Eugène Delacroix | El Soldado
El soldado, 1830-50, óleo sobre tabla de caoba.
Es la cuarta pintura de Delacroix que ha entrado en un museo español. Guarda estrecha relación con la inspiración oriental que tanto marcó los años de su madurez; en efecto, la figura hace pensar en un soldado vagamente oriental, sobre todo por el tocado. A diferencia de la Mujer del pescador en la playa, cuadro de la Colección expuesto en Toledo, también de pequeño tamaño pero de factura abocetada y expresionista, que se corresponde con los numerosos trabajos de este tipo que realizó durante toda su vida, es una obra minuciosamente ejecutada y en la que se presta gran atención a los colores, luminosos y contrastados, que han propiciado su comparación con una joya.
Podemos aplicarle el comentario que hizo Claude Monet en una carta de 1859 sobre las obras pequeñas del artista: “Son sólo insinuaciones, bosquejos, pero, como siempre, tienen fuego y movimiento”.