CASTILLO DE CHINCHILLA DE MONTEARAGÓN

El castillo de Chinchilla de Montearagón (Albacete) se alza sobre el amplio cerro de San Blas, separado de la Sierra de Chinchilla por una profunda vaguada, desde la que domina la población del mismo nombre y sus alrededores.

Se trata de una fortaleza de enormes dimensiones que se adapta a la morfología del terreno y cuyos orígenes se remontan a la etapa musulmana, aunque el cerro estuvo anteriormente habitado por íberos y romanos.

De la alcazaba árabe quedan pocos restos, solamente algunos cimientos. Reconquistado el edifico por el infante D. Alfonso en el año 1241, en 1449 fue adquirido por D. Juan Pacheco (Marqués de Villena) que lo restauró en su totalidad, dándole la forma que ha llegado hasta hoy. En 1479 cambia otra vez de manos definitivamente a manos de la corona castellana, tras la contienda librada entre el Marquesado de Villena y la reina Isabel la Católica. 

A lo largo de su historia el castillo ha sido escenario de numerosas acciones durante las Guerras de Sucesión y de la Independencia y contiendas posteriores. Entre los múltiples usos que se le ha dado destaca, por su duración, el de cárcel, ya que funcionó como penal desde el siglo XVII al XX. Entre sus prisioneros más destacados se encuentra César Borgia (hijo del papa Alejando VI), quién prácticamente lo inauguró.

El edificio es de planta poligonal, con estructuras cúbicas en las esquinas. Se accede a su interior después de salvar un foso excavado en la roca y atravesar dos puertas situadas en los lados este y oeste de la fortaleza (una frente a la otra). Estas entradas poseen una estructura similar, enmarcadas por torreones semicirculares. En el interior podemos encontrar el patio de armas, en el cual se alzaba antaño la torre del homenaje (hoy desaparecida), y los restos de diversas construcciones levantadas a lo largo de su historia como aljibes, caballerizas, un horno de pan, edificio para la guarnición…etc.

El aparejo utilizados para su construcción es la mampostería en los muros y zonas menos destacadas del edificio, y el sillar para las partes más representativas e importantes del castillo.