Baritel de San Andrés | Almadén
Cuando se fue profundizando la mina del Castillo, hacia principios del siglo XVIII se instaló un malacate para extraer el mineral a través del pozo San Andrés. Esta instalación consistía en un torno vertical que estaba anclado en el hueco excavado al efecto y alrededor del cual se arrolla una soga o maroma. El tambor se desplazaba movido por caballerías y los cables pasaban por unas poleas y suspendían las soleras con mineral.
Para mover el malacate hacían falta ocho mulas a la vez y se cambiaban cada tres horas. La operación era lenta y costosa y en doce horas se podían extraer unas 40 toneladas.
Es un hueco excavado en la roca y revestido de obra de mampostería de 903,6 m2 de sección y 139,31 metros de perímetro con una altura máxima de 13 metros, recubierto por una bóveda de ladrillo y piedra que servía de alojamiento al malacate instalado para la extracción de mineral en la mina del Castillo.
En la pared que da al pozo tiene los huecos por donde pasaban las maromas que, accionadas por el malacate, izaban el mineral extraído de zonas más profundas, hasta pie de socavón. En la salida hacia la galería que continua al torno de Castro, puede verse una curiosa formación geológica conocida como “ripple-marks”.