Ocupa una gran superficie y se sitúa en la parte delantera de la casa. Posee un gran portalón (portón) de entrada para dar cabida a la maquinaria. En él se guardaban los medios de transporte, aperos y herramientas, y en las cámaras y pajares que daban al corral se almacenaban los productos agrícolas de la hacienda.

También había espacio para criar animales domésticos (en gorrineras y gallineros), así como la leñera con la gavillera de sarmientos y cepas (vides) secas, para provisionar el hogar de la cocina.

En el centro del patio se sitúa un pozo, junto a su pilón, donde abrevaban las bestias, abastecido con las aguas de lluvia procedentes de los tejados (zona de impluvium).
El suelo se encuentra empedrado, cubriéndose con cantos rodados para evitar que resbalen (“se abrieran”) los animales en su camino hacia las cuadras.