Ermita de San Sebastián de La Solana
La ermita de San Sebastián es la construcción más antigua de La Solana, levantada en el barrio del Santo. Data su construyó entre los siglos XIV y XV y fue restaurada en varias ocasiones con el fin de convertirse en lugar de enterramiento de sus mecenas: el Comendador Diego Villegas de Salazar y su mujer Aldana Osorio.
Es un edificio de planta rectangular, de una sola nave, con una capilla de planta cuadrada adosada a la cabecera, en el muro de la epístola. El exterior de la nave central se cubre a dos aguas y la de la capilla lateral a cuatro, ambas con teja curva (árabe). La fábrica es de sillarejo con refuerzos de sillería en esquinas y vanos.
Se accede al templo, una vez atravesado un pequeño patio, a través de una puerta con un arco apuntado (ojival) con grandes dovelas de piedra. Interiormente la nave se cubre con una estructura de madera, de origen mudéjar, en forma de artesa con tirantes pareados.
La capilla lateral también posee otro artesonado del mismo origen, hecho de madera de ébano y forma cuadrada. Consta de cuatro cuadrales o tirantes de esquina, cuatro faldones unidos por vigas mohamares (dobles), y un almizate central decorado con taujeles policromados con gramiles con incrustaciones de nácar, formando una lacería en forma de estrellas de ocho puntas.
Tras las últimas obras de restauración del templo se han encontrado en el muro de la epístola, unos frescos en mal estado con inscripciones góticas.
Ermita de San Sebastián de La Solana
Ermita de San Sebastián de La Solana