Pasar al contenido principal

El arte de la Pasión en Castilla-La Mancha

A lo largo de la historia, arte y religión han formado una estrecha relación. Las manifestaciones culturales religiosas tienen como fin transmitir un sentimiento concreto importante para una comunidad. En este sentido, para el catolicismo, el arte es un puente  intemporal entre Dios y los hombres. Es el medio que expone al fiel a un mundo sensible que hace concentrar su pensamiento y su fe en la imagen sagrada, una imagen que se desarrolla siempre hacia adentro y que fluye en las ideas y en el sentimiento del espectador invitándolo a la adoración y a la reflexión.

En este contexto, las representaciones artísticas surgen como una de las manifestaciones primarias de culto de la comunidad católica. Comprender el verdadero significado de cualquier manifestación artística religiosa significa conocer el contexto en el que se desarrolla y entender, por tanto, la razón que le da origen. Es decir, reconocer la belleza entrelazada a la experiencia y a la emoción estética que siente el espectador, en este caso el creyente, para el cual la obra de arte es creada.

De esta manera, la fuente de la belleza del arte de la Pasión es aquella basada en el sacrificio de Jesús para la Redención de la Humanidad, y a la cual se accede mediante la meditación que se apoya de las imágenes que sirven de puente entre Dios y los hombres, como “via quaedam ad Deum”.

En este apartado, titulado “El arte de la Pasión”, se hará un breve repaso por algunas imágenes de nuestra región. Selección que se centra, principalmente, en la imaginería religiosa como especialidad escultórica dedicada a la representación plástica de imágenes con un fin devocional, catequético o procesional. La imaginería religiosa en España es la tipología de arte católico más significativo durante la Semana Santa, pues da lugar a los famosos “pasos” que procesionan a lo largo de nuestras calles desde el Viernes de Dolores hasta el Domingo de Resurrección.

 María Isabel Buleo Espada- Historiadora de arte 

1. Nuestra Señora de la Soledad (Fotógrafo: Agustín Puig) Toledo

 Vestida de luto, con gesto de íntima tristeza y acompañada por las más de mil mujeres que forman su Real e Ilustre Cofradía, Nuestra Señora de la Soledad sale de la parroquia mozárabe de Santas Justa y Rufina el Viernes de Dolores. La imagen, diseñada por Mariano Bellón en 1874, camina por las calles de Toledo en unas andas de madera del maestro Carrillo y escoltada por las veintisiete armaduras construidas por el armero Melchor González Chavarri en 1686. Volverá a salir en procesión el Viernes Santo, precedida de un Lignum Crucis que por privilegio de 1976 porta la Comunidad Mozárabe y cerrando el cortejo del Santo Entierro.

 

 

2. Cristo Nazareno Cautivo (Fotógrafo: Agustín Puig) Toledo

 Al caer la tarde del Lunes Santo, sale de la Catedral de Toledo el Cristo Nazareno Cautivo. La imagen es autoría del imaginero Antonio Martínez Rodríguez, y representa a Jesús atado y coronado de espinas. Va colocada sobre andas diseñadas por Orovio de la Torre. Su Cofradía es una de las más jóvenes de la ciudad, y también de las más numerosas. Fue fundada en 2009 en el Polígono Industrial por feligreses de la parroquia de San José Obrero. En fechas muy recientes, esta Cofradía ha logrado fundar su propia banda de música, que acompañará la la imagen en lo sucesivo durante el cortejo procesional. El sacerdote Jesús Amparado escribió: “¿Por qué te llaman cautivo si eres Tú quien nos cautiva?”

 

 

3. Cofradía del Santísimo Cristo de los Ángeles (Fotógrafo: Pepe Castro) Toledo

En el año 2001, surgió de un grupo de miembros de la toledana Coral Silíceo, del Colegio de Infantes, crear una cofradía que agrupase a miembros de esa comunidad educativa y a cuantos fieles deseasen pertenecer a ella. Tienen como imagen la del Cristo de los Ángeles, también llamado Cristo de los Cálices. Tallada en el siglo XVIII por autor anónimo y dotada de una rica policromía, representa a Cristo muerto en la Cruz, acompañado de seis ángeles portadores de cálices y de los atributos de la Pasión. Al parecer, esta imagen tuvo una cofradía que la sacaba en procesión el Viernes Santo hasta la Guerra Civil. Por el tamaño de la puerta, es muy curioso ver que su Cristo sale separado del paso, colocándolo sus cofrades en la calle antes de comenzar la procesión.

 

 

4. Cristo del Amor (Fotógrafo: Pepe Castro) Toledo

El Martes Santo, el Cristo del Amor sale a las calles toledanas del Real Monasterio de Santa Isabel de los Reyes, aunque su sede canónica esté extramuros del Casco Histórico. La imagen, tallada en 2007 por Manuel Martín Nieto y hecha en cedro a la manera sevillana, representa a Cristo ya muerto en la Cruz, con un rostro muy sereno. Es el primer crucificado que en Toledo se lleva inclinado sobre andas metálicas, en lugar de ir vertical y sobre un paso. Su cofradía, fundada en 2009 por feligreses de la moderna parroquia de San Juan de la Cruz, procesiona meditando las Siete Palabras de Cristo en la Cruz, haciendo seis de ellas en conventos de religiosas y la última ante el Palacio Arzobispal. No en vano, su lema es “Inflamma  cor  nostrum  amore  tui (“Enciende nuestro corazón con tu amor”).

 

 

5. Capítulo de Caballeros Penitentes de Cristo Redentor (Fotógrafo: Pepe Castro) Toledo

 ”Miserere mei, Deus, secundum magnam misericordiam tuam” (“Ten piedad de mí, Dios, según tu gran misericordia”). Este canto penitencial resuena en el silencio solemne de las calles toledanas cada Miércoles Santo. Las voces de los Caballeros Penitentes de Cristo Redentor, faroles en mano, salen a hacer el camino acompañando a su Titular. El Cristo Redentor es una talla cuyo autor se desconoce y que fue datada por el restaurador Luciano Gutiérrez en el siglo XVIII. Representa a Cristo yendo al calvario, en una de sus caídas, con la cruz a cuestas. Desde el año 1859, se conceden indulgencias plenarias a quienes rezan Padre Nuestro, Credo o acto de contricción ante la imagen, como hiciera Alfonso XIII en 1928. El Capítulo fue fundado en 1947 por Cruz Loaysa, Tomás Martín Ruiz y otros conocidos toledanos

 

 

6. Cofradía de Nuestra Señora del Amparo (Fotógrafo: Pepe Castro) Toledo

Hasta 1936, la antiquísima Cofradía de la Santa Vera Cruz era la encargada de organizar la procesión del Jueves Santo en Toledo. En 1952, se fundaría esta Cofradía en el seno de la Fábrica de Armas, cuyos primeros miembros serían sus trabajadores. La imagen que acompañan es una Virgen dolorosa obra del conocido escultor Cecilio Béjar, que procesiona en una carroza construida en la propia Fábrica y con palio, faldones y manto de terciopelo verde bordado en oro y seda de colores, obra de Religiosas Adoratrices. Junto con la Virgen, procesionan otras cuatro imágenes más que reconstruyen algunos pasajes de la Pasión en orden cronológico y que son portadas por los cofrades de Nuestra Señora del Amparo. Comienza una oración en el huerto de Luis Martín de Vidales, a la que siguen tres imágenes anónimas: un Cristo atado a la columna del siglo XVII, un Cristo nazareno del siglo XVIII y un crucificado del siglo XVI.

 

 

7. Cristo de la Buena Muerte (Fotógrafo: Agustín Puig) Toledo

Cuando todo está cumplido, a la una de la madrugada del Viernes al Sábado Santo, los cofrades del Cristo de la Buena Muerte procesionan desde su fundación en 1957 por las calles de Toledo o, si el tiempo lo impide, por el claustro del Monasterio de San Juan de los Reyes, su sede canónica. Vestidos con hábito y capucha franciscanos y ascéticamente iluminados por faroles, rezan el Vía Crucis ante la imagen de Cristo muerto en la cruz, tallado en 1972 por el escultor Mariano Guerrero Corrales. Les acompañan un tambor desafinado y una cruz guía que dice: “Oye la voz que te advierte que todo es ilusión menos la muerte”.

 

 

 

8. Domenicos Theotokopoulos (El Greco). La Verónica con la Santa Faz. 1577-1580. Óleo sobre lienzo.

Toledo: Museo de Santa Cruz La imagen, uno de los iconos de El Greco, se centra en la leyenda de la compasión de la Verónica, quien, conmovida por la piedad, secó con un velo el sudor que corría por el rostro de Cristo obteniendo como recompensa la impresión de la Santa Faz en el sudario, el Vero Icono. 

En Spotify, la lista de reproducción “Angélico Greco. El cielo se llenó de música”, creada a partir de la investigación del musicólogo toledano Javier Ulises Illán, explora la relación sinestésica entre la pintura de El Greco y la música de su época.

 

 

9. Diego de Velasco de Ávila “El Viejo” (atrib.). Llanto sobre Cristo muerto. Retablo Mayor de la antigua Iglesia de San Román (detalle). 1552-1553. Madera tallada policromada. Toledo: Museo de los Concilios y del Arte Visigodo.

Encuadrado en la capilla mayor de una de las mejores obras castellanas de la arquitectura del siglo XVI, se encuentra el Altar Mayor de San Román, un claro ejemplo del interés de la época por renovar la imagen medieval para evolucionar al Manierismo que se dio de manera tan singular en la península Ibérica. 

Este gran retablo, atribuido a Diego de Velasco, de la escuela de Berruguete,  cuenta con un programa iconográfico centrado en la Vitae Christi. La escena de este detalle, Llanto sobre Cristo muerto, representa uno de los episodios más conmovedores de la Pasión. El artista, a través de una cuidada y detallada talla, transmite el doloroso momento en el que María, acompañada de las santas mujeres, sostiene entre sus brazos a su Hijo muerto tras ser bajado de la cruz

 

 

10. La Flagelación de Cristo (Fotógrafo: Carlos Ferreras) Talavera de la Reina

Obra del autor talaverano Víctor González Gil, datada en la década de los cincuenta del pasado siglo, procesiona esta imagen el Jueves Santo por las calles de Talavera de la Reina. A esta talla, en que se representa la flagelación de Cristo, le acompañan otras dos, a modo de Vía Crucis: una oración en el huerto, realizada en por la Casa Rabasa de Játiva siguiendo a una original del famoso escultor Francisco Salzillo, y el Cristo de las Misericordias, realizado a imagen de una imagen del siglo XV destruida durante la Guerra Civil. La entidad encargada de sacar estos pasos en procesión es la Real Cofradía del Santísimo Cristo de la Misericordia, que fue fundada en 1676 por el gremio de laborantes de aquel lugar y reorganizada en 1917.

 

 

11. María Santísima de Lágrimas y Amargura (Fotógrafo: Carlos Ferreras)

Quizá, la imagen más reciente en la Semana Santa de Talavera es la de María Santísima de Lágrimas y Amargura, que fue presentada y bendecida el diecinueve de abril de 2014 en la parroquia talaverana de San Andrés. La talla, obra del sevillano Álvaro Flores Rojas representa a la Virgen dolorosa con gran realismo. Además, como curiosidad, hay que decir que es una de las pocas imágenes de la Virgen en España que tiene los ojos azules. Su cofradía, creada en el año 2008 con el título de Nuestro Padre Jesús de la Sentencia y María Santísima de Lágrimas y Amargura, fue pionera en procesionar la madrugada del Jueves al Viernes Santo. Y, además, se saca a la Virgen en procesión el Sábado Santo con su rostro enlutado, tal y como se la puede ver en la imagen frente a la Colegial de Talavera.

 

 

12. Cruz Desnuda (Fotógrafo: J. Ignacio Domínguez) Cuenca 

La Cruz Desnuda es obra del ebanista conquense José Gallego Fernández y es la imagen titular de la Venerable Hermandad de la Cruz Desnuda de Jerusalén, fundada en 1928 por las juventudes franciscanas conquenses.

La imagen representa el triunfo de Jesús sobre la muerte. En ella se pueden ver las “Arma Christi” o los instrumentos de la Pasión que indican la victoria de Cristo: el sudario con el que fue enterrado, la lanza del centurión Longino, la esponja con la que le dieron de beber vino “anestésico” con hiel, o la calavera de Adán como símbolo de que Jesús lleva a cabo la obra de redención del pecado de Adán.

 

 

13. Nuestra Señora de la Soledad (Fotógrafo: J. Ignacio Domínguez) Cuenca

La imagen es una una talla de Luis Marco Pérez siendo la titular de la Venerable Hermandad de Nuestra Señora de la Soledad (del Puente). Sale en procesión el Jueves Santo, en el desfile procesional de Paz y Caridad. Sin duda, es una de las imágenes más veneradas en la Semana Santa de toda España.

Como variante de la advocación de Nuestra Señora de los Dolores, la talla muestra la desolación de la Virgen María ante el sufrimiento de su Hijo durante la Pasión. Siete espadas atraviesan su corazón, como símbolos de los siete grandes dolores que padece: la profecía de Simeón en el Templo; la persecución de Herodes y la huida a Egipto; la pérdida de Jesús en el Templo durante tres días; el encuentro de María con su Hijo cargando la cruz; la crucifixión y muerte de Jesús; el dolor de recibir a su Hijo al ser bajado de la cruz; y, por último, cuando Jesús es sepultado. 

 

 

14. Nuestro Padre Jesús Nazareno (Fotógrafo: J. Ignacio Domínguez) Cuenca

Obra del escultor e imaginero Luis Marco Pérez, este paso sale en procesión en la madrugada del Viernes Santo desde la iglesia de El Salvador, como titular de la Muy Antigua y Venerable Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno, fundada en 1645. 

Jesús ya ha sido condenado a muerte por el procurador romano de Judea Poncio Pilatos, único en poseer el “ius gladii” o derecho a imponer la pena de muerte. Vestido de púrpura, coronado de espinas y con el nimbo cruciforme, Jesús sale del Pretorio con la cruz a cuestas reflejando la dignidad en asumir la misión que está por cumplir gracias a su sacrificio. La imagen de Jesús Nazareno marca el momento de inicio del Viacrucis hacia el Calvario, monte donde morirá culminando su sacrificio.

Esta imagen cuenta con la participación de Las Turbas, un singular cortejo que es a día de hoy una de las señas de identidad de la Semana Santa Conquense. El tambor y el clarín son dos de los elementos protagonistas de los turbos, ellos desfilan delante y cuando se oye el “Miserere” el estruendo producido por los propios turbos callan y se produce un absoluto silencio que conmueve a todos los allí presentes.

 

 

15. Descenso Cristo de la Expiración  (Fotógrafa: Mariam Useros Barrero) Guadalajara


Sin duda, desde que en la Edad Media surgiera con fuerza la devoción a la Pasión de Cristo, la imagen del crucificado ha sido una de las más representativas de la historia del arte. Imagen que destaca la humanidad del Dios hecho hombre invitando a la más profunda reflexión del creyente. Con ese objetivo, el de la reflexión, la iconografía de Cristo sufrió en el medievo un giro desde la majestuosidad del Resucitado al “pathos” de la cruz. Idea que acompañará a las devociones pasionistas, como la Semana Santa, a lo largo de toda la historia.

Si algo tiene de relevante el Cristo de la Expiración, también conocido como el Cristo de la Agonía, es que es una talla original datada en el siglo XVII y está considerada como la más antigua de la Semana Santa de Guadalajara. Tras la desamortización de Mendizábal (1836), fue adquirida por la municipalidad pasando a estar ubicada en la capilla del Cementerio Municipal.

Con motivo de la Semana Santa, se traslada en la tarde del Domingo de Ramos desde el cementerio a la sede canónica de la Cofradía de la Pasión del Señor, en la Iglesia de Santiago, para ser la primera en procesionar Jueves y Viernes Santo. La Cofradía de la Pasión del Señor de Guadalajara tiene una antigüedad de 74 años.

 

 

16. El Prendimiento (Fotografía: TAR_ARTE) Ciudad Real

Tras la escena de la Oración en el Huerto de los Olivos se desarrolla uno de los episodios más destacados de la Pasión de Cristo: el Prendimiento en el Getsemaní. En este momento, y tras la presión del Sanedrín, Jesús es apresado por los soldados romanos para ser llevado al juicio que desembocará en su trágica condena a muerte ya insinuada por el nimbo en forma de cruz que le corona.

El paso está formado por la imagen de Jesús Cautivo, obra del escultor Miguel Ángel González Jurado. Viste una túnica de color blanco, capillo y escapulario azul, sandalia franciscana y calcetín blanco. Procesiona con uno de los soldados romanos identificado con plumas “macarenas” y un sayón del mismo autor.

La imagen pertenece a la Hermandad del Prendimiento de Jesús Cautivo y María Santísima de la Salud, popularmente conocida como. Esta es la más joven de las Hermandades de Ciudad Real, fundada en 1.999.

 

 

17. Virgen del Mayor Dolor (Fotografía: TAR_ARTE)

La imagen pertenece a la Hermandad del Santísimo Cristo de la Buena Muerte y la Santísima Virgen del Mayor Dolor, conocida popularmente como “El Silencio”. Procesiona el Miércoles Santo.

La idea de su fundación surgió en 1942 en los círculos de estudio de las Juventudes de Acción Católica de Ciudad Real. En 1944 se crea la Sección de Mujeres para rendir culto a la imagen de la Virgen bajo la advocación del Mayor Dolor.

La imagen de la Virgen refleja en su rostro el dolor por la muerte de su hijo. Tiene las manos cruzadas y un puñal de plata de ley clavado en el corazón. Es obra de José María Rausell Montaña y Francisco Llorens Ferrer del año 1944.

El paso sobre el que procesiona es de madera sobredorada y lleva cuatro candelabros, uno en cada una de las esquinas. Entre los elementos que procesionan destacan un Estandarte fabricado por José Mur en 1946 y óleo que representa el rostro de la Virgen, pintado por Enrique Richard, cinco Estandartes que representan los cinco Misterios dolorosos y cerrando la procesión una segunda cruz.

Las hermanas que acompañan a la Virgen desfilan con ropa de calle de color negro, con la medalla de la Hermandad y vela eléctrica.

 

 

18. Virgen del Consuelo (Fotografía: TAR_ARTE)

La imagen pertenece a la Hermandad y Cofradía de Nazarenos de la Flagelación de Nuestro Padre Jesús de la Bondad y María Santísima del Consuelo, conocida popularmente como “La Flagelación”. Fundada en 1983, es una de las hermandades más jóvenes de Ciudad Real.

La imagen de la Virgen data de 1989 y es obra del escultor sevillano Manuel Ramos. La Virgen viste túnica blanca con botonadura granate y fajín de raso granate. Capillo blanco con el escudo de la hermandad bordado en oro en los talleres de García y Poo de Sevilla y un alfiler con su nombre y cruz pectoral en plata sobredorada. Sandalias negras y calcetas blancas. 

Los varales, respiraderos y peana del paso son de orfebrería Monchi de Torralba de Calatrava y las bambalinas y gloria del techo del palio bordadas en oro en los talleres sevillanos de García y Poo. El lienzo de la gloria es una pintura de la Virgen del Prado de Andrés Pastor. El juego de jarras del paso de palio en metal plateado son de orfebrería Maestrante de Sevilla. Cuenta además el paso de palio con una imagen de la Inmaculada en metal plateado que luce en la delantera cerca del llamador. El último estreno son los candelabros de cola de orfebrería Manuel de los Ríos de Sevilla.

El paso procesiona el Miércoles Santo portado a hombros por 42 hermanos costaleros. Los nazarenos que acompañan a la Virgen portan cirios de color blanco. 

 

 

19. Jesús Nazareno (Fotografía: Carlos Carrasco Castillo). Cofradía Nuestro Padre Jesús Nazareno de Albacete

Los escritos de los evangelios neotestamentarios narran la Pasión de Cristo centrándose, principalmente, en el proceso de condena y muerte. Destacan de esta manera la acción salvífica de Cristo a través del sacrificio personal. Sin embargo, con el paso de los siglos, la imaginación de los fieles, mantenida por su tradición, se encargó de cubrir los “vacíos” neotestamentarios de la Pasión, dando lugar a pasos como el que nos muestra esta imagen: el encuentro de Jesús Nazareno con su Madre. 

Estas escenas, extratestamentarias, lejos de entrar en controversia con los relatos canónicos, buscaban hilar los acontecimientos que podrían haberse desarrollado a lo largo del camino hacia el Calvario. Buscaban, por tanto, conectar una vez más con el proceso humano que pudo desarrollarse a lo largo de la Pasión.

 

 

20. Santísimo Cristo de la Agonía (Fotografía: Carlos Carrasco Castillo) Albacete

Jesús, con su muerte, había consumado su obra. Crucificado pese a haber salvado a la Humanidad con su sacrificio, no aparece como un Cristo victorioso, sino bajo su condición más humana dando lugar a la escena que se convertirá en el estandarte cristiano.

Este paso pertenece a la Cofradía del Santísimo Cristo de la Agonía y Nuestra Señora de la Amargura de Albacete, fundada en 1896 y con sede canónica en la Catedral de San Juan Bautista de Albacete. La imagen del Santísimo Cristo de la Agonía (José Diez López, 1940) es uno de los pasos protagonistas en las procesiones de la Semana Santa de Albacete, declarada Interés Turístico Nacional.

 

21. Nuestra Señora Reina de la Esperanza Macarena (Fotografía: Juan Carlos Navarro) Albacete

El paso de Nuestra Señora Reina de la Esperanza Macarena pertenece a la Cofradía Ntra. Sra. Reina de la Esperanza Macarena de Albacete, Santísimo Cristo de la Esperanza y Traición de Judas.

La talla, de gran belleza, pertenece al escultor e imaginero valenciano José Diez López (1945). En 1947, el periodista Juan de Aguilar así la describía: “Esperanza y Macarena. Gracia y belleza. Tu belleza morena es como un clavel policromado y anacrónica en la austera de esta Mancha parda y anchurosa (…)”.

La Virgen de la Esperanza, la Macarena para los albaceteños, es uno de los símbolos marianos más venerados. Imagen que, en 2013, fue coronada canónicamente siendo, la segunda en la ciudad tras la patrona, la Virgen de los Llanos. 

 

22. Francisco Salzillo y Alcázar. Virgen Dolorosa. 1755. Madera policromada. Albacete: Museo de Albacete.

Envuelta en el fuerte espíritu contrarreformista que envolvió al Barroco, la escultura religiosa del maestro Francisco Salzillo es, sin duda, un referente de primer orden para la imaginería española. 

Bajo la visión del arte como instrumento de ayuda para la oración, Salzillo dota de gran realismo a sus imágenes, que se escapan de la serenidad renacentista para mostrar los más dolorosos sentimientos humanos a través de composiciones más complejas, más humanas. De esta manera, a través del dramatismo, la imagen invita al espectador al recogimiento, a la reflexión, a la devoción.

El ciclo de la Pasión sería una de las temáticas más comunes a partir del Concilio de Trento. Como claro ejemplo, este magnífico busto de la Virgen Dolorosa que, formando pareja con el Ecce Homo -dado a conocer por Sánchez Jara y Leopoldo Ayuso en 1929-, transmite ese dramatismo del momento en el que la Madre ve a su Hijo sufrir un dolor desgarrador. 

Salzillo desarrolló su labor en Murcia en un momento histórico en que buena parte de lo que constituye hoy la provincia de Albacete perteneció a la Diócesis de Cartagena. Esta disposición territorial, que duró hasta 1950, supuso, por tanto, una vinculación artística con la ciudad de Murcia, que en el siglo XVIII alcanzó un notable esplendor con la figura de Francisco Salzillo.

 

23. Señor Resucitado de Ciudad Real 


Esta reciente talla es obra del escultor e imaginero Manuel Martín Nieto. Fue adquirida en 2019 por la Asociación de Cofradías de Semana Santa de Ciudad Real para sustituir a su predecesora, obra de Joaquín García Donaire.

La imagen, tallada en madera de cedro y policromada al óleo, mantiene unas dimensiones a escala real (1,80 m), se ubica para su culto en la capilla sita junto a la escalera que da acceso al coro de la Catedral de Ciudad Real. En Semana Santa, tal y como demanda su iconografía, desfila el Domingo de Resurrección en la procesión de Jesús Resucitado y María Santísima de la Alegría. 

Si algo destaca en esta escultura del Resucitado, victorioso sobre la muerte, es su naturalismo heredado de la Escuela Murciana de Escultura creada por Francisco Salzillo en el siglo XVIII y que, en estas dos primeras décadas del siglo XXI, es tan característico en la escultura neobarroca andaluza.

Fotógrafos: 

Agustín Puig 
Pepe Castro  / Pepe Castro Instagram 
Carlos Ferreras 
 Mariam Useros Barrero / Mariam Useros Facebook 
TAR_ARTE (Társilo Coello)
Carlos Carrasco Castillo/  @cccastillo_
 Juan Carlos Navarro /  juan_carlos_navarro_1972