MOLINOS DE CAMPO DE CRIPTANA
Actualmente y hasta nuevo aviso sólo se puede realizar la visita de una forma guiada y con cita previa (teléfono: 926 56 22 31)
Los Molinos de Viento de Campo de Criptana (Ciudad Real) están situados en los parajes de "Sierra de los Molinos" y "Cerro de la Paz".
Según el Catastro del Marqués de la Ensenada, en 1752 habían censados 34 molinos de los que en la actualidad se conservan diez molinos, siendo tres de ellos originales del siglo XVI (Infanto, Burleta y Sardinero) y los siete restantes (Lagarto, Culebro, Pilón, Cariari, Inca Garcilaso, Quimera y Poyatos) construidos a partir de 1900.
El origen de los molinos de viento lo encontramos en la antigua Persia, pero es en la Edad Media cuando aparecen en el área mediterránea.
El molino criptanense es del "tipo torre", construido a base de piedra y cal blanqueada y cubiertas con armazón de madera de forma cónica. Su planta es circular, con un grueso muro que soporta un techo giratorio para orientarse cara al viento.
Están situados en alto, azotados por corrientes de aire continúa producidas por la elevación del terreno, en el corazón de la Mancha (del árabe Al-Ansha), en una comarca cerealista con escasez de agua y falta de arroyos y ríos con caudal constante.
Estructuralmente disponen de tres plantas:
El piso superior junto con el espacio interior cónico formado por el tejado, alojaba la maquinaria compuesta por un eje transversal que enlazaba en el exterior con el eje de las aspas y en el interior con rueda catalina. Existía además la pieza llamada linterna que servía para invertir el sentido horizontal de la fuerza motriz del viento procedente del eje de las aspas, por otro movimiento vertical que se trasmitía a las piedras de moler (solera y volandera).
En el segundo piso o "camareta" se ubicaba el cedazo formado por tamiz o malla situada dentro de un cajón que recibía la molienda o cereal molido y cuya función era separar la harina del salvado.
En el piso inferior se ubicaba el silo o almacén donde se envasaba y guardaba la harina. Ésta pues, recorría mediante un conducto de madera, los tres pisos en sentido descendente a lo largo de las distintas fases de elaboración.
A los distintos pisos se accedía por una escalera interior adosada a la pared circular del molino.
En el exterior de los molinos se encuentran las cuatro aspas con vara central, cuatro o seis vergas naturales laterales paralelas y quince o más travesaños. Sobre esta estructura se desplegaban las velas largas y estrechas formadas por lonas.
El techo era giratorio, desplazándose con la ayuda del palo de gobierno, posibilitando orientar las aspas hacia los doce vientos dominantes que imperan en la zona a lo largo del año, y que popularmente se denominan: Barrenero/Matacabras/Solano Alto/Solano Fijo/Solano Hondo/ Mediodía/Ábrego Hondo/Ábrego Fijo/Ábrego Alto/Toledano/Moriscote/Cierzo.
Hoy en día los molinos han abandonado la función industrial y se han convertido en el mayor atractivo turístico del municipio. Alguno de ellos se ha reconvertido actualmente en museo municipal, como es el caso del molino Culebro (dedicado a la cupletista Sara Montiel, natural de Campo de Criptana), o el molino Quimera, el cual alberga las maquetas en miniatura de los pasos procesionales de Semana Santa.
Todos ellos forman una estampa única de gran belleza y plasticidad, presidiendo los cerros donde se ubican y recortando con sus siluetas el horizonte manchego del municipio.
Por este pasado, por su presente y su futuro, los Molinos de Campo de Criptana, junto con los cerros: “Sierra de los Molinos” y “Cerro de la Paz”, han sido motivo de reconocimiento y protección, declarándose Bienes de Interés Cultural con la categoría de Sitio Histórico.
MOLINOS DE CAMPO DE CRIPTANA
MOLINOS DE CAMPO DE CRIPTANA