Instituto Liceo Caracense o Palacio de Don Antonio de Mendoza
Los últimos años del siglo XV o exactamente el año 1500 son las fechas probables del inicio de la construcción del palacio, unas obras mandadas realizar por D. Antonio de Mendoza y Luna, hijo del primer duque del Infantado, sobre unos terrenos ocupados por las antiguas casas de la judería de Guadalajara y que terminaron, en su primera etapa, hacia 1506. Posteriormente este edificio formó parte del Convento de la Piedad, más tarde cárcel, sede del Museo Provincial y últimamente Instituto de Enseñanza Brianda de Mendoza y Liceo Caracense.
La dirección de las obras se atribuyen a Lorenzo Vázquez de Segovia, artífice de las obras de la casa Mendoza en tierras castellanas. El edificio fue concebido como una estructura plenamente equilibrada, de planta cuadrada, que gira en torno a un patio central, dentro de la línea más novedosa del Renacimiento y los gustos italianizantes de esa familia nobiliaria.
Entre las partes más valiosas del edificio se cuentan su patio geométrico y elegante (antiguo claustro del convento), de dos alturas, arquitrabado y con columnas, capiteles y zapatas de piedra. Su escalera está cubierta por artesonados que comunica las dos plantas porticadas. Se trata de un espacio que guarda gran parecido a otros patios realizados en la misma época por Alonso de Covarrubias, como son, el patio del Convento de San Pedro Mártir (conocido como El Real) o el del Palacio de los Marqueses de Malpica, ambos en Toledo capital.
La azulejería sevillana del patio fue introducida en la reforma de Velázquez Bosco a finales del siglo XIX. Este artista historicista y ecléctico decoró la parte baja del patio y la del piso superior.
Destacables son las dos portadas de la fachada principal. La del Palacio fue mutilada en la reforma de Velázquez Bosco, que suprimió el gran frontón triangular que la coronaba para abrir un nuevo vano en la planta superior. Más rica es la portada que, a la izquierda de esta, da entrada a la Iglesia, obra de Alonso de Covarrubias.
La Iglesia fue mutilada al ensanchar la calle Teniente Figueroa, y restaurada tras la Guerra Civil por el arquitecto Vegas y también en los noventa. Hoy apenas quedan los arranques de las arquerías y el sepulcro de Doña Brianda de Mendoza, en un conjunto muy alterado respecto al original.
Se conservan artesonados originales en la actual biblioteca, con restos de pintura policroma y en la sala de profesores, formado por la combinación de hexágonos y estrellas de seis puntas. También se puede apreciar el escudo de armas de Carlos V, uno de los mayores de España, trasladado desde la antigua puerta del Mercado de la muralla de Guadalajara y que se exhibe en una de las galerías del patio.
Por último, el edificio debe su actual nombre de "Liceo Caracense" a la denominación de la antigua ciudad "Caracca", lugar donde hoy se asienta Guadalajara.
Instituto Liceo Caracense o Palacio de Don Antonio de Mendoza
Instituto Liceo Caracense o Palacio de Don Antonio de Mendoza