La muralla romana | Libisosa
Algún peligro de carácter militar y urgente generó la construcción de una muralla de 3 metros de anchura que rodea la parte más alta del cerro, siguiendo la cresta de uno de los desniveles orográficos más significativos de éste, y delimitando una extensión aproximada de 8 hectáreas.
Esta construcción, que se lleva a cabo apresuradamente en algún momento de la primera mitad del siglo I a.C., se mantiene activa hasta finales de ese siglo y principios de la siguiente centuria, cuando tiene lugar la fundación colonial. Hasta el momento se conocen tres puertas de acceso, al sur, noroeste y norte, e indicios de una cuarta, todas ellas defendidas por sendos bastiones laterales de tendencia cuadrangular.
El aparejo externo de la muralla está formado por un doble paramento de mampostería ordinaria en la que se combinan grandes bloques desbastados, no siempre bien careados, con otros más pequeños intercalados, mientras que el interior se rellena con piedras y tierra.