Puente Viejo o de Santa Catalina de Talavera de la Reina
El puente Viejo o de Santa Catalina se levanta sobre el río Tajo, en el término municipal de Talavera de la Reina e inmediato al límite meridional de su recinto histórico, al que le ha servido históricamente de vía de comunicación con la vega ubicada en la margen sur y consecuentemente con las tierras de Extremadura y Andalucía.
La obra medieval del Puente Viejo tiene sus orígenes en una estructura anterior de época romana, cuya obra es parcialmente reaprovechada como cimentación.
La referencia documental más antigua del puente data de 1227, cuando el rey Fernando III ordena controlar el trasiego comercial en los puentes del Tajo. Desde su construcción se acometieron diversas obras de conservación pese a las cuales no evitaron que el puente se deteriorase a lo largo de la historia de la infraestructura con fenómenos como las avenidas de 1625 y 1626. A lo largo del siglo XX el puente seguirá sufriendo los problemas de las pasadas centurias. A raíz del Proyecto de ejecución de las obras de ordenación hidráulica del rio Tajo entre Bolarque y Talavera, tramo Talavera de la Reina, realizadas a principios del S. XXI, fue posible poner en marcha una serie de acciones destinadas a su acondicionamiento y puesta en uso para peatones y ciclistas.
El resultado de las reconstrucciones de las que ha sido testigo este monumento, lo han convertido en un mosaico de diferentes tipos de obras.
La noticia más antigua en relación con el número original de arcos que pudo llegar a albergar el puente es de 22 arcos. Una gran parte de estos arcos son diferentes entre sí, fruto de las sucesivas reformas constructivas que fueron moldeando el puente de forma irregular. Sus formas se engloban en varios tipos: medio punto, otros dos no llegan a la media circunferencia, otros presentan cierto alzado peraltado y otros de perfil apuntado.
En otro orden de cosas, la aplicación de pontones y entablados de madera fue un fenómeno habitual del cual tenemos constancia documental desde el siglo XV hasta el XX.
A partir del XVII el empleo del ladrillo de tejar será generalizado en las diferentes actuaciones que se irán desarrollando en siglos posteriores. Por su parte, los materiales empleados durante la primera mitad del siglo XX están caracterizados por el uso de ladrillo de gafa, el mortero de cemento y la instalación de vigas metálicas entre los vanos de las pilas para soportar el tablero. De igual modo, se ejecutaron pretiles y pasamanos metálicos.
Por último, a lo largo de la infraestructura aparecen numerosos signos lapidarios, grafías que pueden interpretarse como marcas de canteros y marcas utilitarias
Puente Viejo o de Santa Catalina de Talavera de la Reina
Puente Viejo o de Santa Catalina de Talavera de la Reina