“La construcción del dirigible no ha constituido una demostración de florecimiento industrial, por el contrario, representa la victoria del talento y de la voluntad. La aeronave tiene un volumen de 4100 metros cúbicos y una longitud de 54 metros. En el interior van dos cámaras de aire y tiene una barquilla de láminas de fresno suspendida mediante cables de acero, con cuatro asientos. La velocidad máxima que puede alcanzar es de 90 kilómetros por hora y tiene combustible para poder estar en el aire ocho horas”. (Revista Motoavión. Madrid, 25 de marzo de 1929).