En 1908 el cronista Eusebio Vasco pronunciaba desde el Teatro Viuda de Heras de Valdepeñas la reseña histórica del 6 de Junio de 1808. Este simbólico alegato en favor de los lazos culturales comunitarios se alumbró en el transcurso de las veladas literarias celebradas con motivo del primer centenario de la efeméride, recordada cada año como emblema patrimonial. 

Muchas fueron las revueltas populares que se desencadenaron durante la invasión napoleónica en la Comunidad de Castilla-La Mancha. Remembranza y resignificación se convierten en claves de una historia compartida, evocada por la ciudadanía bajo la forma de una recreación histórica, sentida y vivida bajo el impulso popular.

La provincia histórica de La Mancha era el paso obligado para las tropas francesas en dirección a Cádiz. Parapetada tras sus murallas, con el amparo de la costa y el apoyo de la flota británica, en la histórica Gadir se estaba gestando el germen de la soberanía nacional. Estos ecos de libertad resonarán en cada pueblo en el momento de la jura de la Constitución de 1812, episodio final de nuestro relato.

Sin embargo, todo comenzaría años antes, a mediados de julio de 1808, cuando el General de División Pierre Dupont de l Étang avanzaba hacia su flagrante derrota. ¿En qué medida la resistencia de las poblaciones de la Mancha tuvo influencia en el desenlace final de Bailén?

Las villas de la Mancha surcaban de norte a sur el Camino Real de Andalucía, trazado durante el reinado de Carlos III. Esta vía se revelará esencial para las comunicaciones y, en el caso que nos ocupa, para el trasiego de efectivos militares provenientes de la Villa y Corte. Este camino de arrieros y postillones era el espacio por el que transitaban las noticias acaecidas en la capital.

Aquel 2 de Mayo de 1808 se encendió la chispa de la revolución popular para después propagarse, como una función de pólvora, por los pueblos que sorteaban el que pronto se convertirá en un camino de misivas transportadas por el sistema de postas. A comienzos de junio de 1808 tienen lugar en Santa Cruz de Mudela y Valdepeñas las primeras manifestaciones del revuelo popular ante los saqueos indiscriminados de los efectivos napoleónicos en las poblaciones del Camino Real. 
En la madrugada del 6 de junio de 1808 avistaba la villa de Valdepeñas desde el cerro de las Aguzaderas Louis Liger-Belair, general de la División de Vedel. Bajo su mando, un regimiento de caballería conocido como los Dragones imperiales.

La Junta de Defensa local acudió a parlamentar con Liger-Belair para evitar la entrada de la caballería a la población. La obra de Eusebio Vasco Gallego “Guerra de la Independencia: Ocupación e Incendio de Valdepeñas” rescata en 1908 los nombres de las autoridades civiles y religiosas que intervinieron en este parlamento. Todos ellos encarnan la primera de las escenas de la recreación desde un espacio estratégicamente alineado con las Aguzaderas, la Plaza de la Independencia.

El segundo episodio rememora un mito rescatado por la prensa decimonónica. La Fraila cobra vida en el escenario habilitado en las inmediaciones de la ermita de San Marcos, trasunto escenográfico de su homóloga en Consolación. Su destrucción en los años posteriores a 1808 nos ha legado un testimonio pictórico a través la obra de Eduardo Núñez, expuesta en el Museo de los Molinos de esta localidad. La referencia a las funciones de la santera nos traslada a una ermita en una parada de postas en el Camino Real. La cartografía de finales del siglo XVIII refleja una red de ventas asociadas al tránsito postal, entre las que se encuentra esta Venta de Consolación. 

Nuestro relato prosigue con la escena protagonizada por la heroína por excelencia de esta gesta, Juana Galán. La iconografía de la Galana con el atributo de la cachiporra, enfrentándose cuerpo a cuerpo con los Dragones, la asimila a otras figuras femeninas emblemáticas de la Guerra de la Independencia. Con apenas 20 años de edad, su carisma ha traspasado las barreras del tiempo para instalarse en el acervo colectivo como símbolo de lucha por la libertad. La fuerza expresiva de la arenga de Juana Galán a los vecinos que disponen la barricada en la Calle Ancha es uno de los hitos de la escenificación. 

Tomando una referencia literaria que nos remite al dramaturgo Francisco Nieva, se construye el diálogo de las Campechas, la cuarta de las escenas. Esta historia de solidaridad derriba la férrea línea divisoria de los bandos en combate para abogar por la empatía hacia el sufrimiento de un soldado francés herido. 

La capilla de San José es uno de los elementos patrimoniales más singulares de Valdepeñas. Sus orígenes en la Edad Moderna lo convierten en coetáneo de los acontecimientos de 1808. La puesta en valor de la arquitectura como escenario de este proyecto de dramatización es uno de los objetivos que lo animan. 
La oración como punto de encuentro de la memoria colectiva en momentos de incertidumbre toma forma en Suenan las campanas. Su tañido a rebato anuncia la llegada de la caballería. Las maromas tensadas desde los extremos de la calle y los objetos punzantes enterrados bajo el albero nos remiten a un combate desigual, representado en la obra de Eugenio Bonell, exhibida en la Museo del Vino. La cultura religiosa heredada de la Edad Moderna y su trascendencia documental hacen su aparición en este discurso que atiende al sentimiento compartido.

La última escena de la Calle Seis de Junio nos traslada a la figura de Francisco Abad Moreno. Conocido popularmente como Chaleco, fue el artífice de una partida de guerrilleros de gran actividad en diversos puntos de la región, el Escuadrón de Húsares Francos de Valdepeñas. En este capítulo cobran un especial simbolismo los pliegos de cordel como medio para la transmisión de noticias. Chaleco llega a su villa natal en los difíciles años de la ocupación napoleónica que siguieron al heroico 6 de junio de 1808. Es un periodo de emigración, escasez y supervivencia para todas las poblaciones de La Mancha. El estudio documental del Hospital del Buen Suceso evidencia estas circunstancias en el periodo comprendido entre 1808 y 1812.

El final de nuestro relato nos conduce a otro espacio de relevancia patrimonial, la ermita de la Veracruz. En ella se escenifica uno de los hechos más significativos de la Guerra de la Independencia. La jura de la Constitución de 1812 en los distintos pueblos de la provincia de La Mancha es recogida por las fuentes documentales con un afán descriptivo que ha permitido reconstruir lo que sucedió el 8 de septiembre de ese año en Valdepeñas. 

El carácter inédito de esta última escena la dota de una especial significación. En esta lectura histórica en términos patrimoniales, la plaza pública y la iglesia parroquial son recreadas a modo de trampantojo en el interior de la ermita. La presencia en los actos del comisionado de la Junta de la Provincia, un Oidor de la Audiencia de Valencia, el alcalde, regidores municipales y representantes del cabildo eclesiástico aderezan del rigor histórico requerido a esta desconocida y por ello aún más interesante puesta en escena.

El cumplimiento del Real Decreto, acordado por las Cortes Generales y Extraordinarias de la Nación reunidas en Cádiz, en las villas de La Mancha vino acompañado de celebraciones festivas. El retablo mayor iluminado y una plaza pública presidida por un tablado con arcos y el retrato de Fernando VII nos remiten al sentimiento liberador en el momento de la retirada de la Grande Armée. Las plazas con soportales presenciaron corridas de toros y funciones de pólvora ante el regocijo del pueblo.

La recreación histórica nos invita a revisitar nuestro pasado como comunidad. El legado y su transmisión intergeneracional se nutre de diversas fuentes para volver a emerger con renovado dinamismo en cada representación.

Es tal la potencia cohesiva del patrimonio inmaterial, que su vitalidad se intensifica merced a estas manifestaciones de participación, en las que cada engranaje del cuerpo social es irremplazable

La Mancha, 1808 es un relato de superación y renovación. En el punto de encuentro entre el mito y la realidad, la construcción de esta narrativa recreada es una decidida puesta en valor de la intrahistoria que subyace a la incertidumbre.

Bibliografía: 

Jesús Morales, E. (2023). Proyecto de recreación histórica: un relato de la invasión napoleónica en términos patrimoniales. En III Congreso Internacional de Musealización y puesta en valor del patrimonio cultural “Legatum 2.0”.  En prensa.

Jesús Morales, E. (2021). Actividad hospitalaria en Valdepeñas en el tránsito de la Ilustración a la guerra de la Independencia. En Revista de la CECEL “Hospitales y su entorno III”, núm. 21 (pp. 197-239). Madrid: CECEL-CSIC.

Jesús Morales, E. (2018). Mandas testamentarias y cultura religiosa en la Edad Moderna: un estudio de la villa de Valdepeñas. En las Actas del Congreso Nacional “Arte, Cultura y Patrimonio” (pp. 321-340). Ávila.

Jesús Morales, E. (2016). Tras el 6 de junio de 1808: la ocupación francesa de la villa de Valdepeñas 1808 – 1814. En II Congreso Nacional “Ciudad Real y su provincia” (pp. 550-572). Ciudad Real: Instituto de Estudios Manchegos CSIC.

Jesús Morales, E. (2010). Las Ordenes Militares y la Guerra de la Independencia: un estudio del archivo parroquial de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Valdepeñas, 1808 – 1813. En “Cuadernos de Estudios Manchegos”, num. 34 (pp. 273-284). Ciudad Real: Instituto de Estudios Manchegos CEDEL-CSIC.

Jesús Morales, E. (2009). La Guerra de la Independencia en Valdepeñas y su vinculación con el Campo de Montiel. En “Anuario Jurídico- Económico Escurialense” núm. 42 (pp. 551-570). San Lorenzo de El Escorial: Real Centro Universitario María Cristina.

Perez Galdós, B. (2018). Episodios Nacionales, IV Bailén. Madrid: Alianza editorial.

Vasco Gallego, E. (1908). Guerra de la Independencia: Ocupación e Incendio de Valdepeñas por las tropas francesas en 1808.Valdepeñas: Imprenta de Mendoza.

Recursos on-line: 

Jesús Morales, E. (2023).  Dinámicas de dramatización en el aula. En “Revista Didáctica, Innovación y Multimedia DIM”, núm. 41.  

Jesús Morales, E. (2023). Prensa digital

Fuentes archivísticas

Archivo Parroquial de la Iglesia de la Asunción de Nuestra Señora, Valdepeñas, libro 8 (Actas de Defunción).

Agradecimientos

A la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Valdepeñas.
A las asociaciones participantes en la recreación: AFAD, Teatro Solidario, Pasión Viviente, Asociación 6 de Junio, Grupo de Teatro Entrebambalinas, AFAMMER, Grupo Artístico-Literario El Trascacho, Alumnos de los tres Institutos de Educación Secundaria de Valdepeñas y Peña la Boina. 
 

Autora; Eva Mª Jesús Morales
Profesora en el Grado de Geografía e Historia de la UNED- Ciudad Real.