las "Descripciones del Cardenal Lorenzana" (1784), en las que se le menciona como “mazmorra” y en la "Historia de la Provincia de Ciudad Real" de A. Blázquez (1898).
A comienzos de los años 60 del siglo XX Manuel Corchado Soriano se interesó por el edificio tras unas prospecciones arqueológicas de la zona y llevó a cabo una intervención de desescombro del mismo. A partir de sus publicaciones, el yacimiento aparece en los repertorios arqueológicos provinciales y, con la realización de la Carta Arqueológica de Argamasilla de Calatrava, se incluye en el Inventario del Patrimonio Cultural de Castilla-La Mancha.
El conjunto de edificaciones que conforman la Sala de Los Moros se sitúa sobre la cresta del cerro del Turruchel, de planta más o menos triangular. Está formado por una construcción principal, restos de un recinto perimetral y, en sus inmediaciones, un aljibe excavado en la roca y covachas naturales con posible ocupación prehistórico e histórica.
En el centro del conjunto sobresale el edificio principal, una gran construcción, de planta rectangular construida mediante bloques de cuarcita de tamaño mediano y grande, en ocasiones combinados con ripios y trabados en seco.
Es posible que el acceso a la cámara se realizase por el sur, donde el pasillo termina en un remate absidal fabricado mediante mampuestos y sillarejos de menores proporciones, que apoyan directamente sobre la roca madre, rebajada en talud para facilitar un acceso eventual. La laja que se encontraba sobre esta zona absidal se encuentra removida de antiguo.
Con respecto a su datación, los materiales cerámicos identificados en la excavación realizada por Corchado y los localizados en las posteriores prospecciones arqueológicas remiten a cronologías de la Edad del Bronce y, sobre todo, de la II Edad del Hierro, con fragmentos de cerámica a torno pintada ibérica, claramente pertenecientes al denominado tipo Valdepeñas (ss. V-III a.C.).
La mayor parte de los investigadores se inclinan por considerar de este momento la gran construcción central del yacimiento, aunque tanto su adscripción cronológica como su interpretación por medio de datos meramente comparativos es difícil, teniendo en cuenta su singularidad y la falta de paralelos; si es de destacar que en su construcción se observan rasgos que pueden ponerse en relación con las técnicas constructivas de raíz mediterránea que se imponen en este contexto cultural, y que caracterizan la fisonomía de este tipo de construcciones: obra de sillería en seco de elaboración cuidada, uso de paramentos ciclópeos, espacios absidados construidos en pseudosillería, etc.
El análisis de la estructura, el tamaño del edificio y la existencia de la cámara interior, poco apta para la habitabilidad, así como la aparente inexistencia de restos arqueológicos que denoten una actividad doméstica o estructuras arquitectónicas de hábitat asociadas, son aspectos que parecen alejar a la Sala de los Moros de los modelos de recintos y torres fortificadas de época ibérica para acercarla, de alguna manera, a modelos funerarios, aunque, por otro lado, existen grandes diferencias en muchos aspectos con estos modelos y no existen paralelos análogos por su arquitectura y, sobre todo, por su ubicación.
El 22 de febreo se publica su declaración como Bien de Interés Cultural, con la categoría de Zona Arqueológica, más información AQUÍ
Carmelo Escude… el Jue, 16/06/2022 - 16:21
Muy interesante el reportaje, me gustaría poder visitarlo junto con las personas que hacemos de vez en cuando rutas por el término de Argamasilla de Calatrava junto a nuestro guía Angel, o bien a través y de acuerdo con el equipo municipal. Quedo a la espera de qué nos manden más información. Gracias de antemano.
Jose el Lun, 27/02/2023 - 08:08
¿Se puede visitar libremente?¿Es necesario pedir permiso?