Iglesia del Convento de Nuestra Señora de los Remedios de Guadalajara

La iglesia de los Remedios de Guadalajara es un templo de estilo renacentista que formaba parte del Convento y Colegio de Doncellas de Nuestra Señora del Remedio, que regentaron las monjas jerónimas. En un origen sirvió de capilla funeraria a su fundador, un miembro de la familia de los Mendoza, D. Pedro González de Mendoza, hijo del IV duque del Infantado.

Fue construida entre 1570 y 1583 por los mismos arquitectos que trabajaron en el Palacio del Infantado, Acacio Orejón, Juan de Ballesteros y Diego de Varela.

La iglesia posee una planta de cruz latina, de una sola nave de grandes dimensiones, alternando la fábrica de sillería y el mampuesto; el crucero tiene cuatro soportes compuestos y un entablamento de carácter sencillo que recorre todo el interior del edificio.

En el interior, la capilla mayor se sitúa en la cabecera del templo; es semicircular, con tres contrafuertes al exterior, cubierta con cúpula de cuarto de esfera avenerada con soportes formados por un pilar cilíndrico al que han adosado dos pilastras cajeadas.

La cubierta de las naves es la bóveda de cañón y en el crucero la bóveda baída, adornada con una red de motivos geométricos. Los huecos interiores son de medio punto moldurado, excepto a los pies que se utiliza uno rectangular con frontón, solución esta última eminentemente clásica.

Al exterior, en uno de los laterales resalta la bella composición del atrio, formado por tres grandes arcos de medio punto sobre columnas dóricas apoyando en altos pedestales.

La portada del templo es la típica entrada renacentista, con arco de medio punto, flanqueado por columnas pareadas y entablamento quebrado compuesto por triglifos en forma de canes y metopas de inspiración vignoliana. Este conjunto se corona con una imagen de la Virgen sobre pedestal, flanqueada por un adorno que contienen los escudos del fundador.