Este pozo comenzó con un torno para extracción de mineral de la mina de Las Hoyas desde principio del siglo XVIII.

Tras el gran incendio que se desencadenó en 1755 se realizó la fortificación del pozo con el uso de mampostería.

Hacia 1870 se propuso utilizar una máquina de vapor que sirviese para la extracción en unos días y en otros para desagüe. Se instaló un castillete de madera que hacia 1924 fue sustituido por un castillete metálico y una máquina de extracción eléctrica en principio de escasa potencia y en 1926 se instaló una de mayor capacidad.

Está situado en el Cerco de San Teodoro y es un pozo de 4,5 metros de diámetro y una profundidad de unos 500 metros (planta 19ª), totalmente revestido de hormigón y dotado de guiaderas metálicas para el deslizamiento de las jaulas.

Dispone de dos jaulas que se desplazan accionadas por una máquina de extracción instalada en una plataforma situada en la parte superior del castillete del pozo. Este pozo dispone además de un pozo auxiliar dotado de escaleras metálicas para el acceso de personal.

El pozo ha sido hasta 1975 el pozo maestro y tenía una capacidad de extracción de unos 50 Tm/h.

En la actualidad se encuentra rehabilitado hasta una profundidad de 50 metros y se ha instalado un ascensor, que imita a una jaula de extracción, para el acceso de visitantes al interior de la mina.