La plaza, lugar de encuentro por antonomasia en torno a la cual gira la vida de muchas localidades. Todas las plazas, donde se ubiquen, hablan silenciosamente de la historia de su pueblo o ciudad. Lugares pequeños y acogedores, donde disfrutar de la luz, el sol, la arquitectura y su entorno.En esta ocasión queremos invitarte a recorrer las plazas de cinco lugares especiales de Castilla-La Mancha, plazas que forman parte de la exposición "Un Patrimonio de Todos" , una muestra que ha recorrido muchos puntos de la región.
Plaza de Alcaraz (Albacete)
Comenzamos en Alcaraz, un municipio situado al sureste de la provincia de Albacete y en origen una ciudadela fortificada, al ser un punto estratégico entre los Reinos de Murcia, Granada y Castilla. Cuenta entre sus monumentos más notables con el castillo (S.XI) y la plaza mayor (S.XVI).
El castillo, situado sobre el cerro de S. Cristobal, fue construido entre los S. X y XI en época califal; se trata de un gran recinto de planta rectangular que se desarrolla siguiendo un plan establecido de forma predeterminada, que posteriormente se transforma levemente en función de las necesidades o las construcciones que se van añadiendo. Presenta dos tipos de fábricas el tapial, mayoritariamente en mampostería dispuesta en tongadas unidas de mortero de cal, y la mampostería irregular trabada igualmente con mortero de cal.
La plaza mayor se empezó a construir en los primeros años del siglo XVI con el fin de conseguir un espacio amplio, con soportales, para dar respuesta a las necesidades del mercado y de la convivencia. Con trazado rectangular, tiene la particularidad de abrirse hacia saliente sobre la plazuela de la Iglesia de la Trinidad y las cuestas que descienden por este lado de la población. En su ángulo sureste se encuentra dominada por las dos magníficas torres, la Torre de la Trinidad (de la iglesia) y la Torre de El Tardón.
Al sur, la plaza se cierra por la Lonja del Corregidor, que estaba adosada al desaparecido convento de Santo Domingo. Otras dos lonjas cierran la plaza, la Lonja del Ayuntamiento o del Ahorí, al norte, y la Lonja de la Regatería, al oeste, ambas de un sobrio clasicismo, con doble galería y de fines del siglo XVI, la primera de 1.558 (reformada en 1.884) y la segunda de 1592.
En el ángulo noroeste de la plaza se encuentran el Arco de la Zapatería y la Casa de la Carnicería, obras de finales del siglo XVI. Notable es también el cierre parcial del espacio por el lado oriental: el muro lateral de la vandelviresca Capilla de San Sebastián, con magnífico óculo, y entre cueros retorcidos escudo de la ciudad y cartela, en la que consta la fecha de 1.592.
El reciente descubrimiento de la presencia del pintor renacentista Juan de Borgoña en esta ciudad (retablo mayor de la iglesia de la Trinidad), ha incrementado notablemente su valor patrimonial.
Plaza de San Carlos del Valle (Ciudad Real)
En la comarca del Alto Guadiana Mancha, al noroeste de Ciudad Real, encontramos el magnífico conjunto de la plaza de S. Carlos del Valle. Construida entre el 1.713 y 1.729, pertenece al conjunto de plazas y edificios porticados castellanos con galerías de madera. El complejo arquitectónico presenta un singular urbanismo, donde el punto central es la propia plaza.
En su fachada norte se encuentra el Ayuntamiento y una antigua escuela con una galería. La fachada este es la más representativa en planta baja, se encuentra otra galería porticada soportada con columnas compuestas de piedra sobre las que descansan dos plantas de galerías de madera.
El lado oeste, con un balcón corrido en un tercio de su lado, aparece ocupado por la Iglesia de Cristo del Valle, un imponente edificio barroco de planta centralizada que domina la perspectiva de la plaza mayor. La fachada sur, al igual que la del norte, solo tiene una planta de galería de madera.
Los paramentos son de mampostería atada con hiladas de ladrillo de tejar que llegan a sustituir a la piedra en los jambeados de los huecos. La mayoría de los paramentos de mampostería están enlucidos y pintados en blanco.
Plaza de San Clemente (Cuenca)
En la provincia de Cuenca, dentro de La Mancha de Montearagón, se ubica la villa de San Clemente. Su plaza mayor aparece dominada por un imponente edificio renacentista. No se conoce la fecha exacta de la construcción del ayuntamiento de San Clemente, aunque se sabe de la existencia de las llamadas "Casas del Ayuntamiento", en documentos fechados en septiembre de 1535, lo que permite afirmar que éste data, al menos del S. XVI. El edificio es obra de Domingo Zaldivi, si bien se cree que sus trazas se deben a Andrés de Vandelvira (1509-1575), arquitecto y cantero renacentista, de la escuela plateresca de Toledo, que trabajó en el centro y sureste de la Península (Uclés, Alcaraz, Jaén, Úbeda...).
Se trata de un edificio civil de estilo renacentista de dignísima traza, fábrica de sillería, torreón en el lateral izquierdo y en el derecho, un amplio arco de medio punto.
Tiene planta rectangular, con prolongación hacia la parte trasera del edificio, también rectangular, en el cuerpo central. Este cuerpo consta de dos plantas, la planta baja se dispone en zaguán de entrada y se cubre formando un porche de siete vanos originados por la distribución de otros tantos arcos de medio punto que se apoyan sobre columnas dóricas. La segunda planta se corresponde con los arcos del soportal, siete huecos de balcón, con arcos de medio punto. Sobre la arquería una doble imposta corrida soporta un pretil adornado con bajorrelieves de estilo renacentista, enmarcado por columnas.
El torreón se compone de cinco cuerpos separados por impostas. En el tercero de ellos se puede apreciar un gran reloj situado entre dos ventanas rectangulares. En el cuarto se estrecha la espadaña, apreciándose a ambos lados remates de pináculos con bolas de piedra. Como elementos decorativos encontramos un escudo de los Austrias en el centro de la fachada y los medallones con efigies del emperador Carlos V y su esposa Isabel de Portugal.
El edificio alberga un interesante archivo con documentos que se remontan al S. XIII, además de ser una de las sedes de la Fundación Antonio Pérez, un museo de Obra Gráfica donde se exhiben las obras de ese autor, así como otras piezas que abarcan desde mediados del S. XX hasta la actualidad.
Plaza del Trigo de Atienza (Guadalajara)
En la Serranía de Guadalajara, al norte de dicha provincia, descubrimos la villa de Atienza, cuyo origen remoto es la antigua "Tithya", enclave arévaco que se resistió a los romanos a la vez que Numancia. Se han encontrado restos celtíberos en sus alrededores.
La época de esplendor de la villa fue la Baja Edad Media, momento en que se convirtió en enclave de importancia estratégica, al estar situada en la frontera entre los dominios castellanos y los reinos musulmanes. En el S. XII, tras varios periodos de pertenencia castellana, la villa fue arrebatada definitivamente a los musulmanes y pasó a formar parte del Reino de Castilla.
Desde 1149 gozó de fuero, concedido por el rey Alfonso VII, estableciéndose la denominada Comunidad de Villa y Tierra de Atienza. Se convirtió así en cabeza visible de una comarca con 131 aldeas y unos 2.500 km² de extensión. Además, los reyes de Castilla aprovecharon el carácter fronterizo de la villa para promover, a través del fuero, a actividad mercantil: de hecho, en Atienza destacó el gremio de arrieros.
La ciudad incluye distintos estilos arquitectónicos en sus edificios, abarcando desde el románico, el gótico, el barroco fulgurante y el rococó desplegado a través de varios siglos de historia, -del XII al XVIII- como se puede apreciar en sus numerosas iglesias.
Entre las construcciones de carácter civil, destaca la plaza del Trigo, también denominada plaza del Mercado o de D. Bruno Pascual, se encuentra en el centro de la villa, comunicándose con la plaza de España a través del Arco de Arrebatacapas. Esta popular plaza se organiza según el esquema tradicional castellano manchego, con fachadas enfoscadas de cal, vigas y pilares de madera vistos, creando soportales sustentados por columnas de piedra.
Plaza de Tembleque (Toledo)
Por último, en la comarca de La Mancha toledana, podemos disfrutar de la plaza mayor de Tembleque. Según fuentes escritas conservadas, esta plaza se terminó en 1598; es un espacio público con una fisionomía típica de las plazas manchegas castellanas, tal y como hemos apuntado anteriormente.
Se caracteriza por el empleo de entramados de madera, con pilares, toscos canecillos, zapatas y forjados de bovedillas de yeso corrido en sus plantas altas y el soportal bajo columnas de piedra caliza, junto con unos singulares elementos decorativos de tallas vegetales que flanqueada cruz de San Juan en los antepechos, recuerdo de la dependencia de la villa del Priorato de la Orden, cuya cabecera estaba en Consuegra.
Es de planta rectangular, aunque irregularmente trazada, con tres de sus cuatro lados formando galerías de tres alturas donde se alternan las columnas de piedra en la planta baja con vigas de madera soportadas por zapatas en las dos plantas superiores.
El edificio del Ayuntamiento, construido en 1654, se encuentra insertado en uno de los laterales porticados de la plaza. Ésta tiene una característica disposición para utilización como coso taurino, con el monumental torreón para uso de la presidencia y la especial configuración de las galerías.
El acceso principal a la plaza está cubierto por un voladizo coronado por un mirador a cuatro aguas. El resto de las cubiertas son a dos aguas con teja curva. El suelo es empedrado formado por canto rodado.
Fue declarada monumento histórico en 1973 y ha sido recientemente remodelada lo que nos permite, hoy en día, disfrutar de una plaza mayor que conserva aún su fisonomía y encanto original.
Manuel Leiva R… el Vie, 12/08/2022 - 14:17
Muy bonito todo! Me encanto.
Blanca García el Sáb, 27/07/2024 - 17:35
Gracias por compartirlo, es precioso !