La Academia de Ingenieros Militares de Guadalajara (1833-1932). Documento del mes en el Archivo Histórico Provincial de Guadalajara.
LA ACADEMIA DE INGENIEROS MILITARES DE GUADALAJARA (1833-1932).
[EL REY ALFONSO XIII DURANTE LA ENTREGA DE DIPLOMAS EN EL PATIO DE LA ACADEMIA DE INGENIEROS DE GUADALAJARA. 11 de julio de 1909]
(Fotografía de Francisco de Goñi y Soler).
Signatura AHPGU, AFGU-00007-00781-VD.
Colección Goñi, Fondo Agrupación Fotográfica de Guadalajara.
“El Rey en la Academia de Ingenieros” <sic>. (Título otorgado por el autor a la fotografía).
Negativo, placa de vidrio, 9 x 12 cms.
Esta fotografía forma parte de la Colección Francisco de Goñi y Soler, propiedad de la Agrupación Fotográfica de Guadalajara, en depósito en el Archivo Histórico Provincial de Guadalajara y que en esta ocasión nos sirve para recordar una institución, la Academia de Ingenieros Militares, que durante un siglo (1833-1932) se constituyó no sólo como centro de formación militar sino como pieza clave del desarrollo tecnológico y científico de la Aerostación y la Aeronáutica en España.
El próximo 9 de febrero, de este año en curso 2024, se cumplirán cien del fortuito y fatídico incendio que destruyó casi por completo todas sus dependencias, particularmente el edificio principal, el palacio de Montesclaros -anterior sede de la Real Fábrica de Paños (1719-1822), así como los gabinetes de Fotografía, Física, Química, Construcción y Mineralogía, gran parte de sus contenidos, colecciones de modelos, libros, documentos y obras de arte, aparatos de precisión y medida, el propio archivo histórico de la institución, su magnífica galería de retratos de ingenieros militares y la biblioteca, con más de 28.000 volúmenes que incluían decenas de incunables procedentes de la histórica Academia de Matemáticas de Barcelona.
Del incendio se salvaron el llamado Picadero y los pabellones cercanos al barranco del Coquín, dependencias hoy ocupadas por el Archivo General Militar de Guadalajara perteneciente al Ejército de Tierra. Desde entonces, y hasta su traslado definitivo a Segovia en 1932, la Academia continuó sus actividades en esos edificios anexos y en el Palacio de don Antonio de Mendoza, hoy Liceo Caracense.
En sus aulas se formaron 115 promociones por las que pasaron más de 2.200 oficiales ingenieros, profesores y alumnos, que han sido referentes e importantes personajes no sólo por su trayectoria castrense sino por sus aportaciones al avance de la ingeniería y la técnica en todo lo relacionado con la Aerostación y la Aeronáutica y sus derivaciones científicas como la climatología, la planimetría y la fotogrametría, así como los aspectos bélicos tocantes a estas materias. A modo de ejemplo podemos destacar nombres como los de José Ortiz Echagüe, Pedro Vives Vich, Mariano Barberán, Emilio Herrera Linares, Alfredo Kindelán, Eduardo Barrón y tantos otros.
Además de esta fotografía del rey Alfonso XIII entregando los despachos a los nuevos oficiales ingenieros, completamos la información gráfica con algunas otras imágenes relacionadas con el incendio, el propio edificio del Palacio de Montesclaros y una noticia del periódico “La Unión”, del 10 de julio de 1909, sobre los preparativos por parte de la ciudad de Guadalajara de esa visita real.
El archivo fotográfico de Francisco Goñi fue depositado en el Archivo Histórico Provincial de Guadalajara a través de un comodato firmado entre la entonces Consejería de Cultura y la Agrupación Fotográfica de Guadalajara en marzo de 2007.
Este fondo tiene un gran valor como documento histórico y artístico. Constituye un retrato formidable de la provincia de Guadalajara y en general de España. Se trata de una de las colecciones más representativas y artísticas de la época. Está formado por 863 placas de cristal de 9 x 12 en su mayoría.
Francisco de Goñi y Soler (Madrid, 1873- Guadalajara, 1936) perteneció a una familia de la alta burguesía. Ingresó en la Academia de Artillería de Segovia, aunque pronto abandonó la milicia para dedicarse profesionalmente a la fotografía.
Goñi fue fiel seguidor y amigo de la Familia Real e hizo de su cámara el testigo de honor de los momentos menos protocolarios de la Corte. Viajó con Alfonso XIII por todo el país. Su temática es amplia, ya sea del Rey acompañado de su séquito en cacerías o de tiernos momentos compartidos con sus hijos en los jardines de palacio. Su obra no se circunscribe en exclusiva al ámbito real sino también da testimonio del discurrir cotidiano de la época y sus costumbres.
Además de retratar la vida protocolaria y ociosa del Rey, sus reportajes cubrieron otros géneros de la época: desde los toros y el deporte hasta la información política y crónica social de sucesos.
En 1918 abandonó Madrid y fijó su residencia en Guadalajara. Trabajó como funcionario de la administración y regentó un comercio aunque nunca se desligó por completo de su actividad fotográfica. Fue entonces cuando realizó reportajes sobre las
prácticas aerostáticas en el aeródromo de Guadalajara, mítines de Primo de Rivera, visitas del Rey a la ciudad, etc… Finalmente murió asesinado en diciembre de 1936 en la cárcel de Guadalajara por su condición de hombre afecto a la Monarquía.
BIBLIOGRAFÍA
García Bodega, Andrés (2006): Guadalajara y los ingenieros militares.
Pradillo y Esteban, Pedro José (2008): Guadalajara, cuna de la aerostación española.
Riánsares Serrano Morales
Directora del Archivo Histórico Provincial de Guadalajara
Rafael de Lucas Vegas
Archivero AHP Guadalajara